lunes, 8 de mayo de 2017

La Cruz de la Torrecilla del Camino de Santiago del Sureste a su paso por Cadalso de los Vidrios


Cruz de la Torrecilla en San Antón
 Camino de Santiago del Sureste 


El Camino de Santiago del Sureste a su paso por Cadalso ya tiene una referencia para todos los peregrinos que con destino a la tumba del Apóstol atraviesen las tierras castellanas de Cadalso de los Vidrios. La Cruz se ha colocado en el lugar conocido como la Torrecilla, de ahí su nombre, en el barrio de San Antón, y gracias a la Asociación Amigos del Camino de Santiago de Cadalso de los Vidrios. Cadalso es protagonista en el trazado del Camino de Santiago del Sureste dentro de la Comunidad de Madrid. Durante los cerca de 10 kilómetros que discurren por nuestro término se suceden campos de vides, montes y pinares, todo un conjunto natural que sirve de nexo a las Comunidades de Castilla la Mancha y Castilla León. Y cuando los peregrinos llegan a Cadalso desde la histórica Escalona en tierras de Toledo, atraviesan el antiguo poblado de Cadahalso por el Camino Real, alcanzan el Barrio de San Antón y el Valle del Tórtolas, se detienen junto a la Cruz de la Torrecilla, divisan las tierras de Ávila y ponen rumbo a los Toros de Guisando y Cebreros.  
Ya conoces la Cruz de la Torrecilla? Acércate, está a un paso, disfruta de nuestro Valle del Tórtolas y de la mejor referencia del Camino de Santiago a su paso por Cadalso. 

Pero si te conformas con ver la Cruz desde casa o vives fuera de Cadalso, mañana lo podrás hacer en el Zorro Corredero.

Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

7 comentarios:

  1. Me acerco a verla y a disfrutar de nuestro paisaje en primavera.

    Buena idea.
    Mariano

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  2. EL ORIGEN DEL NOMBRE DE CENICIENTOS

    A las armas llamó el rey
    a sus leales vasallos
    para hacer la guerra al moro
    y de sus predios echarle.

    Fueron heraldos reales
    por humildes aldehuelas,
    por cañadas y villorrios
    y al foro de las ciudades.

    Pregonaron el Edicto
    en torres de campanarios,
    a los sones de timbales
    y cuernos de bueyes mansos.

    Llegaron a San Esteban
    de la Encina Protomártir
    habitado por labriegos
    y pastores arriscados.

    Movilizóse el alcalde
    con alcaldes aledaños
    hacia el Pueblo de Escalona,
    con los censos en la mano.

    De allí fueron a Toledo
    en un grupo encaminados
    a presencia del monarca
    con la corte allí instalado.

    Y una vez allí llegados
    y por su Puente de Alcántara
    lentamente atravesado
    vieron el Tajo allí abajo.

    Allí nadaba La Cava
    muchos años ya pasados
    y allí viola don Rodrigo,
    y suspiró enamorado.

    Más negándose Florinda
    a entregársele de grado,
    al rey de los visigodos
    acusó haberla abusado.

    Informado don Julián,
    el padre que estaba en Ceuta
    por el rey allí destacado
    jurósela al soberano.

    Con el obispo don Opas
    conspiraron y, una alianza,
    fue entablada con Tariq
    y en la antigua Iberia entraron.

    Por entonces en Toledo
    reinaba la tolerancia
    y las grandes religiones
    estudiando se hermanaban.

    Las religiones Del Libro
    sagrado de los judíos,
    y de árabes y cristianos
    compartido y traducido.

    Y siendo así en este clima
    por el rey bien acogidos
    los alcaldes regidores
    en su punto de destino.

    De San Esteban su alcalde
    digno en su rusticidad,
    de su legajo hizo entrega
    a la Majestad Real.

    El rey miróle perplejo
    estudiando el documento
    al ver puestas allí cifras
    cual villas con documentos.

    "¿Pues no es la tuya una aldea
    y me ofreces cien y cientos
    en mi ejército, de lanzas,
    en la guerra a que me enfrento?".

    "¡Príncipe", hablóle el alcalde,
    "¡en San Esteban sus gentes
    contra el moro lucharán
    por Vos y por nuestro Dios.

    "Las mujeres y los niños
    y los ancianos hendidos
    harán suya vuestra causa
    contra vuestros enemigos!".

    "¡Me place aquesto que dices
    mi buen vasallo y amigo
    y cambio el nombre a tu aldea
    mis nobles son mis testigos!".

    "¡Se llamará Cenicientos
    desde ahora en adelante,
    y Yo, el Rey, sobre estos reinos
    así lo dispongo y firmo!".

    ¿Es historia o es leyenda
    o invención de mis mayores?,
    Pero en nuestra tradición
    su nombre es Regio ante Dios.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho



































































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  3. El pasado y el presente
    son los padres del futuro,
    pueden hacerle esplendente
    óptimo y resplandeciente
    o un túnel frío y oscuro.

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  4. DESTACO A CENICIENTOS SOBRE EL MAPA

    Destaco a Cenicientos sobre el mapa
    que de Madrid conforma monte y suelo,
    siendo parte importante de su cielo
    buque insignia que prende en su solapa.

