Cuando la carretera se acaba, una senda algo empinada y relativamente corta nos llevará hasta la misma cumbre de la Peña de Cenicientos. A lo largo de la subida se puede contemplar grandes masas de encinas y pinos que envuelven la cima hasta solo unos pocos metros del vértice geodésico existente en lo más alto, hoy rodeado de toda una parafernalia de estructuras que han conseguido afear y de que manera esta preciosa cumbre de la Sierra Oeste Madrileña.
La humedad provocada por las intensas lluvias de los últimos días ha contribuido a que aparezcan enormes setas y los musgos estén radiantes de belleza y color.
Una breve trepada entre piedras que forman un llamativo berrocal, hoy algo peligroso por la lluvia, nos separa de la cumbre.
Ya en la cumbre la vista es impresionante, al oeste todo el Valle del Tiétar con la cumbres de Gredos que juegan con las nubes y nos dificultan su visión, al este la Sierra de Lancharrasa que forma un mismo macizo con la Peña de Cenicientos, y a sus pies Cadalso y Rozas de Puerto Real, hacia el sur el pueblo de Cenicientos y la llanura de Toleda 700 metros mas abajo. Una pena que hoy las nubes oculten las montañas del Tiétar y el cercano cerro de Casillas.
Lancharrasa y Rozas de Puerto Real con el Cerro de Guisando al fondo.
Cenicientos desde la cumbre de su Peña.
Hay momentos que las nubes dejan ver los pueblos cercanos, Cenicientos y Rozas de Puerto Real asoman entre un mar de nubes, mientras el grupo se hace fotos en la cumbre y toma el aperitivo.
Rozas de Puerto Real.
La Peña Chica o Silla de Caballo.
La Peña Chica tiene una altitud de 1229 mts. y es una escarpada cima de gran belleza separada sólo por un pequeño collado de la cima principal que se encuentra a 1252 mts. En un momento determinado las nubes abren un pequeño claro por el que asoman los tres pueblos más cercanos del Valle del Tiétar, el primero es Sotillo, la sigue La Adrada y al fondo Piedralaves. Enorme suerte la que la naturaleza nos ha entregado con esta vista entre nubes.
Sotillo, La Adrada y Piedralaves.
El descenso lo hacemos por el mismo sendero de subida para enlazar con la carretera, luego pasado el seminario dejamos a la izquierda nuestro itinerario de subida y seguimos por la pista forestal hasta enlazar con la carretera que une Cadalso y Cenicientos.
El encuentro con algunos paisanos es motivo de charla y saludos, una foto y unos para arriba y los otros para abajo. También los frutos otoñales de la encina están en su esplendor y lucen con enorme belleza, dando un toque más de atractivo a la zona.
A veces la lluvia y viento con el correr de los siglos erosionan las rocas de granito, de tal forma que puede llegar a crear una hendidura donde se almacena el agua y que como en este caso ha terminado por buscar una salida a través de ese hueco, sin duda una gran obra de la naturaleza.
El otoño colorea los árboles y convierte la pista en un cuadro lleno de matices donde los castaños, cerezos, robles, encinas y pinos se unen para crear una paleta de colores digna de cualquier pintor. Dicen, y lo he oído varias veces, que los cerezos del Jerte, esos tan famosos y que tan buenas cerezas dan, son originarios de esta zona de Cenicientos, preguntad y saldréis de dudas, yo siempre me lo he creído y por eso lo afirmo desde aquí.
Una vez en la carretera volvemos a Cadalso con la vista puesta en su Peña Muñana y con el placer de saber que hemos realizado una de las marchas más atractivas de nuestra zona. Gracias a todos por vuestra participación y enhorabuena a la Asociación Amigos del Camino de Santiago de Cadalso de los Vidrios por su gran labor divulgativa de nuestro entorno.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
ResponderEliminarLa peña de Cenicientos parece otra cosa con tus fotos y lo que dices. Muchas gracias por el paseo.
Mariano
LA PEÑA CHICA O SILLA DEL CABALLO
ResponderEliminarHace tantos años que ya mal me acuerdo:
cual cabra montés coroné su cumbre
y en su cima sin óxido ni herrumbre
flores hallé insertas en mi recuerdo.
Retazos fugaces donde me pierdo,
en el cielo de julio ardía lumbre
y un paisajístico y bello vislumbre
en concordato con un mundo cuerdo.
Gredos monumental sobre su espalda,
a la silla cubría y daba guardia
a sus pies el pinar gema y guirnalda.
Y a su frente los Montes de Toledo,
centinelas del llano y salvaguardia
de la Peña Chica en donde me quedo.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
ole mi peña
ResponderEliminarAna Diaz