Pudo ser un gran torero con aptitudes sobradas pero todas malogradas por taparlas cicatero. De Cúchares su heredero sumó grandes partidarios que le siguieron gregarios por cuantas plazas de España iniciaba la campaña con sus largos estatuarios.
Comenzó con los Romero, los de la escuela rondeña donde el toreo se sueña y evoca a Pedro Romero. Fue torero pinturero y un hábil contrabandista, y se le perdió la pista cuando los de Ecija fueron apresados y cayeron y él era el siete en la lista.
Del toro fue el más genial que integró el escalafón, de la simpatía el don y su bondad proverbial.
La calva brillando al sol y en el tórrido verano con Joselito, su hermano, los dos bajo un parasol.
Y muy joven todavía decía el señor Fernando cuando estaba agonizando: "¡Gabriela, tu pan del día lo ganará Rafael; sé que yo ya pronto muero pero no me desespero, un gran torero hay en él.
Fue un artista desigual con su carga de manías, sus frecuentes apatías que no tuvo un parigual.
Mas como él siempre decía: "Es siempre imposible ser, torear y parecer un genio día tras día".
"Que tengo una mala tarde, sé que me perdonarán, y el papel acabarán y por ello harán alarde".
Bonbita fue su padrino que le propuso inductor, tener rango de doctor diciéndole:"¡Este es tu sino!".
LA DESCOMUNAL CABEZA DEL TORO (La del toro en Cenicientos)
La descomunal cabeza con las astas desplegadas, dispuestas a dar cornadas transmite su fortaleza. Son astas de la pureza que no admite tocamientos ni de emplastos fraudulentos, que por plazas proliferan y a la fiesta la amaneran; no caben en Cenicientos.
UN PICADOR DE SEVILLA
ResponderEliminarRetrepado estaba en la barbería
siendo cliente y habitual tertuliano,
manteniendo un periódico en la mano
y hojeando sus páginas leía.
Sentencioso y de una gran bonhomía,
nunca le oyeron que jurara en vano,
y más que Sancho era hidalgo Quijano
de aquellos que rezuman hidalguía.
Pero al leer la reseña taurina
sobre una plaza del norte de España
y por colapso muerte de un piquero,
indignado exclamó:" toros de ruina,
si usan la cola y nos matan con saña,
la puya entrego y pique el Espartero.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
MANUEL GARCÍA Y CUESTA
ResponderEliminarEl Espartero
En el ruedo fue un león
aprestado a la pelea,
y Sevilla va y jalea
su indomable corazón.
Irrumpió como un ciclón,
y la Macarena vea
y regocijada lea
no es torero de aluvión.
No empañó su pundonor,
y empeñó vida y honor,
y en el coso de Madrid
Perdigón le acosó fiero
y dijo:"perezco y muero
como un valiente en la lid".
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
FRANCISCO ARJONA REYES
ResponderEliminarCurrito
Pudo ser un gran torero
con aptitudes sobradas
pero todas malogradas
por taparlas cicatero.
De Cúchares su heredero
sumó grandes partidarios
que le siguieron gregarios
por cuantas plazas de España
iniciaba la campaña
con sus largos estatuarios.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
TRAGABUCHES
ResponderEliminarJosé Ulloa
Comenzó con los Romero,
los de la escuela rondeña
donde el toreo se sueña
y evoca a Pedro Romero.
Fue torero pinturero
y un hábil contrabandista,
y se le perdió la pista
cuando los de Ecija fueron
apresados y cayeron
y él era el siete en la lista.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
RAFAEL GÓMEZ ORTEGA
ResponderEliminarEl Gallo
Del toro fue el más genial
que integró el escalafón,
de la simpatía el don
y su bondad proverbial.
La calva brillando al sol
y en el tórrido verano
con Joselito, su hermano,
los dos bajo un parasol.
Y muy joven todavía
decía el señor Fernando
cuando estaba agonizando:
"¡Gabriela, tu pan del día
lo ganará Rafael;
sé que yo ya pronto muero
pero no me desespero,
un gran torero hay en él.
Fue un artista desigual
con su carga de manías,
sus frecuentes apatías
que no tuvo un parigual.
Mas como él siempre decía:
"Es siempre imposible ser,
torear y parecer
un genio día tras día".
"Que tengo una mala tarde,
sé que me perdonarán,
y el papel acabarán
y por ello harán alarde".
Bonbita fue su padrino
que le propuso inductor,
tener rango de doctor
diciéndole:"¡Este es tu sino!".
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA DESCOMUNAL CABEZA DEL TORO
ResponderEliminar(La del toro en Cenicientos)
La descomunal cabeza
con las astas desplegadas,
dispuestas a dar cornadas
transmite su fortaleza.
Son astas de la pureza
que no admite tocamientos
ni de emplastos fraudulentos,
que por plazas proliferan
y a la fiesta la amaneran;
no caben en Cenicientos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho