martes, 5 de diciembre de 2017

Las Pesquerías Reales. Por el río Eresma y Valsaín


Las Pesquerías Reales del río Eresma




El Rey Carlos III mandó acondicionar las orillas del río Eresma para poder disfrutar de la pesca, deporte al que debió ser aficionado. El camino es evidente durante todo el recorrido, al principio llano y sólo al final con una subida hasta el Puente de la Cantina, junto a la famosa fuente de la Canaleja, ya en la carretera que desciende desde el Puerto de Navacerrada a La Granja.
El recorrido discurre siempre junto al río Eresma, introduciéndose en el pinar de Valsaín, donde dependiendo de la época se podrá disfrutar de distintos paisajes, esta vez lo hacemos en otoño y sólo hasta la Boca del Asno. Desde la Pradera de Navalhorno, lugar donde comienza, hasta la Boca del Asno se puede tardar una hora solamente, pero si vamos disfrutando del paisaje y del agua pueden llegar a dos o más, y otras dos para el regreso, total hemos venido a disfrutar, pero ya digo, si lo que deseamos es caminar sin más, lo normal es hacerlo en unas cuatro horas todo, y hasta la Boca del Asno y regreso en unas dos horas.
Todas las épocas del año son recomendables, en verano los pinos protegen del calor, en primavera el río corre alegre y caudaloso, el otoño es bello en colores, principalmente al principio donde crecen robles y sauces, ya en invierno puede ser inmenso si pillamos un día de nieve.
El camino pasa por distintos puentes en los que si lo deseamos podemos cruzar de una orilla a la otra, siempre disfrutando de los pinos albares que cubren estos espesos montes de Valsaín y de la fauna, fácil de ver, principalmente pájaros entre los más comunes el Picapinos y el Mirlo Acuático, siempre río arriba y abajo.
En total si hacemos la ruta hasta la Fuente de la Canaleja son unos 15 km, pero si terminamos en la tan conocida Boca del Asno lo habremos dejado en 9 km, siempre regresando a nuestro punto de partida. Así pues, que cada unos elija y disfrute de lo que más le convenga. Lo dicho, todo el recorrido esta lleno de bellos lugares, el puente de los Canales que abastecía al Palacio de Valsaín y el de Navalacarreta, son espacios para perder el tiempo y hacer fotos, la Boca del Asno con sus paredes de granito formando pozas redondeadas por los siglos de discurrir las aguas del Erema, las ruinas del Palacio en Valsaín, su sencilla iglesia con el fondo de Peñalara y los empedrados y aterrazados  trozos del camino que todavía se mantienen, serán más que suficientes para pasar un buen día. También es una marcha idónea para hacerla con niños y con unos bocatas que nos comeremos junto al río o en las mesas de la zona recreativa de los Asientos o Boca del Asno, aunque también existen restaurantes en la zona para comer muy bien. Animaros, y a disfrutar de las Pesquerías Reales

    Río Eresma y Torreón del Palacio de Valsaín


    El restaurado canal de madera del Puente de los Canales.

    Puente de los Canales


    Pinos albares de Valsaín




    La ganadería está presente en todo valle.


    Puente de Navalacarreta, de tres ojos.

    Otoño seco con poco agua en el Eresma.

    Las limpias aguas del Eresma





    Algunas setas han crecido pese a la sequía.


    Pozas en la Boca del Asno

    Robles junto al Eresma cerca de zona recreativa de los Asientos

    Hojas de Zarza


    Lagartija serrana

                     Escaramujos

    Majuelas

    Viejos robles junto a la ruta.


    Colchium

    Colorido otoñal de robles y sauces


    Endrinas

    Uno de los viejos robles que encontraremos en la ruta.


 
    Puente sobre el Eresma

    Praderas de Navalhorno 

    Zarzamoras

    Valsaín con los restos del Palacio


    Robles al comienza de la ruta, al fondo Siete Picos

    Iglesia de Valsaín


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

7 comentarios:

  1. Muy bonito viaje gracias

    Rosa Merchan

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  2. AMO A MADRID
    "Madrid, Madrid, que bien tu nombre suena,
    rompeolas de todas las Españas"
    D. Antonio Machado

    Madrid Universal del brazo abierto
    con su Puerta del Sol alba de España,
    entrañable ciudad que a nadie extraña
    ya sean de interior, montaña o puerto.

    Madrid Universal de error y acierto
    de la Historia Patria que te acompaña,
    y un Manzanares que ahora te baña
    saludable y limpio, breve y despierto.

    Madrid Universal de Austria severo,
    señor de medio mundo y gesto adusto,
    con la gorguera pareció altanero.

    Y un Borbón de napolitano gusto
    que sosegado amó y no empuñó acero
    y fue ilustrado Rey y su Alcalde justo.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  3. LA PERLA PEREGRINA
    Al Gremio de Engastadores

    Adorno fue de Felipe segundo
    siendo regia y digna de una corona,
    de los Austria el Toisón blasón blasona
    cuando regían vastedad de un mundo.

    Botín de guerra de un José fecundo
    cuando ya vencido España abandona,
    y el imperio francés se desmorona
    devolviéndonos a un felón inmundo.

    En Panamá ocurrió y se dio su hallazgo
    perteneciendo a Austrias y Borbones
    la perla del oriente colombina.

    Richard la dio a Liz entre amor y hartazgo,
    sus caniches mordieron juguetones
    mas no se deslució La Peregrina.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  4. EL ÁGUILA DEL REY

    Fue un águila capturada
    por don Felipe segundo,
    el señor de medio mundo
    por su mano gobernada.
    Y el águila fue entregada
    a su pintor Juan Pantoja,
    que la pintó ave coja,
    y a partir de aquel instante
    la España de alba radiante
    se columpió en cuerda floja.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  5. EL CADENERO FRANCÉS

    En brillantes letras de La Taberna,
    el escritor francés Emilio Zola
    de estancia sórdida, lóbrega y sola,
    nos va introduciendo su pluma eterna.

    Al fondo el soplete de llama interna
    cenagoso el serrín que al suelo asola,
    y un matraz de un sabio Merlín la bola
    al oro sumisión que se prosterna.

    Gervaise penetra sobrecogida
    al taller de elaboración del oro,
    y allí el cadenero y la esposa enferma,

    sueldan eslabones de una partida
    de cadenas de altar, de misa y coro
    sin faltarles un ápice en la merma.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  6. EL ENGASTADOR, EL BRILLANTE DE TRES QUILATES,
    EL GALLO Y LAS VECINAS

    Suceso es real y cierto,
    en Madrid y en pleno centro,
    también el engaste incierto
    y un gallo se cuela dentro.

    Retirándose a comer
    un colega al mediodía,
    desguarneció en su taller
    brillante de gran cuantía.

    Quedó solo en la bandeja
    sobre la pulcra pastera,
    sin emitir una queja
    y en silencio la astillera.

    Por una ventana abierta
    desde el patio de vecinos,
    inició una descubierta
    un gallo de los más finos.

    Con un corto y torpe vuelo
    se encaramó en el dintel,
    aterrizando en el suelo
    que le sirvió de escabel.

    La ronda ya comenzada
    entre oteo y cabildeo,
    el fulgor de llamarada
    le deslumbró en su paseo.

    Y aquel gallo pretencioso
    viendo en él su vivo espejo,
    cacareó majestuoso
    retratado en su reflejo.

    Y con recio picotazo
    el brillante se tragó,
    y fue lazada y fue lazo
    que la vida le costó.

    Al gallo vio la sirvienta
    de un prócer del principal,
    que fregoteaba lenta
    entre arrobo virginal.

    Llegado el desventurado
    espeso tras la comida,
    con un grito desgarrado
    exclamó:"¡hostias mi piedra huida!".

    Y encorvado por el suelo,
    escudriñándolo a gatas,
    blasfemaba contra el cielo
    entre tallas de oro y platas.

    Acudieron las vecinas,
    el prócer y su sirvienta,
    se despoblaron cocinas
    y bizcaba una asistenta.

    Bulla, bullanga y dislate
    y cónclave en la escalera,
    y exponiendo escaparate
    una moza ventanera.

    Salió el gallo a la palestra,
    quien oculto en un rincón
    con una llave maestra
    el prócer dio defunción.

    Un cuchillo por ensalmo
    apareció en una mano,
    y sin letanía y salmo
    le abrió en canal un profano.

    Y el brillante apareció
    verdad que un poco manchado,
    pero fúlgido lució
    en solitario engastado.

    Pues el Madrid de posguerra,
    el de las hambres caninas,
    y tiestos colmos de tierra
    criaba gallos y gallinas.

    Y tal vea como anticipo
    de tiempos que se avecinan,
    colegas os participo
    si a lo mismo nos conminan.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  7. Cierto, es un bello lugar por lo que veo en las fotos, la verdad es que he pasado por la carretera muchas veces pero nunca he realizado esta marcha por el camino aquí descrito. Gracias por compartir estos lugares tan interesantes, prometo hacerlo esta primavera.

    Inés

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