Así estaba la Corredera el sábado cuando la lluvia veraniega comenzó a caer. Solitaria y tranquila, sin niños, sin apenas coches el lugar parecía estar anclado en otra estación. Menos mal que sólo fue el sábado y ya el domingo el tiempo volvió a ser normal para esta época, volviendo los coches, los niños, las terrazas y la vida.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
1 comentario:
que bonita la plaza de la corredera sin coches....efectivamente solo faltan los niños jugando..
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