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Lavacolla-Santiago ( 10 KM.)
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Para hoy sólo quedan unos 10 Km hasta Santiago, camino que se hace en unas tres horas y así poder llegar a Santiago antes de las doce para escuchar la misa del peregrino.
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Salimos de Lavacolla no muy temprano tras un tranquilo desayuno, pasamos por algunos bosques y prados con muchas zonas urbanizadas, dejamos atrás la aldea de Vilamaior pasando por las sedes de la televisión Gallega y Española, todo ello en un ligero ascenso hasta coronar el Monte do Gozo, lugar emblemático desde se divisa la ciudad de Santiago, aunque poco por los árboles.
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Tras sellar en la Ermita de San Marcos y las correspondientes fotos en el monumento en recuerdo a la visita de Juan Pablo II, el camino nos lleva a Santiago en suave descenso, y tras pasar algunas calles aparecemos en la catedral de Santiago, final del camino y principio de jubilo, de abrazos, de sonrisas y de fotos de todo el grupo, un momento nada fácil de describir en palabras, donde la emoción y muchas veces las lágrimas son el mejor regalo tras días y etapas pasadas junto a unos compañeros que ya forman parte no sólo del Camino sino de nosotros mismos.
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A continuación pasamos por la oficina del peregrino donde recibimos nuestra Compostela, un simple papel que significa mucho y que todo el mundo guarda con cariño, luego la misa del peregrino y la comunión nos harán sentirnos más cerca de Santiago, un santo que cada año atrae a cientos de miles de peregrinos hasta aquí, cada uno por un motivo diferente pero todos unidos en lo mismo, el camino, la fe y la amistad.
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Después de la misa y de contemplar el rápido balanceo del botafumeiro, paseamos por las empedradas calles de Santiago, compramos algunos recuerdos y comemos hasta saciar nuestra sed y nuestra hambre, con la satisfacción de haber hecho las cosas bien junto a unos grandes amigos.
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Pero a pesar de haber terminado, ocurre una cosa curiosa, a mi al menos me pasó, es una sensación de melancolía y pena, y unas ganas enormes de volver a comenzar el Camino, melancólica sensación que se mezcla con una gran alegría por saber que a partir de este momento algo nuevo comienza, y es ahora en este mismo momento cuando te das cuenta de que lo importante no es llegar a Santiago, sino todos los momentos que has vivido, las sensaciones que has tenido y los lugares recorridos durante estos días, y lo más importante, los amigos y la gente con la que has compartido todos estos momentos, sensaciones y lugares.
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