Durante
los años de nuestra infancia existían varias organizaciones juveniles dedicadas
a elevar el espíritu deportivo, sindical,
moral, religioso, cultural… eso sí
siempre nacional y que se unía al resto de parafernalia propagandista del
régimen político de entonces. Muy parecido a lo que hacen ahora otros
congéneres en semejantes apartados, con la única diferencia de cambiar los
nombres de los protagonistas y el de sus voceros que ejercen de pregoneros
trocando la corneta por la televisión. Me temo que en esta área casi todo está
inventado desde tiempo inmemorial.
Para
nosotros, a la sazón, lo trascendental era buscar nidos, jugar incansables y correr
por la calle y el campo gritando. A pesar de lo mucho que insistían los
maestros, poco nos importaba la formación
del espíritu nacional y cantar -al entrar y salir de la escuela- marchas
patrióticas (Cara al Sol, Montañas
Nevadas, Prietas las Filas...) mientras todo estaba presidido por las
banderas de España, Requetés y Falange.
En mayo nos reunían por las tardes en la clase de tercero a orar y cantar a la
Virgen aquello de: “Con flores a María
que madre nuestra es…” Nos sermoneaban
contándonos que los niños teníamos estrellas en el alma. Y ellos se arrogaban
el derecho de enseñarnos a buscarlas.
Una encantadora primavera llegaron los del espíritu deportivo a Cadalso. Ensayamos
varios días tablas de gimnasia en el
patio de las escuelas para actuar ante nuestros paisanos unos días después. El
campo de fútbol de La Cooperativa (actual
plaza de toros) acogió nuestra ilusionante exhibición y los cadalseños lo
llenaron a rebosar de forma alegre y entusiasta aquel sábado por la mañana. En
la foto está servidor saltando el plinto. Secreto a voces: Casi todos nos
enamoramos platónicamente de la profesora de educación física. Sólo había que ver nuestros semblantes para darse
cuenta. Bebí los vientos por ella una larga temporada. ¡Cosas de las hormonas
adolescentes! Recuerdo que por aquella puerta entreabierta se me fue colando sin
prisas, suave y dulce, el olor apasionado a las flores silvestres cadalseñas del
amor.
Miguel MORENO GONZÁLEZ
8 comentarios:
Gracias y como siempre magistral texto. Pepe Vázquez
De 10 se puede calificar por su gracia para contar, y su facilidad para trasmitir lo vivido y sentido. Como yo siempre he sido un espécimen raro, nunca pude hacer gimnasia en grupo. Todas mis actuaciones fueron personales e individuales, pero Dios me lo compensó, dándome por compañero de alma y cuerpo a un gimnasta de categoría, en lo físico y en lo espiritual. Creo haber visto en T.V dos buenas faenas una misma tarde. Me encantó ver la plaza a rebosar. Qué bonita es la Fiesta de Toros, antes durante y después. Sigamos soñando, que es bello y gratuito. Gracias. Saludos
Precioso ....y tu me dices qué soy sentimental?????....
Tu me sobrepasas.
Este escrito me ha llevado a mi infancia, la cual yo fui incapaz de saltar ése gran potro , cómo nosotros le llamábamos.
Y.M.
EN LAS TARDES DE ABÚLICO VACÍO
El Rosario obligatorio
En las tardes de abúlico vacío,
eternos de la iglesia solitaria,
impidiéndonos el libre albedrío,
eran profanación rezo y plegaria.
Agravaba aquel ambiente sombrío
nuestra religión amorfa y gregaria,
y el cura que balbucía en su hastío
su Ora pro nobis fría y rutinaria.
Forzaba su fanática torpeza
la asistencia cotidiana al rosario
bisbiseando cual beata vieja.
Párroco fue de hueca cabeza
tridentino en ceremonial sectario
de aquellos curas de poblada ceja.
Nunca me he considerado dotado para la gimnasia.. ni la física ni la mental. Si en alguna he intentado coger alguna práctica ha sido en la segunda -con evidente falta de éxito- y siempre que ha sido compatible con el diario trajinar de una vida común, demasiado común. Solamente senti cierto interés de niño viendo a algunos alevines de atleta evolucionar como ángeles terrenales.. pero me duró poco, viendo el esfuerzo necesario para tales prácticas. Tampoco he envidiado a los gimnastas, sobretodo al comprobar que no necesariamente eran más exitosos en asuntos del corazón.. A buenas horas reflexiono sobre esto..
rafael
Miguel Revuelta de Guzman
Eso mismo yo con 12 años. Las fotos saltando el plinton y el potro se extraviaron hace ya muchos años. Os felicito a los que las habéis conservado.
Es conmovedor, emocionante, leer vuestros sentidos comentarios. Me llenan de entusiasmo. Muchísimas gracias.
Obdulia Cordero Santillan
Eso lo hacíamos en la plaza de toros todos los sábados
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