LOS NIÑOS NACIDOS CON LA MUÑANA SE HACEN MAYORES. Por Miguel Moreno.

 LOS NIÑOS NACIDOS CON LA MUÑANA SE HACEN MAYORES

(Al niño muñanero Moisés, e In Memoriam a los muñaneros fundadores: J.L. Alfonso Rodriguez, “Chorlo”; Fernando Alfonso López, “Pieduro”; José Álvarez Álvarez, “Pepote”; Antonio Calvo López, “Macareno”; J.L. García Cordero, “Zampillas”; Juan Cristóbal González Granel, “Bicho”; Fco. López Santiago, “Jarana”; Celestino Pimentel Rodriguez, “Musulmán”; Francisco Villarín Anta, “Soso”; Paulino Villarín Anta, “Pauli”)

 Han pasado infinidad de años desde aquellas alegrías y aquellos amores. Cuarenta y siete veranos cumplen las veintisiete camisas fundadoras blanquiazules, con su azul añil cadalseño tirando a muy claro y septembrino que fueron elaboradas en el mítico y extinto Taller de Confección de Cadalso. Cuántos años de aquellas boinas negras y aquellos pantalones vaqueros de fabricación española (Rock y Lois), de aquellos pañuelos y fajas rojas que nos acababan molestando primero al doblar la esquina de la Plaza del Pueblo y más tarde la de los años cumplidos. Casi cinco décadas esconde la pancarta risueña -pintada por Pepe “Mangas” y Carlos “Socorrista”-, a la que sólo mirábamos la tarde del Cristo cuando intuíamos que todo empezaba a pertenecernos.

Un montón de años cumplen los bocadillos que nos devolvían el ánimo junto con aquellos cubos llenos de limoná -entonces sí la bebíamos-, que nos aguardaban en la bodega de Paco “Soso”. ¿Y de postre…?, “de postre un abrazo y una sonrisa en la calle de El Cuerno a la salida de los toros”, musitaba José “Chorlo”. Innumerables años vividos se encargaron de curarnos el mal (o el bien) de la juventud con el transcurrir inexorable y veloz de los días. Cuarenta y siete “Cristos” han vivido los niños muñaneros nacidos entonces que ya no son niños, pero sí son niños muñaneros sus hijos y algún nieto. Y todos: aquéllos, éstos y los venideros seguirán siendo muñaneros porque llegando Septiembre es una de las cosas más hermosas, bellas y sentidas que se puede ser en Cadalso de los Vidrios.

   

Nacieron después otras 16790 mañanas desde aquella primera soleada y con la ropa esperando, pulcra y bien planchada por nuestras madres, sobre una silla de anea, aguantando paciente nuestras miradas de reojo porque no sabíamos muy bien por dónde comenzar a aviarnos. La emoción nos tenía sobrecogidos, agarrotadas las manos impidiéndonos vestirnos con sosiego. Ha muchos años que todo un pueblo se hizo muñanero bajo el agua y la harina de la alegría -repartidas por Ignacio ”Colowal”- y al ritmo frenético del: “Que te han pillao, que te han pillao con el carrito del helao…”, aunque al final lo que de verdad nos pillaba pasándonos por encima era la emoción y las copas de más. 

Tantos años ya de la primera avalancha de recuerdos amorosamente tristes que nos resbalaban por la frente mezclándose con el sudor. No sé qué nos pasa a los humanos que cuando uno es feliz siempre recuerda cosas que le entristecen sin saber la razón (a todos nos han cantado en una noche de juerga coplas de amor que nos han helado el corazón…). Durante estos lustros aprendimos que para querer apasionadamente a La Muñana (y a cualquiera) hay que saber perdonar algunas heridas que nos provoca la vida y que aún llevamos sin cicatrizar en el alma. 

 

    La Muñana es una bella excusa para dar rienda suelta a la nostalgia y hacernos mejores cadalseños. Por eso aquel 14 de Septiembre de 1976, se nos congeló en algún lugar entre la mente y el corazón y ya no volvió a cumplir más años. Sigue ahí acurrucado –congelado- y simplemente con recordarlo vuelve otra vez a hacerse realidad. A estas alturas de la eternidad y de estos garabatos, con la incertidumbre actual provocada por los poderosos fastidiando a los humildes y con el boli desolado y temblando letras tintadas de limoná, no podemos sustraernos al recuerdo de aquellos muñaneros ausentes y desaparecidos que, cualquier 14 de Septiembre, seguro, nos esperarán con sus camisas de cuadros blanquiazules bien planchadas, aunque llenas con lamparones de lágrimas, en algún lugar ignoto feliz y celestial.

 

Al llegar nosotros se confundirán con las nuestras que portaremos arrugadas por las prisas. Al cabo, marcharemos todos felices por las calles de Cadalso en unión de los muñaneros presentes que confiados aguardarán en El Hornabajo, cerca del desaparecido Bar Sevilla. A nosotros –es ley de vida- no nos verán, sólo nos sentirán como sentimos ahora tantas cosas, tantas personas, tantos cadalseños y tantos muñaneros que siempre, y en silencio, nos siguen acompañando cada año. Se trata del Espíritu Muñanero, esa forma pionera en la emoción y revolucionaria en la alegría con la que nos abraza Cadalso al nacer. La Muñana siempre será la Pionera de una Revolución de Emociones.

                             Miguel MORENO GONZÁLEZ

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Francisco José Herranz Martín

Uno de los nacidos con La Muñana….47°