De Navalperal de Tormes a la Laguna de Majalascoba
Nuestro deseo era llegar hasta Cinco Lagunas pero el calor de este pasado mes de agosto y lo poco que madrugamos para salir, fue suficiente para tener que conformarnos con llegar hasta la Laguna de Majalascoba, que tampoco es que sea nada corta, pues entre ida y vuelta son 22 km.
Desde Navalperal de Tormes se asciende por la larga Garganta del Pinar, valle en forma de u de origen glaciar enclavado en pleno corazón de Gredos. Durante toda la ruta encontraremos marcas del sendero PR-AV35 que nos guiará desde el pueblo de Navalperal por el puente de las Ranas y el de las Tenadas hasta el chozo de la Barranca, la cascada de la Galana y la Laguna de Majalascoba. La laguna se encuentra a 1.891 m. y el pueblo a 1.301 m. por lo que tendremos que superar un desnivel de unos 600, aunque serán unos pocos más ya que el parking está situado junto al río Tormes, un poco más abajo del pueblo. Pero si la marcha es algo dura por la distancia a recorrer, también nos hará disfrutar con los paisajes donde no faltan las gargantas, arroyos, lagunas, altas cumbres y por supuesto la flora y fauna de Gredos, muy representada en toda la zona. El itinerario esta perfectamente marcado y es casi imposible salirse del camino, siempre con el arroyo del Pinar a nuestra vera que al principio se acompaña de árboles de rivera como el aliso, el roble o el fresno, y que a medida que ascendamos darán paso a los típicos piornos y más arriba al cervuno gredense tan apreciado por las cabras.Aunque durante todo el recorrido no dejaremos de tener agua cerca, es recomendable llenar la cantimplora al comienzo donde está la fuente, luego ya no existe ninguna y tendremos que beber de los arroyos y cascadas con el peligro de contaminarnos, más en primavera y verano cuando las vacas andan por todos lados.
El itinerario nos llevará por la Garganta de Gredos y el Puente de las Ranas hasta el puente de las Tenadas ya en la Garganta del Pinar, por la cual llegaremos hasta el lugar conocido como Las Juntas donde el camino se divide, a la izquierda la Garganta de Gredos y a la derecha la del Pinar que por prados y en fuerte desnivel nos conducirá hasta el chozo de la Barranca, hoy menos al estar arreglado el tejado y ya no ser de piornos como lo estuvo en el pasado. Este refugio es libre. tiene una capacidad para 8-10 personas y aunque no es gran cosa nos puede salvar en caso de apuro. Hasta aquí hemos superado la mitad del desnivel, unos 400 metros en los casi 9 kilómetros andados. A continuación nos espera lo más duro, pero también lo más atractivo. El refugio de la Barranca es el mejor lugar para hacer un grato descanso, comer y beber algo para reponer fuerzas.
Arroyo del Pinar
El Risco de las Hoces desde la laguna de Majalascoba
Una gran ruta Zorro, me ha gustado mucho las fotos y el comentario. Enhorabuena.
ResponderEliminarMariano.
Preciosas Pedro las fotos, contigo ir a la montaña es todo un espectáculo.. 😊
ResponderEliminarSiii, pero con dos rombos, por la edad, jajaja.
ResponderEliminarGracias.
Por doquier surgen las rocas
ResponderEliminary del agua los veneros,
para las sedientas bocas
y paliar las ansias locas
de propios y forasteros.
Muchas gracias por este bello poema amigo Saturnino.
ResponderEliminarAsi estas tu cada dia mas joven
ResponderEliminarAntonia Frontelo Morales
Muchas gracias guapa.
ResponderEliminarQue belleza de lugar y que fotos tan bien logradas, es tan bueno tu reportaje que parece que haya estado ahí. Gracias de verdad.
