Claveles Peñalara por la Laguna de los Pájaros. Sierra de Guadarrama.

Claveles Peñalara por la Laguna de los Pájaros. Sierra de Guadarrama.
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Museo de Montaña Zorro Corredero

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jueves, 27 de febrero de 2025

AMIGOS DEL ALMA, por Miguel Moreno.

 AMIGOS DEL ALMA

(A Pedro Alfonso Jerónimo, su amistad vuelve mi corazón más humano y cura mis penas)

Guillermo, Miguel y Jose. Cadalso 1974 

Amigos en el más amplio sentido de la palabra. A mí derecha Guillermo Yuste Pérez, a mí izquierda José Luis Martín López. Es una foto crepuscular, preciosa, captada en la barra de verano de La Huerta durante unas fiestas de Cadalso de comienzos de los 70. Pantalones acampanados, expresiones naturales, auténticas. La noble llaneza de la amistad. Ellos tienen una humilde caña en su mano derecha mientras la izquierda descansa y el futuro espera. Abrazo sus hombros orgulloso de estar con ellos. Nunca fui hombre de muchos amigos, supongo que debido a mi espíritu retraído y circunspecto. Han pasado más de 50 años. Seguimos siendo amigos y ahora también abuelos. Quizá en el futuro nuestros nietos serán también amigos. Y se harán una foto parecida y será entonces cuando su cerveza arrulle el recuerdo de nuestro pasado.

Vicente y Miguel. Sept. 2015 

Vicente Álvarez Lago sigue siendo un amigo responsable y fiel. Cuando a todos nos dominaba la euforia y nos creíamos los "reyes del mambo", él nos llamaba al orden. Nunca le gustaba que tuviéramos comportamientos groseros y amenazaba con irse si persistíamos en nuestra actitud. Y como él gozaba del beneplácito general y poseía el carisma necesario para seguir sus indicaciones... se hacía lo que Vicente aconsejaba, que siempre era lo más beneficioso para todos. Conoció a su mujer, Encarna, en nuestra boda y eso ya fue el remate para sellar nuestra amistad inquebrantable. A todos ayudaba, socorría, aconsejaba y nos recibía en su sede de Seny, en Manuel Becerra. Allí he reído y llorado con él entre cubatas y recuerdos de amores platónicos. Cuando volvíamos de Argelia cogíamos un taxi en el aeropuerto y servidor se apeaba en Seny mientras Paloma con sus padres volvían a casa. "Vicente, si no paso a verte y tomarme el primer cubata contigo me parece que no estoy en Madrid". Su abrazo y su sonrisa sincera es suficiente porque sabes todo lo que esos nobles gestos encierran. "Miguel "Tanusú" ¿qué tal por Argelia?" Y es que siempre he sabido que junto a Vicente nada malo podía pasar. 

Agustín y Miguel. Sept. 2013.

Yo escribía, él me leía y ninguno lo sabía. Al llegar de Madrid a Cadalso los viernes bajábamos al Spar a comprar. Fue Agustín Morales quien "pegó la hebra": "Miguel, leí tu escritito -Un día repetido- y me gustó". Al poco nos vimos en "Vigi" y "Peke's Jazz" y no paramos de hablar y beber cerveza durante años. Cada "finde" continuábamos nuestro trasiego verbal. A "La casa de la abuela" de mi prima Nieves, iban a pedirnos la propina su sobrina Aurora y mi hija Berta mientras se nos salían las palabras por el borde de los vasos. Me hablaba de su pueblo, Cebreros, allí su padre era el médico y entre sus pacientes se encontraban la familia del ex-presidente Adolfo Suárez, del que hablaba con admiración ganándome para la causa. Agustín es culto, sencillo y buen amigo. Yo era una esponja nocturna que absorbía sus enseñanzas según frotaba mi ignorancia. Aquellas noches poseían el aroma de los sentimientos que resucitan. ¡A euro bebíamos los brebajes de luna...! 

Miguel, Pilar y Rafael Canellada. Presentación libro de Conservaduría.1994. Círculo de Bellas Artes.

Cada mañana durante 20-25 años, Rafael Canellada Llavona ponía Sinfo Radio. Música clásica, pasajes sueltos, retazos conocidos. Ululaba el teléfono, gente venía y partía, barullo, problemas. Quizá en algún momento gritaba el silencio... Él junto al ventanal del jardín, yo enfrente, delante de un armario blanco. Y así muchos años, mejores y peores, prisas y sicología, confidencias y melancolías. Y también el silencio. Aprendí a amar la música clásica de esta forma tan sencilla y poco convencional. Fue gracias a él, casi sin darme cuenta. Algunas tardes recorrimos juntos las tabernas del viejo Madrid que tanto amamos. Nos hicimos mayores sin saberlo, cerraron Sinfo Radio, nos jubilamos y partimos. Pero sigo viendo a Rafael en el despacho sintonizar la radio pequeña que estaba bajo la mesa. Hay momentos en que callamos y miramos el jardín del Palacio de Viana. Parece que todo continúa igual: que nuestras sillas de madera nos esperan recién barnizadas, que siguen sonando aquellos silencios que conservamos en la memoria 

Compañeros de Garza.

Cada octubre quedábamos a cenar los amigos-compañeros de Garza. Fue idea de Manolito Reyes y José Carretero que junto a Antonio Aguña, Fernandito Morante, Abelardo Güil, Vicente Velasco, Marcelo Largo y servidor partíamos a recuperar -ingenuos- un tiempo de ideales, trabajo, copas y amistad. Y fue eterno y muy hermoso mientras duró, como los amores de siempre lo son. A los postres les leía un escritito a ellos dedicado. En ocasiones un silencio sepulcral inundaba el restaurante. Muchos comensales dejaban de cenar y escuchaban nuestras vivencias. Pero a pesar de lo que creemos nada es eterno. Partieron Morante y Aguña y su ausencia flotaba trocando la alegría inicial en melancolía. Yo sentía que ya nada era igual y aquellas cenas llenas de felicidad comenzaron a espaciarse, a excusarse, a marchitarse. Voló el encanto y quedó el desencanto de la ausencia. No los olvido, ¡cómo olvidarlos si su recuerdo permanece anudado a lo mejor de mi vida! 

Rafael Molina.

Conocí en 1977 a Rafael Molina Luengo en Barcelona gracias a Fernando y Cuqui "Socorristas". Yo hacía la "mili" y Rafael trabajaba en Pullmantur, agencia de viajes. Me trató maravillosamente bien abriéndome de par en par su corazón. Al salir del cuartel me cambiaba de ropa en su oficina. Me reservaba un asiento en el autobús turístico de su empresa y, como uno más, iba a los toros (Monumental y Arenas), a salas de fiestas como Scala, a la playa de Castelldefels, al Tibidabo, a Montjuic... Ciertas noches visitábamos bares singulares del puerto y de las Ramblas donde Rafael era queridísimo. Conocimos a dos chicas, una de ellas acabó siendo su mujer. Se respiraba ese respeto de culta libertad que hizo que Barcelona se convirtiera en mi ciudad favorita después de Madrid. Rafael nos facilitó el transbordo desde el avión de Argel-Barcelona, al de Madrid cuando vinimos al entierro de mi padre: "Paloma y Miguel, por favor, pasen urgente por Información para enlazar con el vuelo de Madrid..." Existen detalles humanos que nunca se olvidan y él los tiene casi todos. Rafa es tan bueno como un niño en cuerpo de adulto.

José A. Peque y Miguel con sus hijos. Madrid 1983.

José A. Álvarez Gallego de Guzmán, "Peque", y servidor nos conocimos con 14 años en Las Casetas. Nunca tuvimos una desavenencia y él sigue defendiéndome donde sea menester. Si oye algo negativo sobre mi persona la reprimenda que se lleva el autor es colosal. Me lo han dicho más de un testigo, José jamás. Me aprecia tanto que no quiere disgustarme con "chismes". Su pasión es la música que practica con su guitarra desde la infancia. Le pone tanto sentimiento que se emociona tocando alguna de sus baladas favoritas. Las lágrimas caen sobre sus dedos y las cuerdas y ello provoca unos acordes sobrecogedores. Ha superado dolencias físicas y del alma y ahora pasea por Cadalso y nuestra peña mientras su mujer, Rosi, llena de placidez sus días. Si nos vemos recordamos nuestras juergas juveniles. "Migue, ¿recuerdas lo bien que lo pasamos en Cuéllar y en mi Peke's Jazz? Allí saboreábamos la vida trago a trago..." Los tragos emocionados eran sus melodías rasgadas con la púa del corazón.  

Susana y Elena.

Estaba casi decidido a jubilarme antes de llegar a los 65. Me pareció que al Ministerio llegaba gente empujando y trepando mientras servidor ya se deslizaba hacia su refugio cadalseño. Sentía que las consignas políticas, el descaro, primaban por encima del servicio y no era plan. Además los jefes cambiaban mucho y así era difícil que hubiera un plan de trabajo coherente y estable. El cariño, la ética y la profesionalidad de tres mujeres me animaron y consiguieron que llegara a la meta indemne. María (Reparto), Susana (Régimen Interior) y Elena (Oficialía Mayor) fueron mis ángeles custodios hasta el final. Ellas trocaron mi lamento en calma sosegada. Simple y llanamente así fue. Estoy seguro que no han perdido su ánimo adorable, humilde y protector. Virtudes suyas reflejadas en la dulzura de sus ojos. Su tierno mirar continúa alumbrando lo poco que soy. El mérito de ellas fue que supieron limpiar el polvo que manchaba mi vida laboral para poder seguir. 

Isabel. Torremolinos. Los Álamos.1975.

"¿Acaso muere el sol o la luna? ¿Mueren la brisa, el mar o las estrellas? No. Nunca. Yo sé que sigues brillando con luz propia. Serás eterna, como tu pueblo blanco... Nuestro querido Torremolinos. Te citarás siempre con sus vientos, entre la espuma blanca de sus olas y estarás entre todos para siempre, observando melancólica desde las playas de La Roca y Los Álamos aquello que fuimos..." Cuando entonces, yo leía los azulejos de las calles de Torremolinos. Ella sabía dónde se encontraban y me llevaba. ¿Qué habrá sido de ellos y de ella…?

  (Dependiendo de mis recuerdos e inspiración, quizá siga hablando en el futuro de mis amigos del alma).

 

Miguel MORENO GONZÁLEZ

13 comentarios:

Pedro Alfonso dijo...

Gracias Miguel por tan delicada y humana dedicatoria, espero que nuestra amistad se extienda por todos los años que la vida nos tenga a bien regalarnos. Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Maria Antonia Hernández
Miguel en la vida hay amigos que aunque no tengamos relaciones por el motivo que sea cuando nos necesitamos ahí estamos, un abrazo y feliz jueves

Anónimo dijo...

Miguel, COMPAÑERO y AMIGO, en mayúscula. Gracias por los momentos tan buenos que pasamos cuando trabajamos juntos. A pesar de que la primera vez que te vi, me impusiste un poco, por tu seriedad, fue conocerte y tenerte cariño y aprecio sincero. Tienes una sensibilidad especial y una forma de expresar emociones en tus relatos única.

Anónimo dijo...

Gracias de nuevo, compañero.. pero creo que el humo (el tiempo, en este caso), como decían Los Platters, ciega (en este caso, nubla) tus ojos.. pero es gratificante que sea para bien. Un abrazo.
Rafael

Anónimo dijo...

👏👏👏👏👏👏👏😘😘😘😘😘😘😘😘😘... Preciosa toda tu vida y amigos. Un fuerte abrazo Miguel 💖💖💖💕💕💕💖💖💕
José A. Álvarez G. de Guzmán

Anónimo dijo...

MIGUEL , QUÉ TIEMPOS AQUELLOS DE MANUEL BECERRA, SENY, TUXPAN...
Vicente

Anónimo dijo...

Esas personas que te marcan en tu vida, siempre para bien, que siempre están a tu lado y tú te sientes felizmente con ellos, son los que llamamos amigos, personas con las que nos rodeamos en distintas etapas de nuestra vida y que alegría revivir esos momentos mágicos que se pasan juntos.
Los amigos no se miden por la cantidad, sino por la calidad de esa relación y que alegría poder hablar de ellos con ese orgullo Miguel, eso dice mucho de ti y tu amistad verdadera. ¡¡Feliz Jueves!! 😉
Luis M. González

Miguel Moreno González dijo...

Muchas gracias por vuestros amables y bonitos comentarios. Me agrada difundir las gratas experiencias que he vivido a lo largo de mi vida junto a personas que me han hecho feliz demostrándome su cariño. Ellos me ayudaron a superar las experiencias negativas. Justo es homenajearlos y recordarlos. Afortunadamente el ser humano, cuando pasa el tiempo, suele dar importancia y recordar lo bonito. Agradecido a todos.

Juan Ra.o dijo...

Miguel, vas a necesitar muchos días para que como dices cuando tengas inspiración escribas sobre más amigos del alma.
Te sobra inspiración y los amigos deben ser muchos por tu forma de ser

Anónimo dijo...

Como siempre haciendo gala del gran concepto de la amistad que tienes, que te honra y enorgullece a los que nos sentimos tus amigos, siempre con tú permiso.
Pepe Vázquez

Anónimo dijo...

Aurora Ferrera Ruiz
que maravilla un saludo

Anónimo dijo...

Venancio Moreno
Entre taurinos y cazadores va la cuestión

Anónimo dijo...

No tengo palabras para describir lo orgulloso de seguir siendo amigo del alma.
Eres: Una gran persona una persona inteligente y lo más importante HUMANO.

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