MELANCOLÍA CONGELADA
La melancolía congelada es la tristeza del deseo por
lo bello y noble que en mi infancia estaba seguro de conseguir. Fui un niño
idealista, apasionado y vital que creía que siempre se movería todo a golpe de
sentimiento. Por ello sufrí cuando comprobé que la vida no era como yo había
imaginado. Que el ser humano no siempre ama aunando su fuerza a la de sus
congéneres para así defenderse mejor de los virulentos ataques de las gentes
malvadas (desprecios, envidias, guerras…); de las malignas acometidas de la
naturaleza (inundaciones, sequías, terremotos…) y de los necesarios castigos de un Dios
desleal (enfermedades, injusticias, muerte…). No obstante lo anterior, el
hombre es digno de admirar, es una de las criaturas más indefensas que existen
y ni tan siquiera le pidieron opinión para venir aquí, siempre está solo frente
a todas las desgracias que inmisericordes le sobrevienen.
Cuando creo conocer algo o a alguien fascinante me place colocarles una aureola de admiración que reivindique la permanencia de lo humano en ellos y en su pequeña (nunca la veo grande) zona de influencia. Aunque a veces, es cierto, me conviene no conocer personalmente al autor de la obra que admiro. Es mejor disfrutar de ella hacia adentro y en silencio. De esta manera también quiero a su autor sin que su comportamiento personal llegue a perturbarme. Por eso, para no perder nunca a quienes idolatro mientras viva, comencé a congelarlos en mi mente. De vez en cuando los meto al "5" en el microondas y me diluyo con ellos; luego vuelvo a congelarlos para que sigan siendo como yo los quiero. Y creedme, no se me estropean nunca; más bien lo contrario, conservan incólumes inmensos yacimientos de ilusiones humildes.
Aquello que venero es algo más sublime que
la vida terrena, pertenece a la delicada ternura de los sueños y a ese paisaje
que encierra todos los paisajes. Pero no os fiéis ni me hagáis mucho caso
porque mi amor es imperfecto. Soy un hombre malo y algo nihilista que no cambia
por más que lo intenta y nunca llega a tiempo al final feliz de las películas. Una
mañana me sorprenderá un alborotado optimismo mientras me ato los cordones y me
entrevistaré con mi congelada melancolía para embellecerla.
Miguel MORENO GONZÀLEZ
Que emotivo relato sobre nuestros sentimientos y eso que guardamos cada uno en nuestro interior "congelado" para acudir a ello cuando las fuerzas flojean y las incomprensiones aparecen, porque aunque no encontremos esa respuesta al "meterlo al microondas" siempre nos ayudan esos momentos y recuerdos vividos.
ResponderEliminarLuis M. González
������... como siempre muy bien. Lo que no entiendo es porque dices que eres un poco..nihilista... cuando ésa palabra (que mucha gente no sabrá su significado)..lo que quiere decir es.. que la vida no tiene sentido.. más o menos..y para tí como demuestras continuamente, la vida si tiene sentido.. pero mucho sentido. En definitiva, un gran escrito. Y el verano aún no ha terminado.. jeje. Un abrazo artista.
ResponderEliminarJosé A. Álvarez G. De Guzmán
Siempre sabes encontrar las palabras precisas para expresar lo que llevas dentro. Magnífico.
ResponderEliminarUn abrazo, Maestro.
Luis C. Trijueque
Gran escritito. Profundo y septembrino.
ResponderEliminarA. Acuña
No te encierres en la melancolía para mi es tristeza, cambia tu pensamiento inmediatamente y contempla el resultado.
ResponderEliminarA pesar de los pesares y de lo que digas ¡Que envidia me das amigo mío! que forma de describir cosas que a lo mejor coinciden con alguno de los sentimientos que tenemos los demás pero que jamás, jamás seríamos capaces de describir de forma tan hermosa. Que la providencia te conserve la inspiración y esa cualidad de sacar lo más íntimo y ponerlo negro sobre blanco y emocionar a los demás.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Pepe Vázquez
que historia es para leerla gracias Pedro ehobuena ❤️ Miguel. Moreno felicidades
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz
me. gustaría que las gentes le diera más importancia a estás cosas por qué son geniales gracias
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz
¡Genial!
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz
Si yo te contase tengo congelada mí vida y ahora la dé Isa la Marquesa sé todos los tramos que va ha pasar uno por uno por desgracia me los sé Y lo congelamos
ResponderEliminarAntonia Frontelo Morales