Hayedo de Montejo, un sueño que deja huella.

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Museo de Montaña Zorro Corredero

Museo de Montaña Zorro Corredero
Museo de Montaña Zorro Corredero

jueves, 6 de noviembre de 2025

Casas de Cadalso.

 Casas con recuerdos...

Cada casa en Cadalso guarda la historia de una familia. Entre sus muros aún resuenan las risas y los silencios de quienes la habitaron. Hoy, solo quedan recuerdos, pero la casa sigue en pie, firme y callada, contemplando el inevitable paso del tiempo. Buenos días Cadalso.

Zorro Corredero
Fotos; Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Aurora Ferrera Ruiz
Buenos días Pedro cómo me gusta todo lo antiguo son recuerdos y recordar es que estamos vivos

Anónimo dijo...

Pilar Diaz Recamal
Buenos días Pedro

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

ABCPremium
El padre de Felipe VI tiene palabras emocionadas para Adolfo Suárez quien estuvo a su lado en los momentos críticos

ADOLFO SUÁREZ
Presidente fue de España
denostado y aclamado,
auténtico hombre de Estado
consumador de una hazaña´
La Patria guarda en su entraña
y sabrá guardar memoria
de un español que a su gloria
le trajo la Democracia
con cívica hispana audacia
y entró de lleno en su Historia.

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

Un hogar incomparable
a mi infancia retrotrae.
Su recuerdo es imborrable
de ambiente pobre y amable,
que aquí a mis padres me trae.

Saturnino Caraballo Díaz dijo...

LA CASA DE ADOBE

La casa humilde de adobe
y de tierra apisonada
por el permanente sobe
de los años de morada.

Casa venida de herencias
de los parientes lejanos,
habitando sus presencias
al alcance de las manos.

Casa estrecha y alargada
con bombilla en la cocina,
alumbrando fragmentada
oculta por una esquina.

Con un contador chicharra
durante el día apagado,
dando de noche tabarra
al ánimo sosegado.

La cuadra visible al fondo,
la mula cara asomada,
integrada en lo más hondo
con la familia soñada.

Paredes enjalbegadas
con la cal acostumbrada
en las antiguas posadas
de una vida reposada.

Los bajos y las alturas
con ocres se perfilaban
asombro de las criaturas
que absortos todo miraban.

Sobre el suelo se extendía
de las vacas la boñiga,
con un olor aquel día
lejos del olor a espiga.

El techo era de madera
separador del doblado,
donde estaba la pajera
con el grano acumulado.

De negro la chimenea
con los troncos chispeantes,
y llama que parpadea
pucheros regocijantes.

Nuestras madres hacendosas
cubiertas con sus mandiles,
de aquellas casas las rosas
y aceite de sus candiles.

Mas cuando el viento que brama
por rendijas se filtraba,
nos calentaban la cama
con ascuas que el tronco daba.

De adobe la construcción
del pobre que el pan amasa,
con la mayor emoción
os he descrito mi casa.

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