viernes, 5 de julio de 2024

Puente de la Cantina. Sierra de Guadarrama.

 Puente de la Cantina.


El Puente de la Cantina, situado en la CL-601, es un lugar de comienzo de varias rutas de montaña, tanto hacia el Pto. de Cotos como hacia el Valle de Valsaín, la zona del Minguete y Montón de Trigo. El puente se construyó en el siglo XVIII para salvar el Arroyo del Puerto del Paular que desciende desde Cotos para unirse al río Eresma, que algo más arriba recibe las aguas del Arroyo Minguete y más adelante las del Arroyo de Peñalara. Junto al puente, km 17, existen dos aparcamientos donde se puede dejar el coche.


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

Mensajes:


Hemingway en el puente de la Cantina, lugar donde él sitúa el final de su novela "Por quién doblan las campanas".

Antonio Guerrero.

jueves, 4 de julio de 2024

Arco iris desde el Hogar del Jubilado. Cadalso de los Vidrios.

 Arco iris


Así se pudo ver, y durante bastantes minutos, el arco iris del pasado 27 de junio desde la Plazoleta, hoy Dr. Fleming, o "donde el Hogar". Buenos Días CADALSO. 


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso


EL MATADOR SIN TOROS QUIERE TOREAR EN PAMPLONA Y CADALSO, por Miguel Moreno.

 (Adaptado sobre un texto del matador estadounidense Robert Ryan, a quien va dedicado desde Cadalso…)

EL MATADOR SIN TOROS QUIERE TOREAR EN PAMPLONA Y CADALSO

Robert Ryan, torero.

Me llevó a una pieza soleada con dos armarios de madera. “-En aquél tengo los vestidos azabaches, en éste los de oro”. Acarició los alamares como Miguel “Carvajales” acariciaba de adolescente a sus jilgueros y musitó: “-Están apagándose. Hace mucho que no los visto.” 

Hay un terno torero intermedio entre el de oro y el de azabache. Es el que está adornado con luces pálidas y confusas que se enfunda, como en un trance desconcertante, el matador que torea poco. El vestido del coletudo sin toros pierde brillo por el desuso. Es un oro tapado con un paño, un oro oculto, envejecido por las sombras del abandono. Guardado en un armario se deforma con el tiempo y pierde apresto. Sin horma, sus hombreras se caen y todo él adquiere un tacto de recuerdos cuasi olvidados. Es por la falta de sol y de angustia, es por la añoranza de la felicidad de enfundárselo.

Viejo vestido de torear.

El matador sin contratos se considera a sí mismo una figura indiscutible. Pero solo es un lidiador sin nombre y sin historia, con el rostro desbaratado por esa melancolía que le hace ausentarse de todas partes avergonzado. Despierta al alba con la  triste certeza de que se inicia otra jornada sin corrida, de que el día se irá para no volver. Mas, cuando toma conciencia del momento -paseando por la calle Victoria-, comienza a pensar en unas fechas futuras, fechas cercanas rodeadas de ilusiones y promesas. Esas fechas son su mejor defensa. “–Si tengo suerte torearé en San Fermín la de Miura y el 14 de septiembre puedo torear en Cadalso de los Vidrios, la empresa anda pendiente de mí. Dependerá de cómo me vayan las cosas en Pamplona”. Esas utópicas corridas son las que empujan de la cama al torero marginado, son las que pueden devolverle todo. Tan sólo tiene que llegar a ellas fuerte, no vencido.

Observando el entrenamiento de los niños toreros.

El lidiador sin lidia conoce muy bien los pliegues secretos de los engaños, aquellos donde velan los duendes del toreo. El espada que torea seguido tiene piernas, aliento y calma ante el cornúpeta, pero difícilmente da vida a una muleta ante bufidos imaginarios… tiene demasiado presente el toro. En cambio, el diestro sin toros, siempre con el relente castellano y clareando la alborada, intenta hallarse en la madrileña Casa de Campo donde el burel no existe. Torea de salón rodeado de pasto y a veces inicia desanimado el rito de la búsqueda del animal. Desdobla las telas con movimientos indolentes que no llegan a toreros: sin convicción, sin pulso, sin temple, sin dar salida al bicho.

Después -poco a poco- el maestro se va encontrando. Entre medios lances y mucha alma, el percal mismo le va centrando meciéndole suave hacia formas clásicas. Su mirada se fija entonces en astas imaginarias con el señuelo ya más vivo, mientras sus lances detienen el tiempo y despiertan triunfos adormecidos. El capote se enrosca con soltura a su toreo admirable, abierto el compás y embraguetado, hundido el mentón en el pecho. Con la cintura rota acompaña el viaje y su mano izquierda acaricia la salida del morlaco sintiéndose sobrecogido por la emoción. -“¡¡¡Soy como El Paula!!!”, grita a la vida desatenta con él según sale de la media cimbreando el cuerpo, arrastrando la capa y mirando desafiante al tendido. Ningún torero se aproxima ni por asomo a la perfección y a la hondura de su quite onírico. Ninguno sufre como él en soledad el pulso de su tauromaquia. A ninguno le estalla el corazón inundado de toreo y ternura como al torero sin toros. De su búsqueda incansable y de su propia derrota toma una fuerza que no alcanza a definir como esperanza.

Entrenando en Málaga.

Entre los matadores arrinconados no existe la envidia. Su desamparo les exige ensalzar las cualidades de otros espadas que comparten el olvido. El mejor homenaje al compañero es embestirle. Crear una pujanza alrededor de su engaño, vaciarse fingiéndose toro. Doblar el espinazo resoplando y mandando mugidos al espacio. Humillar entre fatigas desamparadas simulando acometidas ilusionadas. Todo son sueños: el toro, el toreo, el arte, las ovaciones, la plaza… ¡Todo sueños!

Jóvenes toreros entrenándose en Málaga.

El diestro que ha hecho de toro deja caer los pitones al suelo. Se yergue mareado de tanto repetir embestidas sujetando con las manos su columna vertebral. -“¡Ten, coge la muleta! -le dice el matador torero-. El matador que ha hecho de toro toma parsimonioso la muleta y el estoque sopesándolos. La vida endureció sus manos en el puerto de Barcelona descargando contenedores que, extrañamente, al empuñar los trastos parecen pequeñas y frágiles. El maestro que ahora hace de toro ha recogido los pitones con la pala curva de cada asta apoyadas contra las palmas de sus manos. Son suyos, como suyo, en los brazos estirados, es el cuello del morlaco. Y suyo el instinto del burel reflejado en su mirada. Y suyo el volumen y el poder de su primera arrancada.


Robert Ryan.

“¡Toro!” Entre imperativo e invocante llama al torero que ahora es toro: "¡Jeee, Toro!" Y recomienza el ensayo de faena que es como una bella inspiración de los artistas cadalseños: José Luis Alfonso, Antonio Fraguas “Forges”, Juan Cristóbal o Manuel Alcorlo. “-¡Qué bien estás toreando! ¡Estás sintiendo el toreo!” Le jalea el compañero y le llega tan dentro que le duele. Y torna a arrancarse entre derrotes y pezuñas escarbando. “–¡Estás toreando mejor que nunca!”  Y se lo repite cuando se le consume ésta y tantas otras mañanas. Agotadas todas, rimadas con verónicas y con penas, medidas con cites que borra el desaliento, mientras siente como el polvo amargo del fracaso cubre su corazón y ahoga su garganta. “-¡Qué bien torea usted, maestro!”  Y de nuevo sobresalta con su voz al artista cuando más entregado está a su arte sin toro. Cuando más conmovido transporta al olvido su hermoso toreo sin futuro. Se lo dice ahora, cuando ya empiezan a deslizarse mansamente por sus mejillas las lágrimas de su última emoción torera. Esa emoción que deja sin dueño y huérfanos sus sueños de gloria…



                                                                  Miguel MORENO GONZÁLEZ

 

martes, 2 de julio de 2024

Desde Cadalso buenos días. Zorro Corredero.

 Buenos días CADALSO

Desde nuestra iglesia, casa de todos desde siempre y por siempre, buenos días a todos, que la vida os llene de buenos momentos, salud, fe y felicidad. Es un deseo del Zorro Corredero.


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

lunes, 1 de julio de 2024

La iglesia, el granito y los canteros de Cadalso.

 Granito y canteros de Cadalso.


En 1498 se comienza la construcción de la iglesia de Cadalso, su maestro fue Juan Campero, activo desde finales del siglo XV y mediados del XVI, cantero y maestro de obras de origen cántabro asentando en Castilla como otros muchos de esa época.

Se cree que su terminación fue en 1574 porque en ese año se instauró el Santísimo Sacramento, entes en 1565 ya se había terminado de construir la cantería del ábside de crucería en estilo gótico tardío del altar mayor donde se puede observar las letras APD y coronas del marquesado de Villena, así como jarras con azucenas renacentistas en los arcos. Construida con parte de la antigua muralla árabe abandonada por la política de desmantelamiento de fortalezas de los Reyes Católicos, tanto la piedra utilizada de la muralla como el resto de piedra, fue extraída de las canteras de Cadalso,  lo que nos identifica como un pueblo de grandes canteros desde hace muchos siglos, cantería que hoy sigue activa, y todo gracias al buen granito que desde siempre ha existido en Cadalso. La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo gótico renacentista, es una de las visitas que no te puedes perder en tu recorrido por Cadalso. 



Zorro Corredero

Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso


Unha. Naut Arán. Julio 2024

 Unha. 



Portada de julio. Encaramado a 1.280 m. de altitud nos recibe el pequeño pero espectacular pueblo de Unha en el Naut Arán, pueblo de apenas 100 habitantes pero donde podemos encontrar una de las mejores vistas del Aneto y la Maladeta, así como infinidad de muestras del arte aranés, donde destaca su iglesia de Santa Eulalia del Siglo XII,  el Casal de Brastet casa fortificada con baluartes renacentistas del Siglo XVI, y el Museo de la Nieve. Buen lugar para comer en sus excelentes y reconocidos restaurantes. 

Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso