Mulhacén Sierra Nevada.

Mulhacén Sierra Nevada.
Mulhacén, techo de la Península Ibérica

Museo de Montaña Zorro Corredero

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sábado, 24 de diciembre de 2011

Cuento de Navidad

Era Navidad. Por la mañana le había regalado un ramito de flores, a él le gustaba ver cuando ella recibía el obsequio aquella mezcla de alegría y ternura que se reflejaba en su rostro. Aquel día bailaban en su lengua muchas palabras cariñosas, tiernas alusiones a la bondad y blandura de corazón de su compañera. Pensaba que la vida es hermosa cuando dentro de la vorágine en que se vive se logra hacer un remanso de paz y amor para meter en él a toda la gente que quería, ella incluida la primera, y poder
disfrutar de ese mundo acotado e invulnerable, un mundo tierno y sencillo construido para ellos solos.

Él había querido muchas veces sin expresar ni a la persona amada ni a la vida su loco anhelo, vuelto a toda esperanza, sufriendo en la soledad las amargas e inútiles contracciones de su ambicioso y enamorado corazón. Por todo ello, esa Nochebuena le pareció diferente y bonita por el sólo hecho de tenerla a ella. Antes de ir a cenar, en un rinconcito obscuro, se miraron conmovidos a los ojos y entrelazaron sus manos y fue entonces cuando él comprendió que únicamente así podría recorrer la vida con un poquito más de seguridad y confianza en sí mismo. Tenían sus ateridas caras muy juntas y por la calle obscura, fría, no deambulaba nadie.

Desde las tabernas cercanas se levantaban gruesas voces de borracho emocionado desafinando hermosas canciones de amor. Entre susurros el le dijo que creía en ella y ella respondió que le era imprescindible en su vida. Se fueron abrazados caminando lentamente entre las callejuelas solitarias de Cadalso. En la distancia se le oyó a él preguntar entre susurros: -"¿No es cierto que no volveremos a pasar una Nochebuena separados?" Todas las cenas de Nochebuena, cuando acaricia a sus hijos y toma lenta y suavemente la mano de su mujer, sin saber muy bien por qué, recuerda aquél ramito de flores silvestres que le regaló en Cadalso una lejana Navidad...

(Inspirado en la novela Aún es de Día, de Miguel Delibes)

Anónimo Cadalseño
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Aparte de nostálgico precioso. Pedro: sigue en la linea...

"El lorito"

Anónimo dijo...

Precioso y muy adecuado para el momento.

Gracias.
Inés

Felix y Raquel dijo...

Bellísimo cuento de Navidad, la nostálgia es algo unido indefectiblemente a la Navidad (evidentemente desde que uno se hace mayor) es un sentimiento raro, te gusta y te da pena, deseas que pase y que se pasen las fechas....terrible situación, pero es que cada vez nos van faltando más seres queridos a la mesa en Navidad....mira que hay noches en el año que uno los recuerda..pero ningún día como el de Nochebuena.....se me ha escapado un lagrimón disculpenme.
FELIZ NAVIDAD!!!!! deseo que la nostálgia no empañe vuestros abrazos y cariños a los seres queridos que aún tenemos a mano, que no echemos de menos el haberlos abrazado y querido lo suficiente.
y trás este "testamento" deciros a todos, que os queremos una "jartá"

Anónimo dijo...

Un gran relato lleno de afecto y amor que nos debería hacer pensar en estas fiestas y en los nuestros, las fotos perfectas.

Cadalseña romántica.

Anónimo dijo...

Precioso relato.

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