A mi querido amigo y admirado maestro. José Delestal
Engastadores de oficio, artistas por vocación no exentos de presunción en vuestro noble ejercicio. Cierta gloria y beneficio es el pago halagador al que aspiras soñador sentado ante tu astillera, la enarbolas por bandera de artesano creador.
Engastes de gran belleza transmitiendo tus buriles a pesar de tantos miles de joyas en la cabeza. Defiendes la fortaleza del último trabajo hecho con la punzada en el pecho que sentiste de aprendiz, cuando captaste el matiz de no tener tu arte techo.
Impagables artesanos ignorados por el mundo en vuestro éxtasis profundo de habilidad en las manos. Pues van llenando de granos y cortes de terso brillo en lo aurífero amarillo, y gemas semejan flores que van prodigando amores cual Vírgenes de Murillo.
La luz que tu ser destella visible en todo iniciado, es el remonte agrandado fulgurante de una estrella. Y va quedando una huella solitaria en la negrura que ha superado tu altura, prestando a tu centelleo el fuego de Prometeo surgiendo de la espesura.
Tus desbordantes caudales de bohemio sedentario, huyendo de todo horario pregonan tus ideales. Y son artes inmortales libertad para crear, y poder alardear de constante movimiento, cómo ráfaga de viento enamorada del mar.
Injustamente olvidado en faustas exposiciones, para ti no hay efusiones y has quedado relegado. Tu trabajo ha terminado, debes mantenerte aparte, pues quién trabajo ha de darte no menciona tu taller y hoy al igual que hizo ayer hace del tuyo su arte.
2 comentarios:
A finales de mes vienen para Avilés. Llevan años visitándonos. Tienen cosas muy interesantes. Lo recomiendo.
Belen Revuelta de Guzman
ENGASTADORES
A mi querido amigo y admirado maestro.
José Delestal
Engastadores de oficio,
artistas por vocación
no exentos de presunción
en vuestro noble ejercicio.
Cierta gloria y beneficio
es el pago halagador
al que aspiras soñador
sentado ante tu astillera,
la enarbolas por bandera
de artesano creador.
Engastes de gran belleza
transmitiendo tus buriles
a pesar de tantos miles
de joyas en la cabeza.
Defiendes la fortaleza
del último trabajo hecho
con la punzada en el pecho
que sentiste de aprendiz,
cuando captaste el matiz
de no tener tu arte techo.
Impagables artesanos
ignorados por el mundo
en vuestro éxtasis profundo
de habilidad en las manos.
Pues van llenando de granos
y cortes de terso brillo
en lo aurífero amarillo,
y gemas semejan flores
que van prodigando amores
cual Vírgenes de Murillo.
La luz que tu ser destella
visible en todo iniciado,
es el remonte agrandado
fulgurante de una estrella.
Y va quedando una huella
solitaria en la negrura
que ha superado tu altura,
prestando a tu centelleo
el fuego de Prometeo
surgiendo de la espesura.
Tus desbordantes caudales
de bohemio sedentario,
huyendo de todo horario
pregonan tus ideales.
Y son artes inmortales
libertad para crear,
y poder alardear
de constante movimiento,
cómo ráfaga de viento
enamorada del mar.
Injustamente olvidado
en faustas exposiciones,
para ti no hay efusiones
y has quedado relegado.
Tu trabajo ha terminado,
debes mantenerte aparte,
pues quién trabajo ha de darte
no menciona tu taller
y hoy al igual que hizo ayer
hace del tuyo su arte.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
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