Mirando la Corredera
Es medio día, no existe el tiempo, la luz rodea el silencio, y un dulce olor que parece mágico lo envuelve todo, un banco vacío espera la llegada de alguien que lo ocupe, el cielo es azul, cierro los ojos. y de pronto el silencio se convierte en murmullo, llegan los niños, traen sus juguetes, corren nerviosos y se escuchan sus gritos y sus risas, es día de Reyes, todo es felicidad, más en esta plaza que se presta al juego, al encuentro, a la alegría, es una plaza única, es la Corredera. Cadalso sigue siendo maravilloso. Feliz Día de Reyes.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
15 comentarios:
Feliz día Pedro y para todos Salud que nos quedemos por lo menos como estamos
Antonia Frontelo Morales
Buenos días
Maria Cristina Fuentes Rojas
Buenos días felices Reyes
Rosa Merchan
Felices Reyes pedro
Maria Rosario Caballero Lopez
Feliz día de Reyes Pedro,te habrán traído muchas cosas porque te has portado muy bien,esperemos q esté año cambien los cosas y los próximos Reyes se porten mejor,
M Carmen Carretero
Si, muchas cosas, y para los siguientes seguro que muchas más.
Buenos días y feliz día de reyes
Pilar Lopez Navarro
Buenos días felices Reyes
Pilar Diaz Recamal
Igualmente, feliz día de Reyes... que te han echado... unas botas de montaña???..o un balón de fútbol??.. 🤣🤣..
José Antonio Álvarez Gallego de Guzmán
Está claro, cositas de montaña, casco, arnés y algo más. Y a ti una guitarra, seguro,
Buenas tardes Pedro cómo me gusta esta plaza . me trae muy buenos recuerdos preciosa fotografía
Aurora Ferrera Ruiz
Feliz dia de Reyes para ti y tu familia Pedrito ❤😘😘😘
Dolores Saez Canoyra
Que bonita!! Siempre me pareció Preciosa vuestra casa…
Paca Merengue
Pedro Alfonso Jejejeje...no porque ya tengo unas cuantas... ahora un.... piano por ejemplo... 🤣
José Antonio Álvarez Gallego de Guzmán
LOS REYES POBRES A SU LLEGADA A CENICIENTOS
Cabalgata de los Magos
llegados desde el Oriente,
reyes del portal viviente
que en la infancia causa estragos.
Reyes de los años pobres
de los cuarenta y cincuenta,
donde el dinero se cuenta
entre perras y entre cobres.
Los tres reyes caballeros
sobre fuertes percherones,
hartos de cargar serones
y de arar con ventisqueros.
Siguiéndoles los muchachos
por calles casi en tiniebla,
poca luz y mucha niebla,
pedíamos sin empachos.
Baltasar tizne de hollín,
embadurnada la cara,
nos ponía mueca rara
arrebujado en chalín.
Con los dos monarcas blancos,
tiesos en la cabalgata,
con coronas de hojalata,
parecían estar mancos.
No arrojaban caramelos,
¿o es que tal vez no existían?,
y en la mente nos metían
olvidarnos de camelos.
Y era nuestro itinerario
igual que el de procesión,
revestido de emoción
en distinto calendario.
Como siempre Calle Larga
desembocando en la plaza,
acontecer que se emplaza
al sentimiento que embarga.
La sempiterna tarima
de maderas desbastadas,
del uso ya deslustradas
y que verla tanto anima.
Toman asiento los Reyes
en sus tronos de espadaña,
lugar donde la cucaña
en las fiestas dicta leyes.
Se hace un silencio expectante
entre los tiernos infantes,
y todos con atenuantes
de ser ejemplo constante.
Ser el mejor en la escuela,
no cometer fechorías
ni merecer perlesías
de la madre y de la abuela.
Mas cuando mi nombre en alto
grita el buen rey Baltasar,
siento un fuego de abrasar
y tomo el fuerte al asalto.
De plexiglás la cartera
me entregaron de regalo,
que no es ni bueno ni malo
pues dura hasta primavera.
Y plumier de colorines
repleto de lapiceros,
para pintar extranjeros
continentes y confines.
Y a seguir los crecimientos,
y esperar nuevos eneros,
y los Reyes jornaleros
volvieran a Cenicientos.
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