Mulhacén Sierra Nevada.

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Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
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miércoles, 18 de marzo de 2015

Camino de Santiago. Camino Francés. Carrión de los Condes-Calzadilla de la Cueza



Camino de Santiago. Camino Francés. 
Carrión de los Condes-Calzadilla de la Cueza





Camino de Santiago. Camino Francés.
Etapa 17 Carrión de los Condes - Calzadilla de la Cueza ( Palencia ) 17 Km.

                         Iglesia de Santiago. Carrión de los Condes

Carrión de los Condes es un pueblo de los que te cuesta salir, sus calles tranquilas, sus iglesias y monumentos, y ese paraje del río Carrión donde te puedes sentar en la hierba y observar como el agua discurre alegre y ruidoso, es todo una forma más de relajarte después de un día de caminata.


   Puente sobre el río Carrión

El Camino arranca desde la Plaza del Ayuntamiento, una foto en la portada de la Iglesia de Santiago es nuestro pistoletazo de salida, antes hemos desayunado potentemente para enfrentarnos a la etapa de hoy, por cierto corta y sin ningún desnivel. Carrión se abandona cruzando el puente sobre el río que da nombre al pueblo, puente alto y con abundante vegetación que dota al lugar de frescura y buenas sombras, nada que ver con la llegada, donde la escasez de árboles hace que sea bastante caluroso, menos mal que estamos en primavera.

                         Iglesia de Nuestra Señora de Belén

Al cruzar el puente, podemos ver a nuestra derecha la iglesia de Nuestra Señora de Belén, que se asoma al río como queriendo despedirse de los peregrinos que desde temprana hora comenzaron a abandonar Carrión. Unos metros más adelante, a la izquierda encontramos el hotel Real Monasterio, un bello lugar donde poder descansar construido junto al antiguo monasterio de San Zoilo.

 
   Claustro del Monasterio de San Zoilo



   Arcadas románicas. Monasterio de San Zoilo

Visitamos la cafetería del hotel y esperamos un corto tiempo para poder visitar también el monasterio, donde destaca su claustro renacentista y algunas arcadas románicas, más he pensado que bien se merece una entrada dedicada solamente al monasterio que ya realizare más adelante. Sellamos, cogemos información en la oficina de turismo dedicada al Camino que existe dentro y continuamos hasta un cruce donde atravesamos una carretera  para seguir de frente hacia Quintanilla de la Cueza.  


   Descanso en la entrada a la  abadía de Benevívere

La carretera es muy tranquila y apenas pasan un par de coches, tampoco muchos peregrinos, es primavera y todavía no han llegado los numerosos grupos que invaden el Camino en verano. Al pasar un pequeño arroyo la carretera nos lleva hasta la entrada de la arruinada abadía de Benevívere. Entramos por un pequeño camino pero nada queda de esta abadía a excepción de una bella portada y poco más, huimos del lugar ante los ladridos de sendos y robustos perros que no parecen tener ganas de congeniar con estos humildes peregrinos. A la salida y antes de tomar de nuevo la carretera, las chicas hacen un descanso, ocasión que aprovecho para dejar constancia del momento.


   Campos de cereal bajo un cielo de azul intenso nos acompañan

Si algo me está gustado y llamando la atención durante el día, son los cielos de azul intenso y las nubes que juegan a dar un toque de belleza singular al paisaje llano y árido de estas tierras palentinas.



A la derecha dejamos un cruce que indica Villotilla, de frente la carretera que ahora tomamos se convierte de repente en tierra y piedras sueltas, una piedra a la derecha nos dice que entramos en una  calzada romana, es la Vía Aquitania que unía Burdeos con Astorga, pero nada se aprecia de esta calzada, aunque la señal diga que coincide con el trazado original. Luego me entero que hace años todavía se podían ver las piedras de la calzada, pero que en una de esas restauración-destrozo que tanto gustan a las administraciones, se echó la capa de tierra y piedras que ahora pisamos y la calzada original desapareció bajo tanto escombro, incluso que parte de las piedras fueron levantadas por alguna excavadora, eliminando así todo vestigio de los romanos. 


   Señal del comienzo de la calzada romana.


A partir de aquí el Camino se convierte en una larga y aburrida recta, menos mal a los sembrados que con su verdor primaveral destacan sobre los cielos azules en los que flotan pequeñas nubes, coloreando el paisaje y haciéndolo mucho más llevadero, cierto es que corre una brisa muy agradable.

   Calzada romana-pista de tierra



Nada hay entra Carrión y Calzadilla, sólo pista y campos de cereales, algún canal de riego y poco más, pero gracias a Dios alguien debió tener la gran idea de plantar unos cuantos cientos de chopos a lo largo del recorrido, que además de dar sombra ayudan a crear un ambiente menos desolado y algo frondoso, sólo algo.





   El peregrino Zambrana se cubre la cabeza con amplio sombrero

No quiero pensar en el calor sofocante que deben soportar los peregrinos que decidan cruzar estas tierras en verano, ni los chopos y sus sombras, ni las aguas de sus enormes cantimploras, serán suficientes para hacer el recorrido un poco más agradable, creo que lo que harán y así lo he oído contar es que madrugan mucho, tanto que las primeras horas casi son de noche, caminando para llegar a tempranas horas a su destino y así librarse del sol de verano que implacable calienta estos campos.
Incluso ahora en primavera y con cierta agradable brisa, es necesario protegerse con alguna gorra o sombrero.
 




Como a mitad de camino, tal vez un par de kilómetros más, encontramos un lugar de descanso, es la hora de comer algo y aunque el lugar tampoco es nada del otro mundo, al menos tiene una mesa y un par de asientos donde juntándonos un poco cabemos todos. Es este, como en todas las etapas, un momento de vital importancia, no sólo para nuestros hoy algo cansados cuerpos, sólo algo, sino también para los hambrientos estómagos y las sedientas gargantas que reciben las frescas cervezas y el vino con gaseosa, algunos lo prefieren solo, con alegría e incluso algo de ansiedad. Pero también estas paradas sirven para congeniar, para hablar del Camino recorrido, para reír las bromas y relajarse junto a los amigos peregrinos que nos acompañan y acompañamos. Al terminar la comida, unos se fuman el cigarrito de la sobremesa, uno, sólo uno se fuma un puro, los demás respiramos el humillo y poco más. Hay que recoger y echar a andar de nuevo, pero ya con la andorga llena y la tranquilidad que da el saber que apenas quedan unos cinco  o seis kilómetros hasta el final de etapa.




La soledad sólo se ve alterada por la inmensa llanura castellana que termina en un fondo de montañas todavía nevadas, con las montañas palentinas que parecen darnos ánimos durante gran parte del recorrido. Y de nuevo la recta interminable, los chopos, los pasos y la vista puesta en el final.

 


Bueno, al menos aquí nos acompañan las cigüeñas, que recorren los campos arados por el tractor en busca de esos pequeños gusanos o insectos que el arado descubre a lo largo del terreno. Son muchas las que saben que la comida es gratis y fácil de conseguir y aquí las tenemos recorriendo casi en formación los campos recién arados.



Remontamos una pequeña subidita y luego descendemos para llegar hasta Calzadilla de la Cueza, que ya podemos ver ante nuestros ojos, antes la torre del cementerio nos sirvió de guía para orientarnos, también lo hacía en el pasado con los peregrinos que andaban algo despistados los días de niebla y mal tiempo.



   Calzadilla de la Cueza

A la derecha se ve el cementerio coronado por un campanario que servía en el pasado para guiar a los peregrinos, es lo primero que vemos en la lejanía asomando entre suaves lomas. Calzadilla de la Cueza toma en  nombre la calzada  romana y del río Cueza que  atraviesa toda  esta región. El  pueblo creció alrededor de la calzada y posteriormente del Camino de Santiago, pero apenas se aleja unos metros de la calle principal, donde se encuentran los albergues y un hotel que dan cobijo a los peregrinos de hoy.
 
