Mulhacén Sierra Nevada.

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Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

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jueves, 3 de agosto de 2017

Al barítono cadalseño José Julián Frontal



EL BARÍTONO CADALSEÑO JOSÉ JULIÁN FRONTAL LLAMA A LAS PUERTAS DE LA GLORIA




     Yo no sé si las franqueará, pero creo desde mi modesta opinión -salvando mi ignorancia como neófito en el "bel canto" que soy, así como mi apasionamiento que me brota espontáneo del paisanaje- que atesora dotes suficientes para que esto suceda.

     Venía de triunfar el pasado 20 de Diciembre en el Festival Vía Magna de Madrid, allí arrebató a todos los asistentes con su canto impregnado de sentimiento. Pocas veces he sentido tan íntimamente la satisfacción de ser cadalseño como al observar a toda esa gente puesta en pie aclamándole. En aquel instante (al menos en el anhelo) yo también era un poco él. Lo repitió -con mayor intensidad emotiva dada la proximidad a Cadalso- el pasado 27 de diciembre en San Martín de Valdeiglesias, con el teatro de la localidad cuajado totalmente de personas. José Julián FRONTAL de nuevo acabó conmocionando a los asistentes. La elección de su repertorio fué un acierto, preñado de villancicos, romanzas y arias. Piezas emocionadas, tristes, angustiadas, amorosas, esperanzadas; tan íntimas todas ellas como una caricia a un recién nacido. Un canto conmovedor lleno de ternura y que él supo transmitir susurrándonos al oido esa vida bella y dolorida que nos resulta tan cercana. Obras desgarradas de sutil melancolía poética que me recordaron que las composiciones artísticas más memorables nacen de momentos muy especiales que están más ligados a la tristeza que a la sonrisa. Tanto entusiasmo puso en el "Aria de Juanillo", de la ópera "El gato montés" de M.Penella, que no pudo contener unas lágrimas que amorosas surcaron sus mejillas; las nuestras ya hacía tiempo, desde la primera interpretación de Rachmaninov, que estaban humedecidas. Desgranó enamoradamente piezas del mencionado S. Rachmaninov junto a otras de J. Rodrigo, E. Toldrá, J.R. Gomis, A. Veray y M. Sandoval, que brotaban fluidas y encantadas como si en ese preciso instante música y canto estuvieran naciendo de un misterio hasta entonces inexplicado. Fué obligado entre vítores a cantar hasta cuatro obras más y finalizó con una quinta de propina entonando el "Dúo de Mari Pepa y Felipe", de la Zarzuela "La Revoltosa", en compañía de la soprano Mar Abascal que se encontraba entre el público y que José Julián invitó y así ambos, de manera espontánea, colocaron el broche y dieron colofón brillante y triunfal a una tarde verdaderamente inolvidable.



     Su voz está en plena evolución: la embellece, la somete, la modula, la embruja, la impulsa, la sostiene... Posee tal dominio sobre ella que llegará allá donde él quiera enviarla. Irá perfeccionándola como por ensalmo hasta límites sublimes y provocará que los oyentes se interroguen sobre cosas extrañas y maravillosas. No puedo olvidarme del pianista cubano Alberto JOYA -a tal señor, tal honor-, sin cuyas aterciopeladas y ensoñadoras notas a José Julián le hubiera costado más encontrar el equilibrio idóneo para dar así adecuada forma a su inspiración desoladoramente romántica y hermosa.

     Sólo me resta desear a José Julián lo mejor para sus venideras actuaciones en la segunda quincena de febrero en el Teatro Real de Madrid, entonces dará vida al personaje de "Ping" de la ópera Turandot de Puccini. Y comentarle, de paso, que en lo profesional su tarea principal es luchar por mejorar; que en lo personal deberá saber usar adecuadamente su mano izquierda para ponerse a salvo de tanto sujeto adulador e hipócrita y tanto personaje educado en el "puteo" fino y elegante; que tendrá que separar la paja del trigo en la diaria siega de la vida, rodeándose de buenos consejeros y amigos; y que, en definitiva, no deberá engreírse más que lo que le permita su origen digno y honrado. A veces, desgraciadamente, no superar estos obstáculos unido a la falta de madurez, dan al traste con admirables proyectos de artistas apagándose antes, incluso, de comenzar a brillar. José Julián, como persona sagaz que es, ya conocerá esto, pero nunca está de más recordarlo para que le sirva en lo posible a su humildad creadora.

     Enlazando con lo anterior, quiero decirle lo que su padre me dijo la otra noche en un bar de la bohemia madrileña: "-Éste se come el mundo cantando". Bien, perfecto; pero que en lo humano siga como hasta ahora, será muy bonito que no olvide sus orígenes y sea fiel a ellos que es serlo a sí mismo. De ese modo, supongo, dará argumentos suficientes a la gente que le quiere para ser felices junto a él.



     Decía Machado que lo que queda de las cosas es la emoción que nos producen. Sospecho que esa emoción que nos generaste estará dando vueltas para siempre por lugares desconocidos de nuestra alma ayudándonos a comprendernos y seguir adelante.

Miguel MORENO GONZÁLEZ
                                                                                   

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que promocionar todo lo bueno de Cadalso de los Vidrios.

Emilio López García

Matapollos dijo...

José Julian es un artista con una carga profesional y artistica llena de sentimiento desbordante

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