    En grata sensación que pronto atrapa,
    sus vinos suavidad de terciopelo
    y brisas marejadas del consuelo
    que adhieren al viajero como lapa.

    Un sortilegio tiene su montaña
    con su Peña entrañable que se baña
    en el pinar tendido ante sus pies.

    Y al trasponer el sol sobre la cumbre
    es tamaña su belleza y deslumbre
    que la villa corucha adorable es.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  5. CENICIENTOS EN EL CORAZÓN

    Es mañana grisácea en el pueblo,
    de una lluvia que cae mansamente,
    y un tañer de la campana doliente
    sume a la calle en silencio y despueblo.

    Es preciso y urge hacer un repueblo
    que atraiga en cascadas a nueva gente
    y vea un alba de nuevo creciente
    al igual que yo lo canto y amueblo.

    ¿Qué versificaré por alabarte
    y en versos épicos alto ascenderte
    y sobre el mapa de España situarte,

    e imperecedero así siempre verte,
    pueblo corucho sin cesar de amarte
    hasta cubrirme el velo de la muerte?

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  6. EL CANTO A CENICIENTOS

    En la cuña introducida,
    de abulenses y Toledo
    está el pueblo y su viñedo
    sostenimiento de vida.
    La cepa fue mantenida
    como diosa en los altares
    y las uvas en lagares
    corría rojo su mosto
    por el canalillo angosto
    como el agua de los mares.

    Con gentes acogedoras
    transitando por la calle
    hacen ameno este valle
    de las coruchas auroras.
    Armonía de las horas
    transcurren de forma lenta
    si el espíritu aposenta
    apego por el sosiego
    del que arte de trasiego
    vida tranquila le tienta.

    Quien nos visita se queda
    y si se va siempre vuelve
    cuando la brisa le envuelve
    del arcón de su almoneda.
    Paseante en la vereda
    viendo la vida que pasa
    hace trasvase y trasvasa
    olvido de su paisaje
    y se siente paisanaje
    y cimenta aquí su casa.

    Siempre impera aquí la calma
    y el horizonte apacible
    que se bebe y es bebible
    como néctar en el alma.
    Aparejo que es la enjalma
    de sus pocos animales
    otrora en los hierbazales
    abundaban los rebaños
    pero el paso de los años
    los mantiene terminales.

    Que más decir de su Peña
    a la que enaltezco tanto
    y con mis versos la canto
    y de mi rima se adueña.
    Sostengo que es nuestra enseña
    y la base del futuro
    y aunque yo yerto y oscuro
    cuando el suceso acontezca
    el poema permanezca
    y ser cierto lo que auguro.

    ¡Tomad, os presto mis ojos
    y su enfoque en la llanura
    y abridlos en herradura
    con que aparta los abrojos!
    No reparad en rastrojos
    y veréis a don Quijote
    que con Rocinante al trote
    va por tierras de la Mancha
    gritando :¡Castilla es ancha
    y se me atufa el bigote!

    Y si tornáis la mirada
    nuestra capital, Madrid
    y cabalgando va el Cid
    en la alta madrugada.
    Y en la noche despejada
    he visto un cielo de bruma
    flotando como la espuma
    desde la Peña las luces
    polucionando de bruces
    a Madrid con que lo abruma.

    Y de la Peña bajando
    al pasear por el llano
    la dehesa es un rellano
    por el cual ir divagando.
    Los coruchos paseando
    por la estrecha carretera
    ven en el cielo una esfera
    límpida de aire tan puro
    que su clima es un seguro
    de naturaleza austera.

    Pinares, huertos y encinas
    viven en el horizonte
    y la quietud en el monte
    e higueras en las retinas.
    Visitante que caminas
    y buscas vida apacible
    y de vivir lo indecible,
    el pueblo de los coruchos
    tiene en alicientes muchos
    para hacértelo factible.

    Y hablamos aquí un lenguaje
    ingenioso y cervantino
    junto al amor de su vino
    colofón de un buen viraje.
    Y habrás hecho un maridaje
    con la estrella de los vientos
    que aseda los movimientos,
    de nuestros recios olivos
    que muestran sin paliativos
    el alma de Cenicientos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  7. HIMNO A CENICIENTOS

    Si dotado yo estuviera
    de inspiración y talento,
    por las nubes te pondría,
    pueblo de luz y viñedos.

    Aureola de las brisas
    se desprenden de tus cerros,
    introduciendo en tus casas
    al tomillo y al romero.

    Bajan de las Peñas bajan
    estrellas en movimiento,
    y manadas con los toros
    que en tu plaza lidias luego.

    Suben a las Peñas suben
    nuestros pies, halos ligeros,
    buscando desde la cumbre
    escala que lleve al cielo.

    Llanos buscan, buscan llanos
    de nuestros pies el sendero,
    cuando sobre los pinares
    solloza y susurra el viento.

    Soles piden, piden soles
    en el calor agosteño,
    cuando la afición corucha
    se reinventan en toreros.

    Conos y tinajas piden
    para el mosto vinatero,
    que fama ha dado a tus vinos
    allende de nuestro pueblo.

    Nuestro corazón se ensancha
    sin cabernos en el pecho
    viendo los cielos coruchos
    en las alas de los vientos.

    Cielos que los compartimos
    con cuantos vienen viajeros,
    paseando en nuestras calles
    y sienten a Cenicientos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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