El Ocejón.
viernes, 17 de enero de 2025
El Ocejón, el Fujiyama de Castilla la Mancha.
jueves, 16 de enero de 2025
El Cabezo, la cumbre más elevada del Macizo Oriental de Gredos.
El Cabezo.
Albergue de la R.S.E.A. Peñalara. Sierra de Guadarrama.
Albergue de la Fuenfría.
miércoles, 15 de enero de 2025
Buenos Días CADALSO
Buen y frío día...
martes, 14 de enero de 2025
Las cadenas es hoy toda una aventura de montaña.
Las cadenas.
lunes, 13 de enero de 2025
Incendio de Los Ángeles, California. EE.UU.
Los Ángeles
Fuente Conmemorativa Arthur J. Will
domingo, 12 de enero de 2025
Portilla de Crampón. Gredos 1980
Portilla del Crampón en 1.980.
sábado, 11 de enero de 2025
Peña Horcón. Sierra de Guadarrama.
Peña Horcón en la Sierra de las Cabrillas.
viernes, 10 de enero de 2025
Portadas del Zorro Corredero 2024. Valle de Arán.
Portadas 2024
jueves, 9 de enero de 2025
NOVENTA AÑOS DE NUESTRA MADRE NO SON NADA, por Miguel Moreno.
NOVENTA AÑOS DE NUESTRA MADRE NO SON NADA
Nuestros padres nos dieron el regalo más
grande: la pobreza. En nuestra estrechez éramos príncipes porque gracias a
ellos el mundo nos pertenecía. Es la pobreza la que te hace rico, porque cuando
perteneces a la decencia del mundo humilde, el universo te pertenece. Mi madre no sabía leer ni escribir, pero
ella junto a su marido y padre nuestro, nos enseñó a valorar su potencial
amoroso, su trabajo incansable, su inmensa generosidad y su colosal altura
humana. Como Don Quijote y Sancho fueron fieles a la estirpe de su linaje,
porque los pobres virtuosos y discretos tienen quien los siga, honre y ampare
como los ricos tienen quien los lisonjee y acompañe.
A ella de joven le gustaban los tangos: “Que es un soplo la vida, que veinte años no
es nada para vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra
vez…” Veo a mis padres bailándolos en la plaza de Cadalso: Él tan alto,
ella tan baja; él con la mirada en el infinito, ella con sus ojos pegados a su
hombro. Los dos abrazados como adolescentes que sobresaltan el atardecer. Setenta
años después ella cumple hoy noventa y aun sigue bailando tangos con nuestro
padre ante todos nosotros.
En esta familia nunca hemos sido dados a los besos y ella bien que
lo lamenta, pero hemos de decirla que la clave de los besos inmortales es dejar
una puerta abierta en las desdichas, es continuar viviendo una vida que valga
la pena recordar, como ella lo hizo siempre sirviendo de ejemplo a sus hijos,
nietos, bisnietos, nueras, sobrinos…
Gregoria González Garcinuño llega al sol antes que la flor del
almendro y conserva muchos frutos por ilusiones. Sabe que los años no hacen
mella negativa en su corazón; al contrario, lo transforman mejorándolo. Existen
personas
bondadosas que poseen un corazón que entiende como hacer felices a los demás. Y
es que como ella, incluso sumergidos en la carencia, se debe vivir con
belleza, alegría y dignidad…
Miguel MORENO GONZÁLEZ