Mulhacén Sierra Nevada.

Mulhacén Sierra Nevada.
Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
Museo de Montaña Zorro Corredero

martes, 20 de enero de 2015

Luminaria barrio de San Antón




La luminaria que los sanantoneros queman cada año para celebrar el día de San Antón,  fue este año 2015 encendida el viernes 16 de enero, víspera del santo. Es la luminaria una costumbre de arraigo cadalseño, pues en cada barrio se celebraba la suya en tiempos pasados, pero que en las dos últimas décadas se ha ido perdiendo poco a poco, hasta desaparecer casi de todos los barrios de Cadalso, es seguramente el pago que debemos pagar por la modernidad y por ese afán de creer que todo lo que viene de fuera es mejor que lo nuestro, enorme error que está provocando la desaparición de tantas tradiciones locales, no sólo en Cadalso, también en la mayoría de los pueblos.

Mi enhorabuena un año más a los vecinos del popular barrio de San Antón por haberme permitido disfrutar de su luminaria.

Amplio reportaje en breve

Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Luminaria de San Antón. Esas miradas, esas sonrisas, esa lumbre... no existían cuando yo tenía su edad. Otras miradas, otras sonrisas, otra lumbre que hoy no existen seguirán alimentando el día de mañana esta entrañable tradición en mi calle, San Antón.
Miguel Moreno González

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

EL GUARRO DE SAN ANTÓN
ANTAÑO EN CENICIENTOS

Por un vecino donado
destetado el coratillo,
y vagaba alimentado
y bien visto y respetado
de la Plazuela al Cerrillo.

Le rajaban las orejas
y era sin rabo,rabón,
y las coruchas más viejas
llamaban con moralejas
"El Guarro de San Antón".

Amigo era de los perros
de los gatos compañero,
y no sufría de encierros
ni le aplicaban los hierros
que marcaban al ternero.

Vida sana y descansada
paseando plácidamente
siempre la jeta asomada
en puerta abierta o cerrada
de un Cenicientos ya ausente.

Haciendo su voluntad
iban los ojos porcinos
con una solemnidad
de quien da la prioridad
al lustre de sus tocinos.

Mas llegado el mes de enero
el guarro se sorteaba,
terminaba el cebadero
y su trote cochinero
en la tarima cesaba.

Los dineros se entregaban
para los pobres del pueblo,
y lumbres organizaban
y trastos viejos quemaban
inservibles ya en amueblo.

¿Más qué ocurrió en Cenicientos?
se olvidó la tradición,
nuevas fiestas nuevos vientos
y al que no para en asientos,
" Guarro no es San Antón".

Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho

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