domingo, 1 de octubre de 2017

LOS CENCERRONES DE LA PARRILLA. Garnacha, indentidad cadalseña





Después de la vendimia terminada
solíamos echar una jornada.
En las viñas, buscando el cencerrón,
y de la mula llenando el serón.
Eran días hermosos y otoñales
con las hojas muriendo en los parrales.

Negreando lo que quedó en la vid
de estos campos gloriosos de Madrid.
Así era la vendimia del sin tierra,
del que lucha en la vida y no se aterra.
Y aparta los abrojos del camino
variando los designios del destino.

Volvíamos a casa con la carga
armados con la lanza y con la adarga.
Del esplendor fulgente del racimo
que nos daba calor junto al arrimo.
Del leño incandescente de la lumbre,
y el porrón heredad de la costumbre.

Convertido en el mosto que hace al vino
fortalecer el ánimo cansino.
Según la sabia opinión de los viejos,
duchos en vinos jóvenes y añejos.
Legatarios de una secular ciencia,
la voz universal de la experiencia.

Y pisábamos la uva en una artesa
anclada y sustentada por la mesa.
Tosca bodega en el angosto hogar,
decimonónico ancestral lagar.
Luego aquel caldo iba a la tinajilla
calzada con las patas de una silla.

 Permitiendo al tiempo hacer su labor,
dándole al mosto solera y sabor.
La abríamos la noche de difuntos
al amor del fuego asando castañas,
los cuatro en mi casa todos juntos
con mi padre contándonos hazañas.


Saturnino Caraballo
El Poeta Corucho

4 comentarios:

  1. AL BUENO DE PEDRO ALFONSO, PORQUE SÍ Y, POR QUÉ ME DA LA GANA

    La garnacha, la garnacha
    de Cadalso y Cenicientos,
    es del viñedo la facha
    y es la cepa que sin tacha
    a ambos dos tiene contentos.

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  2. LA CALBOTÁ
    Antigua tradición del pueblo corucho.
    Desplazada por adoptar fiestas foráneas,

    La sartén con agujeros
    lista para la ocasión,
    entreactos lisonjeros
    de coruchos castañeros
    teniendo a mano al porrón.

    Con ascuas rojas la lumbre
    y contención en la espera
    y no sentir pesadumbre
    y si tercia hasta una azumbre
    de la cepa coruchera.

    Pues aunque fuera incorrecta
    la educación imperante
    de política correcta,
    entonces era perfecta
    en mesa el vaso delante.

    Con vino nos destetaban
    a los infantes coruchos,
    y alcohólicos se daban
    no más que se encontraban
    en fondas y en cafetuchos.

    Y oíamos los chasquidos
    de castañas al asarse
    y eran música y latidos
    despertando los sentidos
    de castañas al tostarse.

    Y el tenue golpe a la tapa
    y ver la mano que mece
    y el primor cuando destapa
    y el placer que al niño atrapa
    y papilas humedece.

    Y el humeo que desprenden
    las doraditas castañas
    sensaciones que se prenden
    y es algo que bien comprenden
    las brisas de las montañas.

    Y en la noche de difuntos
    plagada de sentimientos
    la Calbotá y sus conjuntos
    aunaban a todos juntos
    familias en Cenicientos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  3. LAS UVAS DE LA GARULLA

    Apilados en montón,
    de racimos llenan sacos,
    y avispas sin arrumacos
    les pican por diversión.
    De las uvas dispersión,
    sobre lonas se zambulla
    y dos dedos apabulla
    y las recoge del suelo,
    y coruchos sin recelo
    llaman las de la garulla.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  4. Muchas gracias Saturnino por tus siempre bien recibidos poemas, mucho más por el primero que hace referencia a mi persona.

    Un abrazo

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