Desde San Antón.
viernes, 1 de agosto de 2025
Hoy desde San Antón: Buenos Días CADALSO.
Portada Agosto-2025. Museo de Montaña Zorro Corredero.
Portada Agosto 2025.
jueves, 31 de julio de 2025
Curtidurías de Chouara. Los tintes de Fez. Marruecos
Curtidores de Chouara Fez Marruecos
Fez es una ciudad marroquí a la que muchos consideran la capital cultural de Marruecos, y puede que tengan razón porque en Fez hay mucho arte, murallas, zocos, medinas, cafés y por supuesto la famosa Puerta Azul. Pero hoy vamos a ver otro mundo muy diferente y también muy marroquí, me refiero a las Curtidurías de Chouara, un lugar situado en la medina de Fez donde desde hace siglos se viene trabajando la piel exactamente igual que lo hicieron los trabajadores de la Edad Media. Cuando se llega y se observa el lugar, lo primero que uno nota es el mal olor que se desprende de los tintes y las pieles, y al observar piensas cómo pueden trabajar en esas condiciones donde la salud de los trabajadores no parece que importe mucho, pero es cierto que es un trabajo totalmente artesanal y que además goza del orgullo y la identidad de la ciudad de Fez, y por lo tanto es lo que es desde hace siglos.
Todo se observa desde unas terrazas, no dejan bajar y pasar junto a las cubetas donde los trabajadores introducen las pieles, de vaca, cabra y camello, una vez eliminados los pelos e impurezas, para primero limpiarlas y más tarde darles el color deseado, y como ya he dicho todo de forma manual, realmente increíble y llamativo. Arriba en las terrazas existen tiendas donde te venden todo tipo de artículos de piel, bolsos, faldas, cinturones, sombreros, y los dueños de las tiendas son amables, respondiéndote a todo tipo de preguntas, incluso en español. Lo mejor es hacer la visita por la mañana cuando la actividad es total, subir a la terraza ver y oler, algunos llevan ramas de menta para colocarlo en la nariz y mitigar el olor, pero la verdad es que nada hay como sentir el auténtico mal olor de la curtiduría, algo que no olvidarás nunca, y si compras algo, yo compré un cinturón que siempre huele y me trae el recuerdo de Fez, algo que me gusta.
Cornisas de Peñalara en 1979.
Cornisas de Peñalara...
Pedro Alfonso si yo creo que es este.Era una pasada.Que pena lo que se han perdido nuestros hijo y nietos
miércoles, 30 de julio de 2025
Fotografiando cabras en Gredos, todo un placer.
Pillando cabra...
martes, 29 de julio de 2025
Peña Sirio. La Pedriza.
Peña Sirio.
jueves, 24 de julio de 2025
Ay, Ay, siempre la Peña Muñana.
Peña Muñana..
miércoles, 23 de julio de 2025
Caballos en El Pont d'Arrós, Valle de Arán.
El Pont d'Arrós
Casa de Tablas. Garganta del Boquerón. Cadalso de los Vidrios.
La Casa Tablas..
martes, 22 de julio de 2025
En memoria de Ana Martín de Bodegas Juliana de la Rosa.
Ana Martín..
Refugio Victory de Galayos. Camiseta del Majara.
Refugio de Galayos..
Pico de la Miel. Sierra de la Cabrera.
Pico de la Miel..
lunes, 21 de julio de 2025
Pico Zapatero en primavera. Sierra de la Paramera. Ávila.
Pico Zapatero
Navandrinal - Portacho del Zapatero - Risco Redondo - El Zapaterillo - Pico Zapatero – El Zapaterillo – Risco Redondo – Portacho del Zapatero – Navandrinal.
La Corredera de Cadalso en invierno y en verano
Plaza de la Corredera.
domingo, 20 de julio de 2025
Botas Chiruca. Museo de Montaña Zorro Corredero.
Botas Chiruca
Fueron las botas más utilizadas en los años 60-70 tanto para la calle como para la montaña, me refiero a las clásicas Chirucas, baratas y muy adaptables a todos los pies, pero también muy fáciles de mojar con la lluvia o la nieve, pero era lo que había. Se fabricaban en Arnedo, La Rioja donde hoy, 70 años más tarde, creo que se siguen fabricando, aunque desconozco si se comercializa este modelo de aquellos años.
sábado, 19 de julio de 2025
Desde Puebla de la Sierra. Buenos Días Comunidad de Madrid.
Puebla de la Sierra
viernes, 18 de julio de 2025
Cercanía divina. Cadalso de los Vidrios.
A la puerta de la iglesia..
jueves, 17 de julio de 2025
RIELA MISTERIOSA LA LUNA EN EL BAJONDILLO DE TORREMOLINOS, por Miguel Moreno
RIELA MISTERIOSA LA LUNA EN EL BAJONDILLO DE TORREMOLINOS
Escribo desde una playa de Torremolinos. Es una cala recóndita y apartada del mundanal ruido que Paloma y yo descubrimos en 2003. Tiene duchas, chiringuito bien atendido, barbacoas con mesas protegidas por árboles frondosos, un pequeño manantial no potable... Últimamente le falta al entorno el imprescindible mantenimiento. Desde que murió el afectuoso, educado y viejo alemán que lo hacía ya nada es igual… Oímos el cautivador rumor de las olas mientras hueles a salitre, recuerdas despacio y dormitas paciente sobre la arena mirando el cielo... Es ideal para romper la monotonía del año, descansar, caminar y tomar determinaciones y cervezas muy frías. Esta tarde pasaremos por Málaga, subiremos a Gibralfaro, pasearemos por La Alameda y recorreremos la parte histórica llena de sitios emblemáticos que conservan su encanto con el paso de los años: El Café de Chinitas, La Malagueta, el puerto con su cenachero, el anfiteatro romano, el teatro Cervantes, El Pimpi, Cofradía de Mena...
Cincuenta años desde que vine a Málaga y Torremolinos por primera vez y me gustó; no por nada en concreto, sino porque alguien me lo supo mostrar con naturalidad, con esa sencillez innata, humilde, que te descubre las emociones ocultas de los lugares entrañables. De aquella primera vez yo volví diferente, como dicen los románticos que hay que volver de los lugares que se visitan y te cautivan. En mi caso fue totalmente así. Aquí descubrí el mar y el entusiasmo. Por eso cada vez que vuelvo sé que nos pertenecemos, que somos indisolubles, que formamos parte de un ente sincero y cordial. Intuyo que permaneceremos unidos, ya es tarde para separarnos.
Durante las noches tristes e invernales cadalseñas, esas en las que se oye caer el agua, ulular el viento y gotear los sentimientos, yo retorno aquí acurrucado en la cama. La imaginación vuela y te rescata del miedo, del desencanto, de las pérdidas queridas y de las limitaciones que impone envejecer. Vas en volandas a mundos desconocidos que dejan de serlo y vives una vida soñada que acaso quisiste vivir en la realidad. Y es que la imaginación es el juguete más preciado que poseemos los humanos desde que nacemos.
Una noche en la discoteca “Metro” de la Avenida Montemar de Torremolinos, coincidí con un tipo que pululaba por la edad sabia. Iba acompañado de una chica fascinante que lucía una sonrisa de cuarto de bachiller. Mujer y sonrisa parecían descender misteriosas al encuentro del mar. Hablamos mucho de lo divino y lo humano, pero no recuerdo el motivo por lo que me reflexionó de aquella manera: “Las personas somos extrañas. Nos negamos a reconocer la bondad del ser humano, como si no fuera una virtud propia. Es por eso que nos inventamos Dioses para contrarrestar esa evidencia humana del amor, como si no estuviera a nuestro alcance, como si no quisiéramos reconocer que el humano es intrínsecamente bueno, salvando, claro está, las excepciones de rigor. Nunca censuramos a Dios las desgracias, al contrario, le disculpamos y si ocurre algo hermoso le ensalzamos. Todos los méritos son suyos, todos los defectos son de los mortales; pero yo, en cambio, he sentido junto a ellos la plenitud maravillosa del amor. En el fondo pienso que lo que perseguimos con las religiones es creer que no moriremos del todo. Una compasiva entelequia utópica. Qué desolador es ser homo sapiens en Torremolinos, ¿no crees?”
Existen
amaneceres en los que las emociones te hielan el corazón, en los que uno
quisiera que no acabaran jamás, como si aspirásemos a no morir nunca. Y eso a
pesar de que los Dioses no están por la labor. Madrugamos para salir de la
discoteca aquella jornada de 1975 en que me hice mayor con él sin saberlo.
¿Cómo no he de querer este santo lugar?
Entre las playas de El Bajondillo y La
Carihuela rielaba la luna sobre el mar. Quizá fuese el reflejo de la cara
de aquel hombre que brillaba con la luz sabía y trémula del amanecer o quizá
también el misterio de la sonrisa de su compañera...
Miguel MORENO GONZÁLEZ