El albillo y los cadalseños, una amalgama de siglos
Paco "El Choco" 92 años
Dicen que para la virgen de agosto ya están maduras, me refiero a la autóctona variedad de uva albillo, esa tan apreciada no sólo por los buenos caldos que produce, sino también por el excelente y dulce sabor de sus uvas, siempre utilizadas en Cadalso como postre. Y por todo esto y porque cada año se repite el ciclo del albillo, una mañana de agosto, pasado el 15, me he dirigido al "tempranal", bella palabreja utilizada en Cadalso para referirse a la viña de cepas de la variedad albillo, Una vez en el tempranal los racimos dorados han ido llenando sendas cestas de mimbre, de las de siempre, porque así debe ser y así ha sido desde tiempos inmemoriales, las uvas y la fruta mejor en cesta. Para terminar nada mejor que tapar la cesta con unos sarmientos con hojas frescas que protegerán los racimos del duro y elevado calor de estos días veraniegos.
Basi 91 años
Todo esta acción es sencillamente satisfactoria para todos los sentidos, por cierto cada años un poco más, porque desgraciadamente las cepas de albillo desaparecen poco a poco, por lo que es posible que este acto tan cadalseño en otros tiempos, pase a ser un recuerdo, una pena.
Y si el acto de recolectar unos buenos racimos ya es como he dicho muy gratificante, lo es mucho más regalar o dar, aquí decimos mucho más dar, y eso es lo que en esta ocasión ocurrió nada más llegar a la calle Real. Primero me encontré con Paco "El Choco" sentado en su puerta, paré y tras preguntarle por su salud, ha estado unos días hospitalizado, y escuchar su respuesta de que estaba mejor, pero así así, le di un plato de buen albillo y el lo agredió.
Bienve 88 años
A continuación fue la Basi la que recibió otros buenos racimos que harán de su postre todo un placer y para terminar fue la Bienve la que disfruto de la vista y el buen sabor, ya que nada más llegar a casa se comió una carpita ( en Cadalso un racimo pequeño). Todo en Cadalso te puede producir un agradable sentimiento, cada uno disfruta a su manera y con sus cosas, para mi esto es un auténtico regalo y una satisfacción enorme, porque a través del albillo siento la felicidad de otros cadalseños y cadalseñas, siento su cercanía, su amabilidad y qué hay mejor que dejarse llevar por los años de cultura que ellos me transmiten, cultura de la buena, exenta de vanidad y arrogancia, porque nada puede superar a la sabiduría popular que estos tres personajes atesoran, ni más ni menos que 271 años de vida cadalseña. Ahí queda.
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso