Montón de Trigo. Sierra de Guadarrama.

Montón de Trigo. Sierra de Guadarrama.
Raquetas, crampones, todo vale...Guadarrama maravillosa.

Hermana mayor y bajada por Canal central de Peñalara.

martes, 15 de marzo de 2011

Roma (I)

Roma, la ciudad eterna, milenaria donde las haya. Allá fui con mi pareja (Gloria) del 7 al 10 de marzo y vinimos maravillado y entusiasmado de su belleza.

Piazza del Poppolo

El primer día estuvimos paseando por sus calles más céntricas (Vía del Corso es como la calle Serrano en Madrid). Nuestro punto de partida fue la Piazza de Spagna que posee una de las escalinatas mas bellas del mundo (se realizan desfiles de moda), a continuación y con la ayuda de un mapa nos fuimos a la Piazza del Poppolo (enorme con un obelisco central altísimo). Tras un parón de unos 20 minutos proseguimos nuestro paseo turístico hacia el Partenón pero pasando antes por una serie de plazas en dónde los obeliscos destacan por encima de cualquier monumento.

Llegamos al Partenón (Phanteon para ellos), entramos y te quedas asombrado de como hace 20 siglos se pudo edificar tan bello templo rodeado de estatuas, pinturas y columnas y con una bóveda preciosa.


Fontana di Trevi
Tras degustar una lasagna exquisita (Todo es a base de pasta y pizza en Roma) nos encaminamos hacia la Fontana di Trevi callejeando entre calles estrechas repletas de motivos romanos por todas partes. Y allí apareció tan majestuosa fuente entre calles pequeñas y con un gentío grandioso, que belleza, que sensacional monumento, impacta y uno siente admiración por los artistas que trabajaron en ella. Dice la tradición que tienes que tirar una moneda a la fuente y pedir un deseo y que si lo haces regresarás algún día a la Ciudad Eterna (a mi se me cumplió había estado en 1992 con la Beatificación de Escrivá de Balaguer y tiré la moneda). Nos gustó tanto que volvimos al día siguiente por la noche para admirarla nuevamente en la nocturnidad (el gentío seguía y nuestros asiáticos nipones por todos lados) y ahí seguía imponente, llamativo y con el agua cristalina a más no poder.


Por cierto no os hagáis fotos con los pícaros y ficticios centuriones que revolotean alrededor de cualquier monumento, tras foto pa arriba y foto pa abajo y simpatía a raudales nos vamos tranquilamente y nos viene persiguiendo espada en mano pidiendo 5€ ni más ni menos por la mini sesión fotográfica con mi cámara (le tuve que dar algo pero vamos caraduras hay hasta en Roma, ¡¡Tiparraco!!!).

Piazza Venecia
Vista la Fontana y de camino hacia el hotel nos pasamos por la Piazza Navona, Piazza Venecia (el edificio-monumento más grande que he visto en Roma) y la Iglesia de San Inazio (está bien escrita). Todas las iglesias son inmensas de altas, muy largas y en todas y cada una de ellas abundan los frescos en el techo y una gran cantidad de estatuas o imágenes gigantescas.

San Pedro

Segundo día en la ciudad del Río Tíber (Tévere para los italianos). Fue monopolizado por el Vaticano, todo el día en la Ciudad del Sumo Pontífice Benedicto XVI. Muchas cosas hay que ver y disfrutar en Roma pero la Cita del Vaticano es lo más impresionante que uno puede vislumbrar posiblemente en todo el Viejo Continente. Majestuosidad, Magnificencia, Gozo Interior, Hermosura, se me acaban los calificativos. Sólo se vive una vez y esto hay que verlo. Pagamos un guía (estandarte en mano y pinganillo al oído, cada uno 45€, merece la pena sino no te enteras el porque de lo que rodea al Vaticano), y nos llevó, explicó y orientó de forma agradable y muy comprensiva.

La plaza de San Pedro es enorme, con una columnata preciosa a cada lado formada por 4 filas de columnas. Encima la flanquean 128 estatuas de más de 4 metros de altura. Al fondo se encuentra la Basílica de San Pedro que se tardó en construir 87 años, la mandó construir en el Siglo VI Constantino sobre la tumba de San Pedro. Su interior es apoteósico (la más larga que se ha construido) según entras a la derecha se encuentra La Piedad de Miguel Ángel. 50 estancias con santos tiene la Basílica y en todas el mármol es su protagonista. Todo es impresionante pero destaca el Baldaquino de Bernini, debajo suya está situado el altar mayor y la tumba de San Pedro. Encima del Baldaquino se encuentra la Cúpula de la Basílica a la que subimos tras 521 escalones.

Desde arriba se ve toda Roma de Norte a Sur y de Este a Oeste y te impresiona ver la Plaza de San Pedro con la Vía de la Conziliazione al fondo, la subida es un poco agónica por la estrechez de las paredes.


Capilla Sixtina

En el pago al guía entraba la visita a los Museos Vaticanis sin esperar colas. Pudimos contemplar infinidad de estancias, patios, estatuas, galerías (la de los mapas es impresionante su techo es todo de oro) y como no la Capilla Sixtina en dónde no se podían hacer fotos ni filmar y nadie lo respetaba. Impresiona ver el techo de 20m de altura repleto de extraordinarios frescos (entre ellos La Creación) y en su pared principal el Juicio Final. Todos ellos de Miguel Ángel Buonarrotti y Rafael Sanzio genios del Renacimiento Italiano.

San Ángelo

Comenzamos con nuestra guía a las 10 30h y terminamos por nuestra cuenta a las 17h que fue cuando comimos éste segundo día. De camino al hotel atravesamos el Río Tíber por el puente de los ángeles flanqueado por el Castillo de San Ángelo (Fortaleza papal). Día inolvidable.

Este reportaje se lo dedico a todos los cadalseños que algún día soñaron con ir a Roma y no pudieron, entre ellos a mis abuelos.

Texto y fotos: Jorge García Escudero

3 comentarios:

Jose Antonio dijo...

La semana más feliz de mi vida la pasé allí hace 18 meses, es el centro del mundo, debería ser obligatorio el viaje para todo el mundo, al menos una vez en la vida.¡Quiero volver!
Un abrazo

Anónimo dijo...

yo estuve en el 76, y prometi ,regresar con mi familia.

aun no lo he hecho paqui

Anónimo dijo...

Yo en el 63,ocho dias maravillosos,inolvidables,algún dia volveré si DIOS quiere,no pierdo la esperanza...un saludo JUANY

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