 
   Campanario del cementerio de Calzadilla

El campanario adosado al cementerio perteneció a una iglesia más antigua que la del pueblo, es de ladrillo y se compone de seis arcos para las campanas.

   Últimos metros en bajada


El pueblo es pequeño, en el pasado las casas eran todas de adobe, hoy ya no todas, pero todavía quedan algunas que hacen que adquiera ese color ocre del adobe, tan típico de estas tierras. Grandes corrales con paredes de adobe cubiertas de hierba servían para el ganado, hoy prácticamente desaparecido. Curiosa es la puerta utilizando un viejo trillo. La iglesia campanario del cementerio asoma al fondo.


    Paredes de adobe  rematadas en hierba y puerta aprovechando un trillo  



La iglesia de Calzadilla es grande para los pocos habitantes, tal vez sea así por estar en pleno Camino de Santiago, Está dedicada a San Martín y tiene un retablo renacentista traído del hospital de peregrinos de Santa María de las Tiendas. No visitamos el interior por encontrarse cerrada.

   Iglesia de San Martín



Un paseo por el pueblo nos relaja, es tan tranquilo que apenas vemos a nadie, sólo los peregrinos que descansan a la puerta del albergue ponen una nota de vida en este pequeño pueblo del Camino de Santiago. El sol se va ocultando por el horizonte, el campanario se oscurece y la magia del Camino se siente en el silencio de la noche. Mañana el día traerá de nuevo la luz, y los peregrinos continuarán igual que lo vienen haciendo desde hace siglos por la ruta de las estrellas con la mente y el corazón puestos en Santiago.


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

10 comentarios:

Anónimo dijo...


Como alegra recordar el camino. Estoy deseando que llegue este año. Como siempre las fotografía maravillosas y la composición genial (la quiero).

Besitos. Mercedes

Pedro Alfonso dijo...



Ya falta poco para disfrutar del Camino y de vosotros, peregrinos especiales.

Ya te daré una copia de la foto.

Anónimo dijo...

Haciendo el camino de Santiago con el zorro, que maravilla.

Mariano

Pedro Alfonso dijo...


Gracias Mariano por caminar junto al Zorro hacia Santiago.

Un saludo
Pedro

Anónimo dijo...


Como siempre precioso reportaje....



Mercedes Bermejo

Anónimo dijo...

Genial ¡¡¡¡¡ Aunque sea dificil, sigues superandote.


Paqui Almendros Martinez

Anónimo dijo...

Te ha faltado algún comentario, sobre el partido que vimos en Cazadilla, bueno, los que lo pudieron ver, porque vaya cabeza.
Al margen de bromas unas fotos y unos comentarios fabulosos y a esperar la proxima.
" El del puro"

Anónimo dijo...

Anónimo dijo...
Siempre me sorprendes con tus reportajes, son geniales
Además nos haces recordar muy buenos momentos.

Paqui Almendros Martinez

Pedro Alfonso dijo...


Gracias Manolo y Paqui por ponerme una medalla más, pero la verdadera magia de nuestro Camino está en vosotros, las personas con las que caminamos, sudamos, comemos, reímos y convivimos día a día.

Que nuestro Camino permanezca para siempre.

Un abrazo
Pedro.

Del partido no me acuerdo, ya sabes que a mí el fútbol, ni chicha ni limoná.

Anónimo dijo...

Por fin ha llegado el reportaje de esta etapa, ya casi me había olvidado, si no hubiera sido porque esa noche de Calzadilla, el Real Madrid se merendó al Bayern en Munich.
¡ Pedro, se nos van a juntar las etapas pendientes con las de este año!
Por lo demás genial, como siempre, aunque te ha faltado algún comentario sobre el fabuloso y "económico" desayuno del día siguiente en el Hostal. ¡ Por cierto, que tenía ascensor!
Alejandro

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