miércoles, 2 de agosto de 2017

Cadalso de los Vidrios. Mercado Medieval 2017





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  1. LOS TITIRITEROS EN CENICIENTOS

    Una cabra y una mona
    y tocando unos panderos,
    asoman titiriteros
    en carro de desmorona.

    "¡Húngaros ya están aquí",
    grita la muchachería,
    y todo es algarabía
    que nos gusta a ti y a mí.

    La cabra no es cabra, es cabro,
    y la mona resabiada
    y se siente muy agraviada
    en cuánto escucha el palabro.

    Titiriteros hambrientos
    venidos de sabe dónde,
    que su miseria no esconde
    llegaban a Cenicientos.

    Con panderos y trompetas,
    y a crudo bombo y platillo,
    te pedían un durillo
    vendiendo unas camisetas.

    La función se organizaba
    en el centro de la plaza,
    y un fortachón con la maza
    al más viejo golpeaba.

    El pobre viejo achacoso,
    tumbado sobre cristales,
    aguantaba pedernales
    en estado comatoso.

    Una gran piedra en su pecho
    el de la maza rompía.
    "¡Que le entre una perlesía
    viendo al buen viejo maltrecho!".

    Eso mi abuela decía
    a coro con sus vecinas,
    de estar de pie ya cansinas
    marchándose de estampía.

    Otra gritando exclamaba.
    "¡Mejor un carbunco negro
    cómo el que tuvo mi suegro
    que como un toro bramaba!".

    A continuación vendían
    papeletas de una rifa,
    y pretextando engañifa
    coruchos se escabullían.

    De coñac unas botellas
    rifaba la pobre gente,
    siendo una mano inocente
    a la luz de las estrellas.

    ¿Se ganarían la cena,
    los pobres titiriteros,
    por los agrestes senderos
    que da una vida de pena?

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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