Montón de Trigo. Sierra de Guadarrama.

Montón de Trigo. Sierra de Guadarrama.
Raquetas, crampones, todo vale...Guadarrama maravillosa.

Hermana mayor y bajada por Canal central de Peñalara.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Pompeya y la erupción del Vesubio

                                                                    Pompeya
                                  
    Pompeya

     El Vesubio


   Calle de Pompeya

Pompeya está situada a unos cuarenta metros sobre el nivel del mar y según la tradición fue fundada por los oscos en el siglo VIII a.C. Otras fuentes defienden la hipótesis según la cual la fundación de la ciudad fue obra de los etruscos en el siglo VII a.C.

Ubicada en una posición dominante de la costa cerca de la desembocadura del río Sarno, fue un excelente atracadero para los navegantes de la antigüedad y siempre tuvo gran influencia de las vecinas colonias griegas.



    Templo de Venus

Pero el destino de la Pompeya prerromana era sin lugar a duda itálico, cayendo muy pronto en manos de los belicosos samnitas que procedentes de las montañas de Irpinia y del Sannio, se instalaron en las prósperas ciudades costeras. La etapa samnita comenzó en el 425 a.C. y dejó huellas en las estructuras de la ciudad y el la arquitectura de los edificios.

    Teatro Grande

    Basílica

Tras la victoria de Roma sobre los samnitas, la ciudad pasó al imperio romano pero manteniendo su propia autonomía. Pompeya fue fiel a Roma durante las guerras púnicas, motivo por el que ganó su gratitud. Pero su papel a favor de los itálicos en el 89 a.C. en contra de Roma fue decisivo para que fuera asediada por los ejércitos romanos de Sila. Nueve años después Pompeya se rindió al dictador romano, pasando a ser llamada Colonia Cornelia Veneria Pompeiana.

En unos años se convirtió en una ciudad residencial, donde vivían familias nobles cuyas riquezas procedían de la agricultura, principalmente del vino, y del comercio.

 
    Basílica



Bajo Augusto la ciudad fue objeto de grandes obras urbanísticas, no ocurrió lo mismo en las épocas de Calígula y Claudio donde tuvieron que pasar una crisis de grandes dimensiones. Una de las historias más truculenta que cuentan ocurrió en Pompeya fue la pelea que se desató entre los pompeyanos y los habitantes de la vecina Nocera en el año 59 d.C. La pelea se originó en el anfiteatro, mientras en la arena se desarrollaba una lucha de gladiadores. Fue tal la pelea y tan sangrienta, que el Senado decretó el cierre del anfiteatro durante un periodo de diez años.



    Thermopolium. Establecimiento de comidas y bebidas


Nadie por aquellos años podría pensar en el dramático destino de esta bella ciudad romana, pero como si de una señal premonitoria se tratara, tres años después del cierre del anfiteatro, la ciudad fue sacudida por un terremoto, causando graves daños, algunos aún visibles en muchos de los edificios.


Después del terremoto, y estando los trabajos de restauración en plena actividad, un 24 de agosto del año 79, el Vesubio, un volcán que se encuentra a escasos kilómetros de la ciudad, entró en erupción repentinamente enterrando gran parte del terreno con cenizas, lapilli y materias eruptivas, mientras por las laderas del volcán los ríos de lava y barro discurrían camino de las ciudades más próximas. No acertó en nada el geógrafo Estrabón  quien unas décadas antes, en el año 20 d.C., calificó al Vesubió como un volcán apagado.


    Tahona de Modesto 



La repentina erupción cogió a los habitantes totalmente por sorpresa, y muchos de ellos murieron mientras trataban de huir y otros que ni tiempo tuvieron para abandonar sus casas o  trabajos murieron allí mismo sepultados. Gracias al terremoto y por miedo a que se reprodujera, muchos habitantes ya habían abandonado la ciudad, pero a pesar de ello murieron unas dos mil personas durante la erupción.

La violencia de la erupción fue tan grande que la parte superior del volcán terminó desmoronándose y formando la actual caldera. El terrible suceso se prolongó durante tres largos y dramáticos días, azotando toda la costa entre Herculano, Pompeya y Estabia.

    Calle de Fortuna



Después del desastre, Pompeya quedó totalmente sepultada bajo un enorme montón de cenizas de más de seis metros de altura. Esta capa de cenizas fue la que sembró la ciudad de muerte, pero, al mismo tiempo ha servido para permitir que los testimonios de vida inmovilizados para siempre en aquel momento de la tragedia, hayan podido salir a la luz hace dos siglos y medio, exactamente en 1763 tras 15 años de excavaciones.




La vecina ciudad de Herculano se libró de las cenizas, pero el barro ardiente la sepultó a más de 15 metros de profundidad, endureciendo como una piedra todo lo que se encontraba a sus paso. En Herculano ocurrió todo menos rápido, por lo que dio tiempo a los habitantes a huir, de hecho sólo se han encontrado unos 30 esqueletos, no fue así en Pompeya, donde algunas personas murieron aplastadas por las rocas, pero la mayoría fueron victimas de asfixia por los gases o enterradas por las cenizas.


      El Foro


      Templo de Apolo

En los últimos tres siglos se han producido no menos de ocho erupciones, La última erupción del Vesubio se produjo en 1944, emitiendo lava incandescente y cenizas por lo que nadie sabe si podría volver a erupcionar en cualquier momento. En la actualidad un tren de cremallera llega hasta el humeante y desafiador cráter, y un observatorio atendido por vulcanólogos vela para prevenir cualquier reacción. 


     El Foro

     Restos recuperados en las excavaciones

      El Foro. Detalle de la columnata

Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo estuve una vez en verano y no se cabía de la gente. Donde se metió la gente ese día?

Muy bonito todo.

Gracias.

Pedro Alfonso dijo...


La verdad es que no había casi gente, era en noviembre, unos minutos antes de la visita llovía a cantaros, pero a pesar de todo si recuerdo un numeroso grupo de japoneses que siempre aparecían al final de la foto. Un movimiento a derecha o izquierda y los japos quedaban escondidos tras una pared o detrás de alguna columna, otras veces esperar a que desaparecieran por alguna calle o casa.

Gracias.
Zorro Corredero

Anónimo dijo...

Increíble desde la entrada hasta el final del recorrido...impresiona la realidad que te encuentras en cada calle, en cada esquina, en cada rincón de cada casa!!!!!!
Fdo. El hijo del hijo de Gerardo.

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