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Tubo del Gusano. Pico del Lobo. Sierra de Ayllón.

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jueves, 10 de octubre de 2019

EL CRACK CERO.....por Miguel Moreno


EL CRACK CERO


Carteles de las películas El Crack


                Fui a verla por la tarde a los cines Princesa, Calle Princesa 3. (¡Qué pena! ¡Ya no quedan cines en Madrid con aquellos carteles enormes de “Jano” adornando sus fachadas!) El director, José Luis Garci, siempre ha sido mi preferido (igual siente mi amigo cadalseño Balta Villarín Conde). Lo es desde su primera película, Asignatura Pendiente -1977-. La vi en el Cine Aribau de Barcelona, y después en el Cine Condestable de Cadalso. Garci quiere a España y refleja sus sentimientos y su devenir de manera admirable. A las personas con sentido común, nostálgicos, auténticos y que aprecian la belleza, se dirige el cine de Garci. Toca el alma de quienes habitan en el fracaso y en los recuerdos, como vive Areta en la última toma: A ese tipo le han dado duro por todas partes. Es un perdedor con grandeza humana que se crece en el castigo porque tiene eso que le falta a muchos: dignidad. José Luis hace unas películas tan bonitas que parece que rueda con una cámara sujeta al corazón.  


Gran Vía madrileña

                La fotografía de Luis Ángel Pérez es preciosa. Posee fotogramas crepusculares de aquel Madrid inigualable. Como esa vista desde la terraza del edificio Torre de Madrid, de la Plaza de España, que te hace volar sobre aquella Gran Vía inolvidable e imperecedera de la que te enamorabas al anochecer: A la izquierda distinguías la Calle Libreros, allí me compré ese año el libro de bolsillo "El Rayo que no Cesa" de Miguel Hernández, y otro librito de poemas de Juan Ramón Jiménez con el poema “La Cojita”. A la derecha reconocías la calle Jacometrezo con el Berlín Café, que solíamos frecuentar los compañeros de Garza en sus bajos fondos. A la terraza de la cúspide de la Torre de Madrid, con cafetería acristalada y piscina cubierta (¡casi ná!), subimos en un ascensor supersónico Manolito Reyes y servidor una madrugada a beber cubalibres. Veníamos de ver en la Feria de la Casa de Campo un concurso de sevillanas que nos dieron calabazas (por aquel entonces Manolito estaba obnubilado con las sevillanas y los dos por los cubatas).
                La música brota conmovedora y delicada. Es del valenciano Jesús Glück, fallecido en 2018; él hizo los arreglos musicales de casi todas las películas de Garci. Las secuencias se suceden como caricias y los maravillosos diálogos están llenos de sentimientos hechos en nuestro exilio interior. Se expresan en el buen castellano que nos enseñaban en las escuelas franquistas rebosantes de propaganda, religión e ideología, ¡cierto! Sin embargo, el bachillerato era comparable a primero o segundo de una carrera actual. Ahora bien, si no ibas a misa o no gritabas por las mañanas al final de los himnos patrióticos: "¡Viva Franco. Arriba España!" (ojo al matiz de "Arriba") te daban de hostias. Sobrevivimos sin una puta peseta que subvencionara nuestro sempiterno trasegar. A esta película la embellece la nostalgia. Reconozco que mi nostalgia es de garrafón (alguien me lo recordó una noche), como los cubatas de entonces. Ya es tarde para cambiar…


1975 Franco ha muerto

                Garci rodó el primer Crack en 1981 y el segundo en 1983. El Cero está ambientado en 1975. En aquellas, 1 y 2, lo bordaron Alfredo Landa, Miguel Rellán, José Bódalo, María Casanova, Manuel Tejada, Arturo Fernandez, Manuel Lorenzo… En ésta, la 0, Carlos Santos, Miguel Ángel Muñoz, Luisa Gavasa,  Macarena Gómez, Fiorella Faltoyano, Luis Varela… les dan acertada réplica. En ninguna de ellas falta ese ambiente navideño que te desnuda por dentro en silencio. En aquel agosto de El Crack Cero, 1975, conocí a mi primera novia en Torremolinos y en noviembre murió Franco. Lo anunció compungido Arias Navarro en “El Parte” de la radio. Cuando murió, apenados familiares de futuros etarras también fueron a verle guardando cola ante el Palacio de Oriente. Es el mismo que olvidamos entonces y ahora muchos no recuerdan que palmó en la cama. Si la vida la tomas en serio acabas loco en este país pendular en el que lo que mejor sabemos hacer es darnos de garrotazos, como en el famoso cuadro de Goya: "Duelo a Garrotazos".


Duelo a garrotazos de Goya

Carlos Santos ( Detective Germán Areta ), José Luis Garci y Miguel Ángel Muñóz ( El Moro )

                He vuelto a aquella Gran Vía del Crack y del hampa, con garitos llenos de tentaciones de toda laya, con sus calles aledañas concurridas y cutres: Calle Ballesta, club “Tú y Yo”, música de Demis Roussos. "Mil pesetas. La cama aparte y te invito a un cubata." Y Vicente me tomaba del brazo: "¡Ni caso! Vamos a Chicote y verás lo que es bueno. ¡Eso es categoría!" E íbamos… Y te encontrabas a un montón de famosos relacionados con el cine (J. A. Bardem, que en 1977 filmó con A. Landa, la magnífica cinta "El Puente"); los toros ("Antoñete", acompañado por su fiel banderillero Carlos "Periquito"); el deporte (Di Stefano, era la hostia, el no va más); el teatro (un actor sobradamente conocido estaba con una rubia de bote exuberante y despampanante). "¡Emana lujuria!", comentaba un periodista detrás. Nos miramos sorprendidos, la represión sexual nos hizo, sobre todo a los feos, mucho daño y algunos aún sufren secuelas insalvables.


Taxi madrileño de los años 70


                Salimos y tomamos un taxi que nos dio 10 vueltas y Vicente Álvarez, que llevaba la pierna escayolada, se enojó mucho (él que nunca lo hacía…) y le espetó al chofer: "¡Es usted un sinvergüenza!" Fuimos a "Morocco", calle Marqués de Leganés, entrando por San Bernardo y rematamos. No podíamos más. Era, repito, aquel Madrid bohemio, entrañable y canalla con autobuses rojos y taxis Seat 1500 negros con raya roja horizontal… Esa ciudad era para nosotros, los de entonces, la capital universal. Incluso más que Cadalso era, que ya es decir…  Ese Madrid del Bernabéu sin viseras, del frontón Madrid (calle Doctor Cortezo), que anunciaba veladas de boxeo los viernes y pelota vasca los sábados tarde (o al revés). El Madrid de los bajos de la plaza Canalejas que cruzaban desde la calle Sevilla hasta la calle de La Cruz y Carrera de San Jerónimo. En una barbería de aquellos subterráneos se afeitaba en El Crack el detective Areta (Alfredo Landa-Carlos Santos), mientras el peluquero Rocky (Manuel Lorenzo-Luis Varela) le narraba los combates de boxeo del Madison Square Garden con minuciosa precisión, nunca supimos si eran reales o inventados. Rocky idolatraba a Rocky Marciano (que nunca necesitó de manumisión a diferencia de los boxeadores negros). Fue el único campeón del mundo de los pesos pesados que se retiró invicto. Digo que dijo en su último combate tirando los guantes a la lona: "¡No quiero ganarlos más!" Y se retiró. Era de ascendencia italiana y le sacaron en Los Ángeles a hombros como a los toreros. “Boxeaba agazapado y sacaba el brazo como un resorte”, escribió el mítico Manolo Alcántara.




                Bajé y subí andando la Gran Vía de 2019 mirando el arte que contienen sus edificios en lo alto (que nunca miramos hacia arriba…) Iba y venía de reencontrarme con la Gran Vía de 1975 en El Crack Cero. Definitivamente, mi generación no tiene remedio. Estamos atrapados como el detective Germán Areta en la añoranza de un tiempo y de un cine que han desaparecido. Esta es una película de nuestro tiempo que te provoca una ternura incontrolable. De esas que te columpian en la emoción hasta el final. La melancolía de lo que fue y ya no es… ¡Gracias Garci!
                                                                                                         

Carlos Santos y Alfredo Landa ( Detective Germán Areta de ahora y antes )

Miguel Moreno González

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Acojonante. Lo mejor tú escrito de El Crack Cero.
Agustin

Anónimo dijo...

Has hecho que me desplace en el tiempo a aquellos años felices ¿Dònde estará aquel Madrid que ya no encuentro sino en mi memoria?
Gracias, Miguel, y un abrazo.
L.C. Trijueque

Anónimo dijo...

Genial Miguel! Iré a verla pq despertaste mi interés en ella.
Gran descripción!

Anónimo dijo...

¡Gran retrato de Madrid, cuando era Madrid!
A. Acuña

Anónimo dijo...

Lo de la represión sexual a los feos... Ha sido un golpe de los buenos y auténticos tuyos. Me he venido riendo yo solo todo el camino, qué bueno. Qué envidia de esos amigos guapos que todos hemos tenido. Un abrazo.
A. Morales

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

Los zotes del Parlamento
siguen con sus humoradas,
y la tensión va en aumento
sin frenar el esperpento
de taifas desgobernadas.

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

En callejón sin salida
nos quieren introducir,
y si abrimos una herida
después la sangre vertida
la podremos revertir.

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

no podremos revertir

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

Repetición de elecciones
España vuelve a tener,
y ellos en sus transacciones
demuestran con sus acciones
mero afán por el Poder.

Anónimo dijo...

Gracias otra vez, como siempre de los dos. Estupendo el comentario sobre el Crack Cero.
Pepe V.

Anónimo dijo...

Gracias Garci, gracias Areta y sobre todo Gracias Miguel.
Alberto

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