ResponderEliminarInés
Bueno, es otra forma de disfrutar y conocer lugares, pero te aseguro que es mucho mejor recorrerlo y verlo en su habitad natural. Gracias Inés
ResponderEliminarEHORABUENA VAYA PÁSADA DE HISTORIAS Y LAS FOTOGRAFÍAS PRECIOSAS
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz
Gracias Aurora, tú siempre tan amable.
ResponderEliminarUn saludo.
Espectacular reportaje y bellos paisajes, un 10.
ResponderEliminarMuchas gracias.
ResponderEliminarTe has superado, y eso que ya es difícil.
ResponderEliminarReportaje de 10 y paisajes de postal.
Fue una excursión maravillosa, el calor nos apretó un poco pero valió la pena.
Ricardo Fernández del Blanco
Muchas gracias por el 10 pero con ese espectacular paisaje es muy fácil sacar fotos y llegar a tan alta nota. La próxima primavera repetimos, sin calor y madrugando más.
ResponderEliminarPerfiles de la montaña;
ResponderEliminarpor senderos pedregosos,
y de piedra una cabaña
con las aguas que la baña
lugares son prodigiosos.
Sobre las rocas las cabras
ResponderEliminaravizorando el paisaje,
nos dicen al paisanaje
que allí sobran las palabras.
EN ALCORCÓN A TANTOS DE TANTOS
ResponderEliminarRecorro tus campos, ando en tus calles,
persevero en mi afán,
conocí a mi esposa, engendré a mis hijos
y amasé aquí mi pan.
Campos vi de trigo y vi de cebada
tras de mi ventanal,
de esmeralda olas vaivén de las brisas
de aire primaveral.
Y fue aquí en Santa María la Blanca
mi boda y desposar,
de mis hijos ante el ara el bautizo
antes de echar a andar.
Trabajé en casa y tuve en mi taller
el cincel y el buril,
la gema, la lupa y base del fuste
y un soneto en mi atril.
Vine a un pueblo y ahora es ciudad,
Alcorcón sideral,
con sus amplias y extensas avenidas
y un moderno hospital.
Aquí envejezco, en Alcorcón prosigo,
y bien puedo dar fe,
de un cambio existencial evolutivo
que palpable se ve.
SONETO DE AMOR PARA TERESA
ResponderEliminarTu cuerpo en plenitud lo he engastado
con buril de los besos de una fuente
de áureas gemas de destello ingente
del cincel al compás enamorado.
Por un pavés cruzado y descruzado
he visto tu cintura diferente
de sílfide y la niña adolescente
en la recia mujer cristalizado.
Andando por caminos paralelos
te convertiste en mujer y me hice hombre
y amantes en ternuras y consuelos.
Si hubo escombros hicimos desescombre
compartiendo inquietudes y desvelos,
y, Teresa, al Amor le di tu nombre.
Con la región confinada
ResponderEliminardificultoso es vivir,
de actividad censurada
y economía arruinada.
¿Cómo podrán subsistir?
LA COLUMNA
La columna vertebral del Estado
que vertebra toda tienda pequeña,
desesperada nadando se empeña
en no ser funeral del ahogado.
Es un barco que haciendo aguas, varado,
recuerda que antaño fue el santo y seña
y del vecindario el faro y la enseña,
del pueblo español muriendo hambreado.
El tendero superior en peldaño,
de familias sabía y sus hambrunas
y del cainita rencor soterrado
que al sojuzgado y hambriento rebaño
de agónicos día y noches brunas,
tras su mostrador le vendía al fiado.
"de agónicos días y noches brunas"
ResponderEliminarLa Buvera Dios mediante,
ResponderEliminarha desarrugado el ceño,
tras el infierno quemante
y prosigue hacia adelante
contagiándonos su empeño.
Encuestas y más encuestas
ResponderEliminarde muertos y contagiados,
y el asumir las respuestas
de políticas funestas
los mantiene acobardados.
