jueves, 10 de agosto de 2017

Sensaciones y recuerdos. Montaña invernal ( y 2ª parte )



Y ahora qué? Esperando el invierno








Cada invierno la montaña se vuelve a crear, permanecen las cimas, los valles, los ríos, pero hay algo, o mucho, que cada invierno vuelve a sorprendernos, a deslumbrarnos, quedando admirados por la belleza de las formas que la nieve crea en cada rincón. 




Todo se llena de claridad y de sombras llenas de misterio, todo se transforma y poco a poco se esbozan formas modeladas por la nieve, el viento y las fría noche, es otra forma de ver la montaña, sólo hay que mirar para encontrar imágenes que nacen a cada momento en el seno de la montaña invernal. 



Cuando descubres una montaña, siempre te vas a la cumbre, nuestra mirada se pierde en el infinito de la cima, esto parece ser lo más importante, más a medida que vas descubriendo el entorno, cuando ya la cumbre no es la meta, que a veces no lo es, inmediatamente gustas de ver en ella formas más sublimes, revestimientos níveos, manifestaciones de armonía que invaden el paisaje, es entonces cuando comienzas a sentir la auténtica montaña, cuando las imágenes que captas por tu vista se transforman en pensamientos, y si el pensamiento es vida, la montaña también es vida. 





Cada momento de montaña está animado, lo vemos a simple vista, percibimos la inmensidad, las formas, las fuerzas, los enfrentamientos y es así como viviendo y adentrándonos en ella llegamos a comprender que la historia de la montaña comienza con nuestra propia historia, con aquella primera mirada a la cumbre.





Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso


3 comentarios:

  1. Buenas fotos Pedro

    Mariano

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  2. EL HUERTO EN INVIERNO

    Claridad sin claridades
    en la mañana invernal,
    veleidad de veleidades
    del rocío virginal.

    Lánguido se encuentra el huerto
    y las plantas abatidas,
    esperando mejor puerto
    y ser rosas florecidas.

    Los repollos estelares
    cosechados en invierno,
    se dan bien por estos lares
    tan proclives al pan tierno.

    Las habas y los guisantes
    se enquistan sobre las cañas
    tan verdes,tan arrogantes,
    como yerbas sin guadañas.

    Por estos huertos campea,
    cordialidad y alegría
    y un humo de chimenea,
    con Manuel y compañía.

    Plantamos los semilleros
    con la ilusión del huertano,
    que se comen tan camperos
    lo que cultiva su mano.

    Con calma contemplativa
    entretenemos la espera,
    y cribamos con la criba
    el llegar de primavera.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho


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  3. EL HUERTO EN PRIMAVERA

    Ya llegó la primavera
    y producido el milagro,
    los hortelanos del agro
    ven el agua en la reguera.

    En la caseta de Abel
    están guisando un conejo,
    con jolgorio y con gracejo
    lo aroman con su laurel.

    En el tractor va Vicente
    y lo secunda Isabel
    de estos huertos el clavel
    de sonrisa adolescente.

    Mario campa por el huerto
    y llenas lleva unas cestas
    de huevos a hombros, a cuestas,
    apresurado y despierto.

    Hoy la terraza está llena
    y Jesús nos acompaña,
    y como a nadie nos daña
    nos sirve un buen vino Elena.

    El huerto está florecido,
    su vista es inmejorable,
    ¡qué ambiente tan agradable
    el por todos compartido!

    Todos somos solidarios
    y compartimos saberes,
    cada cual con sus deberes
    somos labriegos agrarios.

    Los columpios volanderos
    que surcan esta pradera,
    son la gloria duradera
    de cuando fuimos luceros

    Fulge el sol esplendoroso
    y los huertos tornasolan,
    los surcos nos enamoran
    ante fruto tan hermoso.

    Bienvenida primavera
    cuándo el tomate en sazón
    muestre su maduración
    habrá fiesta en la pradera.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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