La nieve estaba blanda, no había hielo, pero le puede pasar a cualquiera, bueno, menos a los listillos que siempre llevan razón y nunca fallan, pero opinando viendo la tele desde el brasero. Ayer mientras subíamos al Puerto de Casillas, todo grandioso, menos para el coche.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
CENICIENTOS BAJO LA NIEVE
ResponderEliminarLa nieve cayendo mansa
obstaculiza los pasos,
y el campo nevado amansa
claridad de los ocasos.
Reina un silencio absoluto
en las peladas higueras,
y allá lejos el tributo
a las verdes sementeras.
Los olivos inmortales
lucen hojas blanquiverde
en los días invernales,
huérfanos del campo verde.
Las viñas sin los sarmientos
comparecen desoladas,
¡oh, campos de Cenicientos!,
con tus luchas soterradas.
La majestad de la Peña
siempre arriba omnipresente,
nuestra voluntad se empeña
que es futuro y es presente.
Surcan el cielo los humos
de las negras chimeneas
en amaneceres brumos
de nieve en las azoteas.
Por las calles silenciosas,
en las que nadie transita,
pasan horas vagarosas
en una paz infinita.
El día va despertando,
aclarando la mañana
y la familia almorzando
ve la nieve en su ventana.
Hoy no tenemos escuela
ante la nieve caída,
muchachos de la Plazuela:
vamos a dar la batida.
Preparamos las ballestas,
guardadas en los cajones,
como banderas enhiestas
mezcladas con azadones.
De nieve vuelan las pellas
entre alegres risotadas,
en las incruentas querellas
de los días de nevadas.
Coruchos en las esquinas
escrutan el tarameo,
es riqueza, no son ruinas,
la nieve en el laboreo.
Los pastores con ramones
a las espaldas cargados,
van arrastrando faldones
a los establos cerrados.
Reina quietud en las cuadras
y están las bestias rumiando,
perro aburrido que ladras
mientras te estás espulgando.
Tañe fuerte la campana
que habita en el campanario,
en la gélida mañana
convocando al vecindario.
En la lumbre, los pucheros
aventando sus aromas
y se reparan aperos
y también se gastan bromas.
Nieve y día de pajeras
siempre van aparejados,
y gatos en las gateras
vigilando los doblados.
Se cuentan muchas historias
de los hechos del pasado,
y se evocan las memorias
de algún que otro antepasado.
Están llenas las tabernas
y las barajas danzando,
huyendo de las galernas
que el nevazo está azotando.
Y cuando llega la tarde
y un cielo vago despunta,
la cara y el pie nos arde
y despereza la yunta.
La nieve se ha retirado
con las palas de las puertas,
y un barro negro alfombrado
calles de nuevo desiertas.
La noche ya se ha cernido
y calmos están los vientos,
los coruchos en su nido
duermen en su Cenicientos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL SOFÁ QUE ESTÁ VACÍO
ResponderEliminarEl sofá que está vacío
y presidiendo el salón
me dice en toda ocasión
estar muriendo de hastío.
Que se siente triste y frío
sin tu perenne presencia,
y comparte inapetencia
y se suma a mi dolor
y es también recibidor
del olvido de tu ausencia.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EN LA GÉLIDA MAÑANA
ResponderEliminarEn la gélida mañana,
luciendo un tímido sol,
ved pintado el arrebol
de la Peña en su ventana.
Pintor que de buena gana
pinta nieve, pinta pinos,
tiene enfrente los caminos
de don Quijote en la Mancha,
tomándose la revancha
de los manchegos molinos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA CAZA A PORRILLO EN CENICIENTOS
ResponderEliminarPor ribazos, collados o en el llano
que conforman los campos del Juncar,
nos hacíamos siempre acompañar
por las flexibles varas del manzano.
A la caza cobrábamos a mano
siguiendo de las liebres el pisar,
que en la nieve dejaban al hollar
buscando resguardarse en el majano.
Con la tierra nívea un manto blanco,
las liebres a los pies del molito
del majano figura del paisaje,
destacándose altivo en el barranco
la vida despedían con un grito
cuando impactaba el palo en su pelaje.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA PENSIÓN DEL CIEGO DEL CERRILLO
ResponderEliminarHablaban agrupados en corrillo
del cobro y la cuantía de pensiones,
espontaneas y breves reuniones
que se forman en cuesta del Cerrillo.
El grupo abanderó y abrió un pasillo
al ciego como en otras ocasiones,
que se sumó y entró en cavilaciones
con sus cuencas opacas ya sin brillo.
-No quejaos; bien sé la mía es alta,
mas es vital aquello que echo en falta,
llaga es mi corazón en sufrimientos
y un mendigo ser que pisa abrojos,
quisiera ser con luz sobre mis ojos
que vieran este sol de Cenicientos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL ESPÍRITU DEL FARY EN CENICIENTOS
ResponderEliminarDel Fary dicen que dicen
que su espíritu le habló
a una mujer que contó
que a ella no la desdicen.
"A mí no me contradicen",
proclamó a los cuatro vientos;
"una vez lo digo y cientos:
que en copa de encina altiva,
bien corucha y bien nativa,
al Fary vi en Cenicientos",
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Llamar al 112, jajaja
ResponderEliminarFrancisco Javier Sanchez Alonso
Jajajajaja que te dije Paco, no hay huevos jajaja ja jajajajaja
ResponderEliminarJesus Sanchez
Pedro Recibiste la Licencia?
ResponderEliminarGregorio Juárez
Si claro. Muchas gracias por todo. Un saludo.
ResponderEliminarPreciosa foto
ResponderEliminarAna Diaz