La ciencia siempre es brillante,
ResponderEliminarla ciencia nunca es oscura,
siempre va un pie por delante,
y su investigar constante
vacuna, oportuna augura.
CRISTINA Y SUS COMPAÑERAS
ResponderEliminarCristina y sus compañeras,
del Centro de la Rivota,
ponen en fuga y derrota
al mal entre las soperas.
Inciden la enfermeras
que el dique de contención,
que aleja del corazón
los males que nos agobian,
es porque ellas nos ennovian
con sana alimentación.
ARQUÍMEDES
ResponderEliminarFue Arquímedes quien dijo:
"Si tengo un punto de apoyo
al mundo saco de un hoyo",
y este es un principio fijo,
y si no es un acertijo
o del físico una broma
del horizonte que asoma,
que el matemático vuelva
y su saber nos envuelva
o el mundo se nos desploma.
De los pájaros el trino
ResponderEliminarcomienza a ser bien escaso,
y con la causa no atino
y obstáculos elimino
y trinan en mi Parnaso.
Es mi finca del Parnaso
ResponderEliminartan pequeña y recoleta,
que aquí horas muertas me paso
y a mis árboles repaso
pues son sangre del poeta.
"Los análisis de Negrito
ResponderEliminarel primer gato con covid 19 en España,
confirman que los felinos no contagian".
MI GATO ANDRÉS
Andrés se sube en la mesa
y me observa cuando escribo
leyendo cuanto describo
y de mirarme no cesa,
y nunca muestra sorpresa
si lo escrito no le gusta
o francamente disgusta.
Pausado desciende Andrés
y el muy tuno entre mis pies
sueña con la gata Augusta.
La voz del agua cantaba
ResponderEliminarcristalina y melodiosa:
Mientras el viento soplaba
y por el aire danzaba
una alegre mariposa.
Me consume la paciencia
ResponderEliminarhallarme en confinación,
y me sume en la impaciencia
y remuerde mi conciencia
hallarme en ésta inacción.
EL AGUA DE MI REGUERA
ResponderEliminarEl agua de mi reguera,
llegado desde tu fuente,
hace de mí ser afluente
que desagua en tu pradera.
Orillando tu ribera
me dirijo hacia tu encuentro,
y vislumbrado te centro
confluyo en tu carballón,
y soy la fecundación
que te ha regado por dentro.
Un ambiente de tristeza
ResponderEliminarse extiende por la avenida,
y el silencio es la aspereza
doliente, por la pereza,
que Alcorcón tiene asumida.
MUCHACHA, NO TE DEMORES
ResponderEliminarMuchacha, no te demores
en, a él, decirle que sí,
y sobre todo es por ti,
pues si median los amores,
caros se pagan errores;
en amores la demora
es una fuerza invasora
que en él causa frustración
y el voluble corazón
pronto de otra se enamora.
La Iglesia desangelada
ResponderEliminardesperdigados los fieles,
la del Alba muy azorada
nos mira muy angustiada
por estos días tan crueles.
EL MADRINAZGO DE LA VIRGEN DEL ALBA
Fronda del árbol que ante el templo vive,
en donde el sol naciente se derrama,
y el mirlo trémulo que está en la rama,
canta a la noche en trinos su declive.
La Virgen del Alba con él convive
y el dulce canto la complace y ama,
y el mirlo encendido en gloriosa llama,
le ruega al día que avanzando avive.
Y emprende el mirlo en búsqueda afanosa
entre el brezo, el rosal y entre la rosa,
que rodea la valla y la piscina,
del Parque Mayor ramitas de un nido,
que un nidal será sublime y florido
con la Virgen que oficia de madrina.
Que bonito
ResponderEliminarEsperanza De La Cruz García
me encanta la fotografía Buenas tardes Pedro.
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz
Pasamos una sed bíblica!
ResponderEliminarRicardo Fernández del Blanco
No me lo recuerdes, bebía hasta de los charcos.
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