miércoles, 27 de septiembre de 2023

La casa de los Abad en la calle del Cuerno. Cadalso de los Vidrios.

 En memoria de mis recuerdos.


Nadie duda que era una casa con solera, con mucha vida cadalseña durante siglos, pero la vida se acabó para ella, y con su derribo se fueron muchos recuerdos de familia, de anécdotas, y personajes taurinos que por aquí pasaron.  No tuvo suerte la afamada casa, tampoco lo taurino con su conservación, ni siquiera los que gustamos de nuestras calles como siempre, pero la vida, y ese futuro maravilloso del que tanto alardean algunos, se la llevó por delante para siempre, dejando sólo esa sensación de vacío que los nostálgicos sentiremos cuando nuestro deambular nos lleve a la calle del Cuerno, con la aflicción de haber perdido esa imagen del pasado que se tiene en la memoria. Y puede que muchos no lo sepan, ni les interese, pero también habremos borrado una parte de nuestra historia, por algo esta casa y toda la manzana hasta la Plaza perteneció al tan nombrado Álvaro de Luna. A pesar de esto Cadalso todavía sigue siendo maravilloso. 


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso


22 comentarios:

  1. No echemos la culpa al derribo sino a las personas que año tras año la dejaron abandonada y a su suerte. Empezando por los herederos, siguientes compradores y quienes pusieron esas horrorosas y peligrosas chapas que aparecen en la foto.

    Con respecto a lo taurino, indicar que todos los recuerdos quedarán en la mente porque en la casa no había nada que se pudiera recuperar ni conservar (en algún sitio estarán).

    El futuro es impredecible en los tiempos que corren.

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  2. Buenos días feliz Miércoles Pedro

    Aurora Ferrera Ruiz

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  3. Tienes toda la razón

    Juani Perez

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  4. Y tanto que con esta pérdida, habéis perdido un poquito de vuestro bonito pueblo.
    Un saludo para todos los cadalseños.

    Vidal Fermosell Jimenez

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  5. Si, claro que es maravilloso Cadalso y tú lo haces más maravilloso con tus fotos y relatos.

    Carmen.

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  6. Gracias Pedro por la foto y tu recuerdo histórico de la casa. Estoy totalmente de acuerdo con el primer comentario, arriba expresado. Así lo veo yo también y creo que es la auténtica, cruda y completa realidad. Tal como estaba el edificio era un peligro para los viandantes. Saludos y espero que aprendamos de las experiencias...

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  7. Pues ya veremos que hacen y como, espero que algo digno y que embellezca la calle.

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  8. Hubiera estado bien que se hubiera conservado la fachada.

    Carmen Carrillo

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  9. Hace años, pero muchos años que las fachadas antiguas de piedra con jambas y dinteles, algunas con inscripciones, deberían haberse protegido.

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  10. Haber que hacen ahora

    Nieves Salas

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  11. Guardo Buenos recuerdos de esa Casa que de pequeña yo, era casona y de mis padres hablando con sus dueños, pero son recuerdos que se quedan en el corazón.

    Carmen Caballero García

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  12. Una gran casa 😀

    Antonia Frontelo Morales

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  13. Como se acaba todo

    Antonia Frontelo Morales

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  14. Anda que no han pasado toreros por esa casa

    Pilar Calvo Villarín

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  15. En Cenicientos...

    Lleva su plaza de toros
    impresa en el redondel:
    ¡Desfiles, de plata y oros,
    y algunos triunfos sonoros
    y el nombre de Pimentel!


    EL CANTO A CENICIENTOS

    En la cuña introducida,
    de abulenses y Toledo
    está el pueblo y su viñedo
    sostenimiento de vida.
    La cepa fue mantenida
    como diosa en los altares
    y las uvas en lagares
    corría rojo su mosto
    por el canalillo angosto
    como el agua de los mares.

    Con gentes acogedoras
    transitando por la calle
    hacen ameno este valle
    de las coruchas auroras.
    Armonía de las horas
    transcurren de forma lenta
    si el espíritu aposenta
    apego por el sosiego
    del que harto de trasiego
    vida tranquila le tienta.

    Quien nos visita se queda
    y si se va siempre vuelve
    cuando la brisa le envuelve
    del arcón de su almoneda.
    Paseante en la vereda
    viendo la vida que pasa
    hace trasvase y trasvasa
    olvido de su paisaje
    y se siente paisanaje
    y cimenta aquí su casa.

    Siempre impera aquí la calma
    y el horizonte apacible
    que se bebe y es bebible
    como néctar en el alma.
    Aparejo que es la enjalma
    de sus pocos animales
    otrora en los herbazales
    abundaban los rebaños
    pero el paso de los años
    los mantiene terminales.

    Qué más decir de su Peña
    a la que enaltezco tanto
    y con mis versos la canto
    y de mi rima se adueña.
    Sostengo que es nuestra enseña
    y la base del futuro
    y aunque yo yerto y oscuro
    cuando el suceso acontezca
    el poema permanezca
    y ser cierto lo que auguro.

    ¡Tomad, os presto mis ojos
    y su enfoque en la llanura
    y abridlos en herradura
    con que aparta los abrojos!
    No reparad en rastrojos
    y veréis a don Quijote
    que con rocinante el trote
    va por tierras de la Mancha
    gritando :¡Castilla es ancha
    y se me atufa el bigote!

    Y si tornáis la mirada
    nuestra capital Madrid
    y cabalgando va el Cid
    en la alta madrugada;
    y en la noche despejada
    he visto un cielo de bruma
    flotando como la espuma
    desde la Peña las luces
    polucionando de bruces
    a Madrid con que lo abruma.

    Y de la Peña bajando
    al pasear por el llano
    la dehesa es un rellano
    por el cual ir divagando.
    Los coruchos paseando
    por la estrecha carretera
    ven en el cielo una esfera
    límpida de aire tan puro
    que su clima es un seguro
    de naturaleza austera.

    Pinares, huertos y encinas
    viven en el horizonte
    y la quietud en el monte
    e higueras en las retinas.
    Visitante que caminas
    y buscas vida apacible
    y de vivir lo indecible
    el pueblo de los coruchos
    tiene en alicientes muchos
    para hacértelo factible.

    Y hablamos aquí un lenguaje
    ingenioso y cervantino
    junto al amor de su vino
    colofón de un buen viraje,
    y habrás hecho un maridaje
    con la estrella de los vientos
    que aseda los movimientos,
    de nuestros recios olivos
    que muestran sin paliativos
    el alma de Cenicientos.

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  16. A mí me horroriza

    Yem Goizueta Díaz

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  17. Si Pedro pasa en todas partes que pena aquí en Tarancón la casa de la condesa que era según dicen personas mayores muy antigua y bonita la derribaron y es un solar un una calle de mucho tránsito que es trasera en el antiguo cuartel han hecho una biblioteca pero el de Cadalso de termina hundiendo la fachada tan bonita A mi me gusta al salir de casa lo primero que se ve a la derecha el cuartel me da pena esos edificios tan antiguos que terminen hundidos

    Carmen Frontelo Morales

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  18. Recuerdo la enjundia que tuvo esa casa. Cuando paso por la calle y la veo tan solitaria y abandonada siento cierta nostalgia. El tiempo es inexorable para todos.

    José Luis Conde

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  19. Si ha sido una pena que la tirasen entera, la sensación de que algo han robado al pueblo es tangible

    Pilar de Lara

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  20. Por la ruta alternativa
    que nos conduce a Madrid.
    Va el Gato en forma incisiva
    y al pasaje, desmotiva,
    no ver paisajes de vid.


    Viñedos me retrotraen
    a los años de la infancia,
    y sus labores me atraen
    pese a cualquier circunstancia.


    LOS CENCERRONES DE LA PARRILLA

    Después de la vendimia terminada
    solíamos echar una jornada.
    En las viñas, buscando el cencerrón,
    y de la mula llenando el serón.
    Eran días hermosos y otoñales
    con las hojas muriendo en los parrales.
    Negreando lo que quedó en la vid
    de estos campos gloriosos de Madrid.
    Así era la vendimia del sin tierra,
    del que lucha en la vida y no se aterra.
    Y aparta los abrojos del camino
    variando los designios del destino.
    Volvíamos a casa con la carga
    armados con la lanza y con la adarga.
    Del esplendor fulgente del racimo
    que nos daba calor junto al arrimo.
    Del leño incandescente de la lumbre
    y el porrón heredad de la costumbre.
    Convertido en el mosto que hace al vino
    fortalecer el ánimo cansino.
    Según la sabia opinión de los viejos,
    duchos en vinos jóvenes y añejos.
    Legatarios de una secular ciencia,
    la voz universal de la experiencia.
    Y pisábamos la uva en una artesa
    anclada y sustentada por la mesa.
    Tosca bodega en el angosto hogar,
    decimonónico ancestral lagar.
    Luego aquel caldo iba a la tinajilla
    calzada con las patas de una silla.
    Permitiendo al tiempo hacer su labor
    dándole al mosto solera y sabor.
    La abríamos la noche de difuntos
    al amor del fuego asando castañas,
    los cuatro en mi casa todos juntos
    con mi padre contándonos hazañas.

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  21. Si era la casa de mis bisabuelos. En ella vivieron mis tios y mi abuela.una pena perder el patrimonio

    Marco Sáez

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