Fuente de los Álamos, lugar de partida.
Las nueve de la mañana es la hora de salida para realizar una marcha desde Cadalso a la Peña de Cenicientos. Organizada por la Asociación Amigos del Camino de Santiago de Cadalso de los Vidrios, el recorrido tiene aproximadamente unos 16 kilómetros ida y vuelta, y en total
ascenderemos un desnivel de 442 m. El día está nublado y no tiene mucha pinta de llover.
Junto al palacio del Marqués de Villena.
A la hora acordada comenzamos a andar, dejamos atrás la Fuente de los Álamos y el palacio de Villena para atravesar el barrio de Las Sillas final del pueblo por el oeste. La sierra de Lancharrasa esta despejada de nubes y sólo unos jirones ascendentes la atraviesan, aunque la cima tiene algo de niebla.
Atravesando el barrio cadalseño de las Sillas.
Pasamos el matadero y ya la carretera comienza a ascender, todo está mojado por la lluvia de la noche pasada que ha sido muy abundante, esperemos que hoy nos respete y tengamos un día seco. Una mirada a la Peña Muñana nos depara esta preciosa vista con un sol apagado por las nubes y la silueta de la Peña casi a oscuras.
Peña Muñana.
La Sierra de Lancharrasa.
De frente la Sierra se muestra en todo su esplendor otoñal, las cepas amarillean mientras al fondo los castaños que aún mantienen el color verde se mezclan con pinos y robles y encinas. Llegando al arroyo Escalonilla la niebla baja que se mantiene agarrada a las laderas de Lancharrasa, le proporcionan un bello aspecto. Más abajo en las tierras de Toledo casi lo cubre todo, sobresaliendo los primeros escarpes que separan Cadalso de Almorox.
Las tierras de Toledo cubiertas de nubes.
En apenas unos cuarenta minutos coronamos lo que llaman el Puerto de Cadalso, lugar donde acaba su término y comienza el de Cenicientos. Unos metros más adelante tomaremos el camino, hoy ya carretera de tierra, que siempre en ascenso nos llevará hasta el pantano de la Alberca.
Cartel en el comienzo del término de Cadalso.
Desde la subida al pantano se puede ver el Cerro de Pedro Abad a nuestra espalda y de frente la compuerta que embalsa el agua, hoy bastante poca a pesar de las lluvias de los últimos días.
Cerro de Pedro Abad.
Pantano de la Alberca.
En el pantano paramos a descansar un poco y damos una vuelta para observar todo lo que encierra, y sorpresa, en el pozo que existe al comienzo hay unos enormes cangrejos americanos, está tan oscuro que no se les puede fotografiar, pero encontramos una muestra de su existencia.
Pinza de cangrejo americano.
Nadador de salón.
Y de nuevo tomamos la carretera para seguir adelante, a partir de aquí la subida se hace más penosa debido al fuerte desnivel, no más de un kilómetros nos separa de la otra carretera que asciende desde el depósito de Cenicientos.
Arroyo de la Alberca antes de llegar al pantano del mismo nombre.
Castaños, pinos, encinas y robles forman este paraje donde apenas entra el sol, la subida es algo dura pero corta y casi sin darnos cuenta nos lleva hasta la unión con la otra carretera. A partir de aquí el terreno se hace menos empinado y por lo tanto mucho más cómodo para caminar.
Las frondosidad le confiere al lugar una gran belleza paisajística, hoy más debido a la humedad que hace resaltar los helechos que en abundancia pueblan todo el suelo. Unos cientos de metros más adelante nos encontramos con unas ruinas, lo llaman el Seminario, pero más tiene pinta de haber sido un lugar para almacenar la resina que en otros tiempos aquí se extraía de los abundantes pinos resineros. Sólo unas paredes de piedra con donde se aprecian multitud de ventanas queda hoy en pie, antes se podía entrar dentro, pero hoy las zarzas lo cubren todo.
El seminario como lo conocen en Cenicientos también recibe el nombre de casilla de la Alberca, cuentan que iba a ser un seminario pero que se abandonó al no recibir gente, cosa nada extraña si tenemos en cuenta el lugar donde está ubicado. Por las ventanas y la distribución más parece un lugar para almacenar la resina, como ya he dicho anteriormente, de ahí las muchas ventanas que tiene y que servirían para airear el recinto. En los muchos años que llevo recorriendo el lugar, nunca he visto ventanas, ni tan siquiera restos de los cercos de madera, por lo que me hace pensar que nunca las hubo. Si recuerdo algunos troncos y restos de tejas que verifican que en el pasado tuvo tejado. De una manera o de otra, es cierto que las ruinas tienen una apariencia cada vez más tétrica, dándole al lugar un semblante misterioso.
Casilla de la Alberca o Seminario
A partir de aquí la carretera comienza un pequeño ascenso hasta su terminación, desde donde arranca una senda que nos llevará hasta la cumbre de la Peña de Cenicientos.
Continuará.......
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
¡Qué maravilla de fotos, Perico, algunas, espectaculares, y el reportaje en conjunto, como de costumbre, pleno de sabor y sapiencia cadalseña. La excursión debió de ser interesantísima, Carmen volvió encantada.
ResponderEliminarGran labor la de la AACSDC.
Un abrazo. Balta7
ResponderEliminarGracias Balta, la verdad es que lo pasamos bien y el tiempo acompañó, la subida preciosa por la época y las vistas desde la cumbre, a pesar de las nubes, espectaculares.
Un abrazo
ResponderEliminarVaya fotos chulas y la de la pata del cangrejo es autentica. Me gusta
ResponderEliminarOs disteis un buen paseo.
LA PEÑA BUVERA
ResponderEliminarRoca colosal, muro y horizonte,
firme y granítica Peña Buvera,
te hizo la creación alba cimera,
hito y estandarte de nuestro monte.
Águila imperial de vuelo en remonte,
ave bicefala ahora pionera,
embrionaria y abriéndole frontera
a Cenicientos y el futuro afronte.
La Buvera demanda un mirador
con lupa incorporada y catalejo,
roquedo monolítico exterior,
de las luces pináculo el reflejo
del impulso corucho creador
que a la Buvera enmarca en este espejo.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Gracias Saturnino por adornar al Zorro Corrredero conb tu poesía, por cierto preciosa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que bonitas las peñas
ResponderEliminarAna Diaz
EN CUANTO EL ARCO IRIS SALE
ResponderEliminarEn cuanto el arco iris sale
disipada la tormenta,
nuestra Peña Cenicienta
luminosa sobresale.
Nada existe que la iguale
la tormenta terminada:
es la Sixtina pintada
por el pincel de las brisas,
que la muestran con sonrisas
a los coruchos colgada.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
GRISES ROCAS BERROQUEÑAS
ResponderEliminarGrises rocas berroqueñas
que conformáis estos muros,
moradores a extramuros
que os avecinda a las Peñas.
Os cortaron de unas breñas
soñando ser campanario,
marcadores del horario
de oscuros seminaristas,
mas por causas no previstas
aquí estáis sin seminario.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
CON LUNA LLENA EL ALUMBRE
ResponderEliminarCon luna llena el alumbre
baña e impregna a la Peña,
y la viste como a dueña
de quietud y reciedumbre.
Prodigios sobre la cumbre
cuando surge una escalera
y el Cornetal reverbera
y baja un canal de riego
que el alumbre apaga y luego
duerme a la Peña Buvera.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
PEÑA, CORNETAL, LADERA
ResponderEliminarPeña, Cornetal, Ladera,
comenzad a desfilar
mueve bien,Peña Buvera,
tu poderosa cadera
si empiezas a caminar.
Cimbréate bien, Ladera,
que tan a la vista estás,
tu imagen de enredadera
embellezca esa cimera,
con coruchos al compás.
Cornetal, líder de pinos,
comienza ya a liderar
hasta la Peña caminos,
que les eviten espinos
a coruchos del lugar.
Peña, Cornetal, Ladera,
coruchos sois de escalar,
peldaños de una escalera
de un Cenicientos que espera
a un tiempo que ha de llegar.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Bonita ruta
ResponderEliminarMaria Isabel Perez