Recuerdos para soñar: La báscula.
La báscula era uno de aquellos artilugios que nunca faltaban en las tiendas de Cadalso, cualquier cosa se pesaba en ella, desde los garbanzos, hasta el bacalao, la carne o el café, todo iba a parar aquí mientras los ojos de los clientes no dejaban de mirar la flecha indicadora del peso exacto. Hoy prácticamente han desaparecido sustituidas por otras más modernas y electrónicas, sólo han quedado como objetos de adorno. Los que tenemos cierta edad y vemos esta báscula, los recuerdos se nos van unas décadas atrás, y nos vienen imágenes de las tiendas de Cadalso de la época, Casa Vega en la calle Real, con Sinfo, la tienda del tío Emiliano, en la Plaza, la de Peri, justo enfrente, las de Valentín "Zorrique" en la calle de la Iglesia, las la Uria, Trifón, la "Carracha", la "Cartuja", Juanito "Carabaña" las carnicerías de Raúl, Venancio, Paco, Marcelo, las pescaderías de Paco "Burraco", Faustino "Cartujo", y algunas tiendas más que seguro muchos de vosotros recordáis. Todas forman parte del pasado y la vida de Cadalso y los cadalseños, todas fueron lugar de encuentro y de deseos, entonces, muchas cosas de las que ahora son cotidianas en nuestra alimentación, no eran fáciles de llevar a casa, el dinero era muchísimo más escaso. Nada más, sólo desearos un buen día de confinamiento y que la sola imagen de esta antigua báscula sirva para traeros algunos recuerdos, espero que muchos más buenos que malos, pero al final todos son nuestros recuerdos y con ellos viviremos siempre.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
LA COLUMNA
ResponderEliminarLa columna vertebral del Estado
que vertebra toda tienda pequeña,
desesperada nadando se empeña
en no ser funeral del ahogado.
Es un barco que haciendo aguas, varado,
recuerda que antaño fue el santo y seña
y del vecindario el faro y la enseña,
del pueblo español muriendo hambreado.
El tendero superior en peldaño,
de familias sabía y sus hambrunas
y del cainita rencor soterrado
que al sojuzgado y hambriento rebaño
de agónicos días y noches brunas,
tras su mostrador le vendía al fiado.
Me encantan tus fotos Zorro, lo que pones cada día es algo original, algo tuyo y de todos, algo poco visto, uno se cansa de tanto selfie, tanta gente buena y tanta comida maravillosa, por favorrrr.
ResponderEliminarAntonio C.
Bueno, lo que pone cada uno se entiende que es lo que le agrada, la mayoría tenemos gustos y formas diferentes de expresarnos, esta del Zorro Corredero es la mía, a mi me gusta así y así lo vengo haciendo desde siempre con la ilusión de que le guste a la gente. Muchas gracias y elige lo que quieres ver, es la mejor forma de sentirte bien.
ResponderEliminarRecuerdo a mí abuela... mira a ver... que hoy parece que pesa más que el otro día...y llevo lo mismo.... jajaja.... joer.... de más de 50 años hablo.
ResponderEliminarJosé Antonio Álvarez Gallego de Guzmán
Normal, como todas la abuelas de aquella época, ahora parece que las cosas no nos cuestan, pero entonces se miraba mucho el peso y dinero.
ResponderEliminarYa te digo....y al apunta...osea a la perra gorda...je je..
ResponderEliminarJosé Antonio Álvarez Gallego de Guzmán
A mi nuera le encantan las antigüedades y, tiene una como esa también llaves, planchas, lecheras. etc.
ResponderEliminarMaria Eugenia Blazquez
Vendedores en las puertas
ResponderEliminarcoruchos por las mañanas,
tomates en las espuertas
o en las cestas descubiertas
los pesan con las romanas.
LA LAMPARILLA
Eres de vidrio y panzuda
y echas fuego por la boca,
y tu flamear evoca
llamarada cachazuda.
Sobre la mesa estás muda
y esperas paciente al fuste,
y tu pabilo no asuste
a la goma apelmazada,
que fundida es nominada
prisión de joya y su ajuste.
Cuando era pequeña en mi casa era la que había para despachar
ResponderEliminarPero como han cambiado los tiempos antes iba la gente a por dos onzas de tocino o un cuarterón de carne expresiones que ahora a cualquier joven le parecerá antediluviano
Sagrario Moreno Villarin
tienda de tío Isidoro y la tía Martina en las casas nuevas
ResponderEliminarDolores Saez Canoyra
Y la carnicería de Rufi y la Marti su mujer en la calle el cuerno en frente de la tía Andrea la avión y otra pescadería la del tío Robus hermano del tío Faustino el cartujo
ResponderEliminarDolores Saez Canoyra
La pescadería estaba enfrente de la casa de los salvajes
ResponderEliminarDolores Saez Canoyra
Gracias Lola por añadir y ampliar la información.
ResponderEliminarPreciosa báscula yo quería una para mi casa pero no la encontré
ResponderEliminarMaria Antonia Hernández
En algún anticuario seguro que la tienen.
ResponderEliminarDolores Saez Canoyra que memoria tiene mi prima Dios te la conserve muchos años
ResponderEliminarMari Carmen Villaverde
Yo la conservo es un gran recuerdo de ZORRIQUE mi queridos padres
ResponderEliminarCarmen Hernandez
Conservar las cosas de la familia me encanta, pero todavía me gusta más ver personas como tú que se sienten orgullosas de su apodo. Si conservas en tu familia el "Zorrique" ellos estarán siempre presentes. Enhorabuena.
ResponderEliminarQue tiempos
ResponderEliminarEsperanza De La Cruz García
Yo también ,con ella pesaba mi madre la verdura,tu la has visto Pedro !!!
ResponderEliminarMari Carmen Carretero Santillán
Si, claro que la he visto.
ResponderEliminarA Manuel Benítez en su ochenta y cuatro cumpleaños y sin toros.
ResponderEliminarMANUEL BENÍTEZ PÉREZ
El Cordobés
Huracán, ventarrón, viento salvaje
del guerrear frenético del toro,
desborde pasional, clamor sonoro
de un mar incontenible su oleaje.
Un duro y espinoso aprendizaje
sin música, sin palmas y sin coro
sobre ruedos que tienen como aforo
desolación nocturna del paisaje.
Por unos y por otros discutido,
negado o aclamado, mas sin duda
marcó época sin trampa ni engañifa,
y al toro encandiló y fue seducido,
con sus saltos de rana forma ruda
de a un torero hacer quinto califa.