DANIEL ENTRE SONRISAS Y LÁGRIMAS
Era un niño
muy llorón, mimado en extremo sin ningún rubor. Y claro, cuando yo me acercaba
vestido de ciclista (con casco y todo), la inmediata era ponerse a llorar
desconsolada y agudamente. Sí, sí; con ese llanto tipo aguijonazo que se me
incrustaba infalible en lo más hondo del cerebro. Ante ello, a uno no le
quedaba más remedio que salir pitando mientras iba oyendo a su familia
reconvenirme severamente a grito pelado: –¡¡¡Migue,
deja al niño tranquilo, no le hagas de llorar!!! –exclamaban-. -¡Pero si no le hago nada! –Respondía yo
totalmente sorprendido por tal acusación-. Y es que arrimarme al crío sigilosamente
y comenzar a llorar todo era uno. Por supuesto que el niño desconocía, desde su
más tierna e inofensiva infancia, mi nobleza quijotesca, ésa que siempre adorna
mis intenciones profusamente manifestadas a lo largo de varias generaciones. Pero
daba igual, porque el infante me rechazaba con su firmeza habitual. Y encima, los
demás, nunca se olvidaban de advertirme de que no le hiciera llorar… Esa
frustración pudo incubar en mí una de esas depresiones que tanto se llevan
ahora y que te sumergen en una desesperación cruel por culpa de un niño y sus
circunstancias. Aquello era un drama con visos de inquietante quimera en alta
mar. ¡Cuánto sufre el padrino en soledad!
Crecía la
criatura perdiendo a la vez las dotes cantoras y el apetito. Fue con su clase a
Toledo de excursión y me compró un torito para la ocasión: -“Es para ti, tío”. Y el “jodío” me emocionó. En el cole sacaba notas
maravillosas hasta que devinieron en desastrosas. A medida que tomaba el pulso
social a Cadalso se hizo jugador de filigrana del equipo de futbol local,
seguidor acérrimo -gran virtud- del Real Madrid, militante convencido de La Muñana con sus pompas y
circunstancias y aspirante a torero convicto y confeso. Lógicamente por San
Isidro yo le compraba cada año los trebejos de torear bajo el sofoco pre
canicular. Ingenuo y entusiasta a más no poder comentaba desde el amanecer que
quería ser torero de la cabeza a los pies. Al final sólo llegó a lidiar, no sin
esfuerzo, alguna que otra gamba en el reducido ruedo de su plato particular. Solía
comentarle lo que su abuelo Miguel me decía: -“Tú vas a ser torero en el plato…” Sospechosamente todas estas sociedades
que gozaban de su justa admiración, antaño pujantes y ganadoras, perdieron brío,
prestigio y categoría hasta que, por fin, se dedicó -a partes iguales- al
cortejo de los cubatas y de las chicas del lugar olvidándose de lo demás. Y
para alegría y satisfacción del resto de los ciudadanos en general y de las
sociedades mercantiles en particular, todo -al fin- volvió a la normalidad: El A.D.Cadalso
ascendió de categoría, el Madrid ganó Copas de Europa con gallardía, La Muñana se volvió a emocionar teniéndole
a él como presidente que sabe razonar y trasegar, Ponce salió a hombros de Las
Ventas una vez más, mientras Rafael de Paula decía a los impacientes: -No me tiréis almohadillas que primero lo
voy a brindar. Nada que objetar, por tanto, a la lucidez mental de este
chico sin par.
Comenzó a
frecuentar los locales expendedores de licores y confidencias. Y yo veía que se
encontraba en su salsa mientras iba progresando adecuadamente en el cariño y en
el trato a sus semejantes. Cuando nos encontrábamos en los bares de Cadalso (¿dónde
si no…?) rápido venía a echarme un pulso a guisa de saludo y siempre le
retorcía la mano dejándole patidifuso. Obviamente sus padres no estaban cerca
porque de estarlo me hubieran chillado lo de siempre: -“Déjale en paz, no le hagas otra vez de llorar…” Todo discurrió
dentro de los parámetros descritos hasta que hace unos años, Daniel Moreno
Sánchez pasó de niño a hombre (como la hija de Julio Iglesias, solo que al revés).
Y, sin más, ya comenzó él a retorcerme la mano con un punto de perversa
venganza contumaz que venía a paliar las pasadas afrentas que le infligí de
forma tenaz.
Después
conoció a la bella y dulce Ángela que le asentó y le enseñó entre arrumacos a
soñar en vez de a sollozar. Le declinó al oído el verbo amar con una ternura
que nadie la podría igualar que aprendió de sus padres desde su más tierna edad.
Ya es un apuesto mozo que trabaja afanosamente y es responsable de sus actos, eso
aparenta al menos cuando regala a su chica ramilletes nada baratos. Y cada vez
que nos ve a Paloma y a servidor sale disparado a saludarnos -como siempre ha
hecho- con fina elegancia y cariñosa educación. Y es que servidor ejerció de
padrino en su bautizo. Una ceremonia que jamás olvidará porque nos trasladó al
completo al Paraíso Terrenal sin comulgar. Una semana después del tal evento apostaté
en el Obispado de Getafe (3.690 euros tuvieron la culpa). Y poco más puedo contar.
El muchacho es noble, fiel a sus gentes y a su pueblo y yo (¡qué remedio!) contento
estoy de haber sido su padrino, como hoy también lo está su querida prima Berta
de ser su feliz madrina. –“Admiro a Berta
y a Paloma porque saben estar…” Y es que Daniel es muy locuaz.
Os deseamos Muchas Felicidades rogándoos encarecidamente que jamás olvidéis vuestros orígenes y principios. Y cuando proceda: Sed duros con los poderosos (menos con vuestro tío mayor) y generosos con el débil (más con vuestro tío mayor). Y tened en cuenta que somos muchos los que os admiramos y que grandes detalles humanos esperamos de vuestra unión. Eso sí llenos de muchas sonrisas y de ningún llanto. Cierro el escritito con las palabras de rigor y os ruego pongáis mucha atención: Palabra de Miguel: ¡Os alabamos Ángela y Daniel!
Miguel MORENO GONZÁLEZ
Buenos días Pedro que Bonito pásalo bien hoy
ResponderEliminarAurora Ferrera
Bonito escrito dirigido a tu sobrino y ensalzando su forma de ser, su personalidad y por supuesto a esta nueva pareja que han decidido darse el sí quiero. ¡¡MUCHAS FELICIDADES!! para ellos 😉.
ResponderEliminarLuis M. González
👏👏👏👏... Muyyyy bonito escrito como siempre y mi mas cordial enhorabuena a tu sobrino. 🌹🌹🌹🌹🌹🌹. José A. Álvarez G. de Guzmán.
ResponderEliminarHoy han estado comiendo en bar de Grano y Oro de su tío José Luis y le ha servido su primo segundo Jesús López Moreno
ResponderEliminarTú, Jesús, eres primo segundo de Daniel. Sólo en eso eres el "segundo", porque en todas las cosas relacionadas con el corazón... ¡eres el primero!
ResponderEliminarEnhorabuena pareja
ResponderEliminarJose Maria Moreno Gonzalez
Enhorabuena pareja. Os deseo que seáis súper felices, y por muchos años. Besos😘😘
ResponderEliminarMari Angeles Requena Rodriguez