Castañar de ensueño...
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Hay lugares que parecen salidos de un cuento, espacios donde la naturaleza te abraza y el tiempo se detiene. Uno de esos lugares es El Castañar de El Tiemblo, en la provincia de Ávila. Cada otoño, este rincón se viste de oro, cobre y ocre, desplegando un espectáculo que emociona los sentidos y reconcilia el alma con lo esencial.

Pasear por sus senderos es mucho más que caminar: es respirar calma, escuchar el susurro de las hojas y dejar que los pasos te lleven sin prisa, entre el murmullo del viento y el crujir de las castañas bajo los pies. Cada rincón es una postal viva, un lienzo que cambia con la luz del sol y con cada mirada.
Y en el corazón del bosque, majestuoso y sabio, nos espera “El Abuelo”, un castaño centenario que ha visto pasar generaciones enteras. Sus ramas, retorcidas y firmes, cuentan historias de lluvia, de nieve, de amor por la tierra. Se dice que guarda sus castañas con recelo, como un tesoro que protege del tiempo. Y uno, al contemplarlo, entiende por qué: El Abuelo es más que un árbol; es memoria, raíz y vida.

Visitar El Castañar de El Tiemblo es sentir gratitud. Gratitud por la naturaleza que nos regala tanta belleza sin pedir nada a cambio. Gratitud por poder detenernos, respirar profundo y recordar que no hace falta ir lejos para encontrar lo extraordinario.
Así que, si buscas un lugar donde el otoño se convierte en emoción, donde el alma se ensancha y el corazón se llena de colores cálidos, ven a El Tiemblo. Ven con respeto, con ilusión, y déjate envolver por su magia.
Porque aquí, entre los castaños y el silencio, la vida se siente más viva que nunca.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso