Un hormiguero en los Cantos de la Horca, lugar de Cadalso
Fue a comienzos de octubre, paseaba por la zona de los
Cantos de la Horca cuando mi mirada se quedo fijas en un hormiguero, había
cientos de hormigas que se movían sin un orden aparente, parecía como si
hubiera algo que las atrajera y todas a la vez intentaran algo, no pude saber
el qué, pero lo que si hice fue unas pocas fotos, lo mejor que pude, y sin
saber donde enfocar pues aquello era una marabunta de alas que no paraban de
moverse.
Allí mismo, junto a lo que parecía un hormiguero, no pude
ver con detalle lo que ocurría, pero más tarde cuando en casa descargué las
fotos y pude aproximarme un poco más, observe que aquello era todo un
acontecimiento de vida y ocupación de las hormigas.
Al mirar más de cerca las imágenes se pueden ver a la
mayoría de las hormigas con alas, pero también las hay sin ellas, casi todas
son negras excepto algunas pocas que parecen rojas, por todas partes se ven
larvas, unas parece que acabaran de nacer y otras son transportadas por otras
hormigas.
Unas parecen más grandes que otras pero entre todas destaca
una que es enorme, debe ser la reina, normalmente creo que sólo existe una
reina por hormiguero, la cual es fecundada por todos los machos.
Perece ser que existen unos días al año en los cuales las
condiciones son muy propicias para que las hormigas encuentren el mejor momento
de apareamiento, y esto lo suelen hacer en esos vuelos que a veces podemos
observar de miles de hormigas. En España la época más propicia es desde finales
de la primavera hasta principio de otoño.
Esos días de calor que preceden a una tormenta suelen ser
los mejores días para que los machos vuelen y fecunden a las hembra, eligen siempre
un día húmedo porque es más fácil volar para las hormigas y porque la tierra al
estar humeada es más fácil de excavar el nido que nace la hembra una vez
fecundada.
La hembra suele ser única y la de mayor tamaño con
diferencia, cuando termina la fecundación pierde sus alas y los machos que la
han fecundado mueren, no así ella que puede vivir hasta 15 años.
El que todas salgan a la vez se debe a que así se
sincronizan con otras colonias, siendo mucho más fácil aparearse y así tener mayor
posibilidad de que sea un éxito al poder encontrarse la reina con machos de
otra colonia.
Los machos sólo tiene una función que es la de fecundar a la
reina. Lo hacen siempre en el aire, de ahí que les salgan las alas, las hembras
no tienen alas y son las obreras, los machos mueren todos al terminar la
fecundación. Una vez fecundada, la reina excava un agujero en el suelo donde
creara una nueva colonia. El esperma que porta la reina para fecundar los
huevos puede durar hasta ocho años.
Una vez construido el agujero, la reina que porta un hongo
en su saco bucal, lo alimentará con huevos y excrementos y posteriormente ella
y todas sus crías se alimentaran de este hongo, pero si el hongo muere la reina
morirá y también sus crías.
Si el hongo sale adelante, la reina criará a las primeras
obreras, luego permanecerá unas semanas sin alimentarse hasta que estas obreras
aparezcan y la alimenten, la cuiden a ella y al hongo. A medida que vayan
naciendo nuevas obreras, estas irán alimentando al hongo, alcanzando la colonia
su mayor tamaño en unos tres o cuatro años, pudiendo vivir hasta ocho años.
La reina del hormiguero.
Como habréis podido comprobar la hormigas son todo un ejemplo de comunidad, donde todas se mueven por unos intereses comunes para llegar a cumplir sus objetivos, casi casi como los humanos.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Buenos detalles sobre las hormigas.
ResponderEliminarMariano
ResponderEliminarLa verdad es que es muy curiosa la vida de estos insectos. Las vemos a todas horas y sabemos tan poco de ellas, pero tal vez sea porque a primera vista casi no se aprecia nada de lo que está ocurriendo.
Un saludo
Pedro
Vaya cantidad de hormigas y éstas con sus alas :-). Con tu gran relato ya se un poco más de ellas.
ResponderEliminarUn saludo
LA MADRE TIERRA
ResponderEliminarLa madre tierra se ofrenda
al cultivo permanente,
siempre se muestra oferente
y a sudores se encomienda.
Campos que en su inmensidad
en su grandeza infinita,
todo es vida que palpita
belleza y diversidad.
Alma de nuestro sustento
manantial de la alegría,
contemplación de armonía
que sabes del sufrimiento.
Conoces a las hormigas
y sabes de sus afanes,
sus trasiegos y sus planes
y de su acopiar espigas.
A los topos medio ciegos
que socavan a hurtadillas,
y nos hurtan las semillas
a los modestos labriegos.
A lombrices y gusanos
que moran en tus entrañas,
y sus secretos y mañas
ayuda son de hortelanos.
Que eres nutriente de mieses
albergando sus raíces,
donde anidan las perdices
y las evitas reveses.
Madre de los minerales
que has forjado al diamante,
para que un buril amante
lo engaste sobre metales.
En ti los pies los posamos
y afanosos nos movemos,
y también nos conmovemos
ante todo cuanto amamos.
Nuestra vida aquí transcurre
ya feliz o desgraciada,
y la muerte acicalada
con sus ardides discurre.
Discurre cómo llevarnos
y apartarnos de tu senda,
y con su invencible rienda
temerosos sojuzgarnos.
Y cuando el portón se cierra
y nos apaga los ojos,
a nuestros pobres despojos
los acoges madre tierra.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Caraballo