Recuerdos para soñar: La corneta y el campo cadalseño.
La corneta era un instrumento utilizado durante siglos por los guardas rurales que protegían el campo. Los guardas rurales, creados por Fernando VI según ordenanza dictada en 1748 recorrían nuestro campo para protegerlo de intrusos de lo ajeno, teniendo por costumbre tocar la corneta cuando veían a alguien intentando hacer alguna tropelía. Fue en 1849 cuando Isabel II promulgó la orden para crear la Guardería Rural mediante una Real Orden que regulaba a los Guardas Rurales con el cometido de asegurar la paz y el orden en los campos españoles. En Cadalso siempre hubo estos guardas, yo recuerdo a Emiliano y Pepe, a los que la gente del pueblo ponía a continuación del nombre el apelativo de "el guarda". Armados con un fusil de balas, la corneta y perfectamente uniformados, el campo y sus propietarios se sentían más protegidos con su presencia. Creo que estos guardas estuvieron activos hasta los años 70 o tal vez un poco antes, luego hubo alguno, pero sin arma y sin uniforme. Por ahí tengo alguna foto donde aparecen estos dos guardas del campo de Cadalso, espero ponerla algún día y así cumplir con Luci, cadalseña hija de Pepe, a quien se lo he prometido hace algún tiempo.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Una preciosa corneta la que tienes Zorro.
ResponderEliminarCadalseña.
Recuerdo a "Faltiqueras" creo que era el que daba los pregones,y hacia sonar la trompeta. "Por orden del señor Alcale.... creo que decia, hace ya tantos años, que lo mismo estoy en un error. si es asi perdonar
ResponderEliminarPero Faltiqueras no era guarda del campo, fue pregonero.
ResponderEliminarTambién estaba el tío traguillo pero no me acuerdo del nombre
ResponderEliminarJuani Perez
Traguillo si fue guarda del campo, creo que se llamaba Francisco, pero no lo se con seguridad. Seguro que lo sabe alguien
ResponderEliminarBuenos días Pedrito te digo que mi padre también fue guarda del campo muchos años con el estaba el tío Basilio Villa y el tío José Escudero y ellos no llevaban en esos años ni uniforme ni trompetilla yo conocí al tío Faltiqueras cuando iba echando el pregón
ResponderEliminarDolores Saez Canoyra
Luego fueron los otros el tío Pepe y el tio Emiliano
ResponderEliminarDolores Saez Canoyra
Faltiqueras fue sereno con Teodoro Navarro y luego hacia lo que le mandaban
ResponderEliminarAntonia Frontelo Morales
Y el pregonero también la tocaba o era otro tipo de trompeta ?
ResponderEliminarPilar Calvo Villarín
EL FURTIVO DE LA ENJALMA
ResponderEliminarLa luz que daba la luna
era su faro y su guía,
y afinar la puntería
en la noche fría y bruna.
Bajo ramas de un enebro
los conejos acudían,
y a él sus manos le ardían
y al miedo le hacía un quiebro.
El disparo amortiguaba
en la noche sepulcral,
el deslizar musical
del arroyo en que regaba.
Huertos de los Cerdigones,
linderos del Encinar
de la Parra y, al cruzar,
a conejos perdigones.
Con la llegada del alba
a la caza daba fin,
y le ponía el confín
la boina sobre su calva.
La enjalma desjarretaba
compartiendo bien la paja,
y a los conejos encaja
de aparejo que ahuecaba.
En cruce de Panigebre
le paraba la pareja
de guardias de hirsuta ceja,
buscando conejo o liebre.
Les burló en los duros años
de la terrible posguerra,
con la enjalma en la que encierra
del furtivo desengaños.
FLUÍAN ONDAS DIVINAS
Fluían ondas divinas
sobre el agua de la charca,
del riego de la comarca
torrencial de las encinas.
Venero de las colinas
que había en los Cerdigones,
era sangre en pulsaciones
de las plantas de las huertas
que ya perecen desiertas
por falta de irrigaciones.
Que buenos recuerdos de mi infancia y juventud ,le recuerdo a mi padre con su uniforme, su corneta y su fusil todos lados s días lloviera o nevara ,pero no tengo ninguna foto así con su uniforme .Por cierto también estaba un hermano d Vitoria ,la madre d Eulalia no me acuerdo ahora sí nombre ,pero de mote le llamaban ( traguillo )
ResponderEliminarLucia Lop
gracias Lucí por acordarte de él se llamaba Lorenzo
ResponderEliminarEulalia Alvarez Navarro
pues si es verdad ,se me había olvidado
ResponderEliminarLucia Lop