Hoy, día de San Isidro, hace 54 años de la faena antológica de Antonio Chenel, "Antoñete", al toro "ensabanao" de Osborne (15-05-1966). Diez añitos tenía servidor. La vi en el entonces pequeño bar cadalseño de "El Churrero", calle de La Iglesia, antes de su ampliación. Yo no tenía capacidad ni conocimientos para definir aquello. En realidad, fui porque tenía que ir. El toreo siempre ejerció sobre mí un poder de atracción irrefrenable (a partir de la afición de mi abuelo se me generó), nunca pude sobreponerme a ella. Esa afición ha dominado mi "yo" más íntimo. Los análisis técnicos, las explicaciones, las sensaciones toreras... vinieron muchos años después.
Aquel día, sin saber, sin conocer, sin esperar nada, ni falta que hacía... percibí algo hermoso y misterioso. Únicamente sentí en ese lugar donde se fabrican los sentimientos... Tan fuerte, intenso y sublime fue aquello, que únicamente su recuerdo me respondió a todo lo demás. Era analfabeto y la emoción me hizo catedrático siendo un niño (¡se dice pronto!). El toreo no necesita de explicaciones... El arte o te llega o no. No existen medianías... Huelga todo lo accesorio. Aquello que pueda explicarse en el toreo, sobra. Son entretenimientos, sucedáneos... Yo no busco explicaciones a nada porque solo espero emociones. Necesito el arte que exclusivamente se explica con emociones. Al igual que el sediento necesita beber agua para calmar su sed... Hoy es San Isidro y en Madrid no hay toros. Llevo dando vueltas a esta tristeza, casi angustia, varios días. Hoy, al fin, vino el recuerdo del arte y como un niño de 10 años llevo toda la mañana toreando en el sótano: "¡¡¡Je, toro!!!" Y le pego unos lances tan hondos y emotivos... que no para de sonar la música. ¡Va por todos los que somos capaces de ver en el toreo la belleza y el amor!
"El natural y el derechazo largos, prolongados hasta el infinito, la cadera rota, quebrada, la mano baja, los pies perfectamente asentados, la figura relajada, sin crispaciones, la muñeca de vidrio, los riñones metidos, el sentimiento puro, la suerte cargada, la muleta planchada no solo en el cite, el toro humillado y pronto, fijo y bravo en las telas. "Antoñete" y "Atrevido" dieron una lección del arte de torear en Las Ventas el Día de San Isidro de 1966 (15-05-1966)"
Miguel Moreno González
Atrevido se llamaba .
ResponderEliminarManuel Olarte Olarte
Me has puesto "los vellos de punta" amigo Miguel.
ResponderEliminarGracias Pedro, sin tí y tu blog, no sería posible. No me queda más que aplaudir.
Os merecéis una gran ovación y vuelta al ruedo.
Un fuerte abrazo a los dos
Que bonito recuerdo Miguel.pues hoy hace 21 años que bautizamos a mi hija.Espero que ganemos la batalla al virus sin corona cómo don Quijote a sus preciosos molinos que según el eran gigantes!!!. Volverán más San Isidro y disfrutaremos de la feria taurina como siempre.
ResponderEliminarMaria Antonia Hernández
Es San Isidro y sin toros
ResponderEliminaren orfandad los tendidos,
los ternos de plata y oros
languidecen incoloros
y cuelgan descoloridos.
Va arreciando la marea
la marea antitaurina,
por los foros se pasea
y el Vice de ello alardea
y a los toros discrimina.
UNA CORRIDA VISTA POR TELEVISIÓN EN CENICIENTOS
Viendo una corrida un día
en televisor de un bar,
y con Rafael Ortega,
el tesoro de la Isla,
orgullo de San Fernando,
firme, asentado en el ruedo,
se despojó la montera,
antesala del matar,
y una moza que allí estaba
exclamó:"¡Ahí va, es calvo
y además está muy gordo!
"¡Qué corrida, que irrisión
esto es de toros el colmo!".
Y de la moza un hermano
que a su lado se encontraba,
atento y cerveza en mano
al hacer de Rafael,
se levantó del asiento
movido por un resorte
de agoniosa indignación,
puesto que él se hallaba incurso
en la misma apreciación:
Era calvo y era gordo,
y sus pufos de torero
tuvo también en su día,
y aquella desvergonzada
venía con martingalas,
qué si calvo qué si gordo,
despreciando a Rafael,
que un cañón era su espada
y su muleta un portento,
y por algo sus paisanos
le llamaban su "tesoro",
y no atendiendo a razones
expulsó fuera a la hermana
a coces y a mojicones.
ALELUYAS TAURINAS DE LOS CORUCHOS
Entrada de los toros
llevo en la mano,
¡qué alegría tan grande,
torito bravo!
¡Aleluya!
Colmada está la plaza
de espectadores,
en el sol y la sombra,
Virgen del Roble.
¡Aleluya!
Torito, te persiguen
en otros lares,
y aquí culto te damos,
coruchos graves.
¡Aleluya!
Bota de vino al hombro
la llevo llena,
de una viña que tengo
por la Chorrera.
¡Aleluya!
Olés y pasodobles,
bellas faenas,
y aplausos del tendido
que el viento lleva.
¡Aleluya!
Las mulillas arrastran
la res postrera,
y en casa nos aguarda
merienda y cena.
¡Aleluya!
De bulos propagadores
de la maldad instrumentos,
funestos divulgadores
de las perfidias peores
no faltan en Cenicientos.
Confinado en dique seco
no permanezco inactivo,
pues siempre yo tengo un hueco
para mis versos el eco
os lleve al poeta vivo.
Las urracas parlanchinas
graznando por Cenicientos,
se alimentan sibilinas
de bulos por las esquinas
sin sentir remordimientos.
Ignora la gente ociosa
que un poeta nunca muere,
pues en su tumba reposa
su mente maravillosa
con versos por donde fuere.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho y Bardo de Cenicientos.
Este año los que se encomiendan a San Isidro son los toros.
ResponderEliminarJavier Perals Samper
Pedro Alfonso, diez añitos también tendría yo, cuando le vi en Cenicientos por aquel entonces, mi padre era empresario. Con diez o 12 añitos, también conocí Ramón Solano (Solanito) que se vestían de luces en mi casa. Como a la rejoneadora Gina María, que era portuguesa. Cuantos recuerdos. Como pasan los años!!
ResponderEliminarVidal Fermosell Jimenez
Estuve con mi amado esposo en esa corrida.
ResponderEliminarMaria Eugenia Blazquez
"Si por la poesía matan,
ResponderEliminareso significa que se le rinde
el debido respeto, eso significa
que se le teme y, por lo tanto es poder".
Ósip Mandelstam a Anna Ajmátova.
ÓSIP MANDELSTAM
Nunca a los soviets cantó
ni exaltó o cantó al tirano,
y en su verso cotidiano
una ética se implantó.
Contra el tirano apuntó
con su prosa y con su rima
y sumergido en la sima
de la tundra siberiana,
sobre la helada sabana
Ósip murió en el Kolima.
DUEÑO DE MI PENSAMIENTO
Dueño de mi pensamiento,
del método y de la idea,
soy sello que se franquea
libre de sometimiento;
y expongo mi parlamento
de forma clara y sencilla,
amasando bien la arcilla
de mi verso y de mi rima,
desde el picacho y la cima
del alfarero que brilla.
Era analfabeto y la emoción me hizo catedrático siendo un niño. Preciosa descripción de lo que transmite el arte, emociones y sentimientos.
ResponderEliminarOlé Miguel.
ResponderEliminarJose Ignacio Calvo Acosta