Una cesta de madroños de Cadalso
El otoño tiene las horas contadas, ya hace días que
comenzaron a caer las primeras heladas en nuestros campos, es lo normal por
esta época, como también es normal que los últimos madroños desaparezcan con la
llegada del invierno. Este año en el que las lluvias de otoño han sido bastante
escasas, los frutos se han mantenido mucho más tiempo en las madroñeras, donde
conviven con hojas y flores al mismo tiempo.
Fue a primeros de diciembre, la tarde despejada de nubes
todavía se dejaba acariciar por el tenue sol de otoño, los madroños, mitad
maduros mitad verdes, colgaban de las ramas que coloreaban unas hojas de
intenso color verde, es el madroño un árbol lleno de vida en cualquier época
del año, pero es en el periodo que casi comunica el otoño con el invierno
cuando luces sus mejores galas cargadas de belleza y color.
Poco a poco la cesta se va llenando con madroños de un
intenso color rojo junto a otros de color verde-amarillento, éstos están verdes
pero ya madurarán. Si alguna vez decidís recolectar madroños, no los cojáis
todos rojos, seguramente se aplastaran unos con otros y se estropearan, es
mejor coger primero los verdes y luego echar encima los rojos. Una vez en casa
nos iremos comiendo primero los rojos y más tarde los verdes, éstos en tan solo
unos días habrán adquirido el intenso y llamativo color rojo.
Cada año suelo recolectar una cesta de madroños, es una
vieja costumbre que no quiero perder porque me llena de alegría y satisfacción,
es sentir que estoy vivo, que de nuevo regreso a este lugar donde desde hace
siglos maduran los madroños, y simplemente esto ya es una fortuna para mi.
El madroño es muy escaso en nuestra Comunidad de Madrid, está protegido desde hace muchos años, y probablemente sea Cadalso uno de los lugares donde todavía crece salvaje y abundante. Cuídale y protégele.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
2 comentarios:
Buena recolecta. En Madrid por la zona de el Hospital La Paz y las cuatro torres en los jardines hay bastantes madroñeras, los madroños los han cogido todo el que ha querido, aún tienen algunos y el suelo está lleno de ellos.
Es el madroño otoñal:
visto dentro de la cesta
la visión angelical
en su estado natural
igual a mujer honesta.
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