En memoria de Joaquín Pinilla,

Vamos compañero, siempre a tu paso.

Hace solamente dos meses estábamos en Peñalara, el día era maravilloso, de esos que nuestra sierra siempre nos regalaba, subíamos tranquilos, antes el Zabala volvió a ser nuestro lugar de encuentro, de amistad, de buenas sensaciones, ahora ya estábamos metidos en materia, tú ibas primero, yo te seguía y juntos dejábamos fluir nuestra pasión por la montaña. En la cumbre nos hicimos una foto juntos, otra más, sin saber que iba a ser la última.

El día se acabó, la montaña se llenó de oscuridad, la noche envolvió los recuerdos y las pasiones vividas, y casi sin darme cuenta te fuiste alejando de mi lado, de mis emociones, de mi vida.

Hoy, perdido en mis recuerdos, visualizo ese último día de montaña, no llego a comprender ni a aceptar, estoy perdido en un mundo de amistad, camino junto a ti, te miro, me miras, y enseguida nos entendemos, mejor por aquí compañero, lo que tu digas Joaquín, y juntos, siempre juntos superamos el paso, nos elevamos canal arriba y llegamos a nuestra cima. 

Sólo quiero decirte que así es la vida, momentos buenos y situaciones difíciles que debemos superar, pero si unidos eramos capaces de superar todo, hoy me siento sin fuerzas, sin motivación, estoy enojado con todo esto y te puedo asegurar que para mi, el día de tu partida, siempre será uno de los días más tristes de mi vida. Desde este momento comienza una nueva vida, sin ti, sin tu alegría, tus charlas de política, tu manera de ver y sentir la vida, sin nuestras visitas a Desnivel, al rastro los domingos y sin esos bocatas de calamares que siempre ponían punto final a nuestras lluviosas jornadas de Rastro madrileño, siempre nos llovía. 

En la soledad que mi caminar por la sierra siempre estarás a mi lado, pisaré la nieve detrás de ti, notaré tu aliento y tus miradas y junto volveremos a hacer cima, porque puede que tu atlético y fibroso cuerpo se haya ido, pero tus recuerdos, tus pasiones y el sentimiento mutuo de amistad y montaña no me lo podrán arrebatar jamás.  

Se nos han quedado muchos sueños por cumplir, muchos amaneceres sin compartir, y todos esos días de montaña que nos prometíamos hace tan sólo unos días en nuestro mirador de Siete Picos, pero si ahora es cierto que me duelen la entrañas y me falta el aire para respirar,  te puedo asegurar que pronto volveré a nuestras cumbres, senderos y refugios y te llevaré conmigo hasta el final, te sentiré dentro de mi y jamás podré olvidar los años que me has regalado, las veces que me ayudaste a seguir adelante, la lucha por mi posición en las fotos, tu presencia cada mañana a las 8 en Conde de Casal, y tus bocatas de chorizo y salchichón, y tantas cosas que forman parte de nosotros y de nuestra intimidad. Estoy seguro que desde lo más alto de esa montaña en la que ahora habitas, seguirás guiando mis pasos y siempre que pise una cumbre, me sentiré más cerca de ti, te hablaré, te miraré y volveremos a estar juntos, como siempre, como siempre.

Joaquin Pinilla, mi compañero de cordada, amigo del alma, falleció el 29 de mayo de 2018. Tenía 62 años y muchos sueños por cumplir. 

Este libro te lo compré en la Feria del Libro para regalártelo, pero llegué tarde, partiste sin avisar y ahora te lo muestro y aconsejo leer a todos aquellos que la vida les ha regalado un cáncer o tienen un amigo que lo padece. 

Zorro Corredero

Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso