A veces fotografíasretrotrayendo al pasado,real, se hizo lo soñadoy fotos, dan alegrías.AMORES ADOLESCENTESGallos de la madrugadaalborotando a lo lejos,y el alba emite reflejosen la pareja enlazada.Amores siempre furtivoslos de la joven pareja,y ella se agita y se quejade tocamientos lascivos.Habla de miedo y deshonray que lejos queda aquello,verdad es que fue muy bellohablar de pureza y honra.Pero la pasión la vencey se entrega enardecida,temblando en la amaneciday él con besos la convence.A él le embarga la torpezaguiándose por el instintoen el angosto recinto,ya perdida la cabeza.Y los dos enamoradosse funden en los abrazos,con la ropa hecha pedazosy gestos de enajenados.Y así les sorprende el díay se miran asustados,temiendo los resultadosdespués de tanto alegría.Amor ciego y consumadoen la inmortal juventudque se goza en plenitud,nos parece imaginado.Guiándonos por los sentidossin medir las consecuenciasni guardar las apariencias,nos ocurre a los nacidos.Saturnino Caraballo DíazEl Poeta Corucho
Ranas no tienen remojoni salamandras retozo,yo, los pies ya ni me mojo,mis plantas en acongojoy;"nuestro gozo en un pozo".LOS CARDILLOS DEL HAMBREAlegoría"Los pueblos que olvidan su historiaestán condenados a repetirla"(Winston Churchill).Fueron cardillos del hambre,quienes hambres aplacaroncon su erizada pelambreal hambre lo amordazaron.En la España sin jornalescon los campos agostados,las cárceles a raudalesllenas de brazos quebrados.Las campesinas hambrientascon los niños de la mano,esperaban macilentashallar al cardillo hermano.Como bandos de palomasen los campos desolados,viviendo aquellas carcomasde los odios desatados.Por aquellos campos áridosde la pertinaz sequíay sus árboles escuálidosde la España más sombría.Con Europa ardiendo en guerray cerradas las fronteras,era atroz ver esta tierrade Caín por donde fueras.Con Dios desaparecidode la España sin ventura,con un nuevo orden ungidosin compasión por su altura.Juntas la Iglesia y la espada,siendo de herejes martillo,en una nueva cruzadaque salvaste tú cardillo.Tanto oropel y farfollay un hablar grandilocuente,para en la mesa y en la ollaser el cardillo el presente.Saturnino Caraballo DíazEl Poeta Corucho
A veces fotografías
ResponderEliminarretrotrayendo al pasado,
real, se hizo lo soñado
y fotos, dan alegrías.
AMORES ADOLESCENTES
Gallos de la madrugada
alborotando a lo lejos,
y el alba emite reflejos
en la pareja enlazada.
Amores siempre furtivos
los de la joven pareja,
y ella se agita y se queja
de tocamientos lascivos.
Habla de miedo y deshonra
y que lejos queda aquello,
verdad es que fue muy bello
hablar de pureza y honra.
Pero la pasión la vence
y se entrega enardecida,
temblando en la amanecida
y él con besos la convence.
A él le embarga la torpeza
guiándose por el instinto
en el angosto recinto,
ya perdida la cabeza.
Y los dos enamorados
se funden en los abrazos,
con la ropa hecha pedazos
y gestos de enajenados.
Y así les sorprende el día
y se miran asustados,
temiendo los resultados
después de tanto alegría.
Amor ciego y consumado
en la inmortal juventud
que se goza en plenitud,
nos parece imaginado.
Guiándonos por los sentidos
sin medir las consecuencias
ni guardar las apariencias,
nos ocurre a los nacidos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Ranas no tienen remojo
ResponderEliminarni salamandras retozo,
yo, los pies ya ni me mojo,
mis plantas en acongojo
y;"nuestro gozo en un pozo".
LOS CARDILLOS DEL HAMBRE
Alegoría
"Los pueblos que olvidan su historia
están condenados a repetirla"(Winston Churchill).
Fueron cardillos del hambre,
quienes hambres aplacaron
con su erizada pelambre
al hambre lo amordazaron.
En la España sin jornales
con los campos agostados,
las cárceles a raudales
llenas de brazos quebrados.
Las campesinas hambrientas
con los niños de la mano,
esperaban macilentas
hallar al cardillo hermano.
Como bandos de palomas
en los campos desolados,
viviendo aquellas carcomas
de los odios desatados.
Por aquellos campos áridos
de la pertinaz sequía
y sus árboles escuálidos
de la España más sombría.
Con Europa ardiendo en guerra
y cerradas las fronteras,
era atroz ver esta tierra
de Caín por donde fueras.
Con Dios desaparecido
de la España sin ventura,
con un nuevo orden ungido
sin compasión por su altura.
Juntas la Iglesia y la espada,
siendo de herejes martillo,
en una nueva cruzada
que salvaste tú cardillo.
Tanto oropel y farfolla
y un hablar grandilocuente,
para en la mesa y en la olla
ser el cardillo el presente.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho