CASILLAS
Original balcón en la montaña
la sombrean copudos castañares,
y adornan sus laderas los pinares
y una luna noctámbula la baña.
Pueblecito entrañable que se entraña
haciendo sus rincones singulares,
y el astro sol con sus rayos solares
a erizo eriza y surge la castaña.
Sus calles son estrechas silenciosas,
sus gentes son serenas y apacibles,
en verano conversan sobre sillas;
y sentadas dialogan amistosas,
y las brisas cabalgan ostensibles
en corceles alados en Casillas
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
Gracias por la poesía dedicada a Casillas, mi abuelo materno era de allí.
ResponderEliminarLA CASTAÑA DE CASILLAS
ResponderEliminarEs un estuche el erizo
cuya joya es la castaña,
extendido en la montaña
que jamás se muestra huidizo.
Y tiene un color pajizo
amarillo igual al oro,
su crepitar es sonoro
en el silencio nocturno,
y en su despertar diurno
de Casillas gran tesoro.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Coruccho
LA CARGA DE NARANJAS
ResponderEliminarAmarilla era la carga
que brillaba en el serón,
y vivimos sensación
y emoción que nos embarga.
Don Quijote con adarga,
mi padre trajo en la mula,
con la que el mundo circula,
cargamento de naranjas,
y fueron sus gajos franjas
que a mi boca se vincula.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
SINFONÍA DE LAS GEMAS DE COLOR
ResponderEliminarA una Dama de la Joyería Grassy
LA ESMERALDA
Al engastarla es temida
sobre todo en calibrado,
si lasca en el cincelado
nos complica bien la vida.
Mas si queda bien ceñida
y perfilado el bisel,
un jardín será y vergel
de dama lozana y bella
convertida en una estrella
y sus dedos en joyel.
EL ZAFIRO
Antiguamente se dijo:
que dabas inteligencia
y eras prodigio de ciencia
y de un Dios terrenal hijo.
Y como no se desdijo,
yo te engasto por mi parte,
y entre el oro aprisionarte,
afirmado sobre el fuste,
mientras procedo a tu ajuste,
inspirado por el Arte.
EL RUBÍ
Es alegre y es divino
con su color rojo intenso,
y figura entre el incienso
de la Iglesia, el pan y el vino.
Y me lo asignó el destino
que en un cáliz lo engastara,
y al Vaticano viajara
mostrándose a Jesús-Dios
y mi alma inmortal en pos
con él a Roma volara.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA ASTILLERA
ResponderEliminarEs como un bastión y ábside del fuste
decorando la faz de esta mi mesa,
valladar defensor es de mi empresa
de mi engaste y proceso de mi ajuste.
Del caos abomina sin que asuste
deslumbrante diadema de princesa,
y en el orden acoge sin sorpresa
cualquier joya impensada aunque no guste.
Sobre ella se proyecta mi mirada
y el recuerdo de luz de la redoma
y tú, ancestral y atávica madera.
En versos del poeta eres cantada
antes de que la incuria y la carcoma
te acaben voraz, mi amada astillera.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
DE LOS BURILES EL MANGO
ResponderEliminarDe los buriles el mango
fue deformando mis dedos,
y alimentando mis credos
en ir subiendo de rango.
Entre las gemas no hay fango,
pero el mango da durezas
y aristas con asperezas
y callos sobre las palmas,
que van templando las almas
en busca de las certezas.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL BURIL
ResponderEliminarEs un amigo el buril,
tan leal y tan cercano,
prolongación de la mano
como otrora fue el candil.
Se adapta a nuestro perfil,
a nuestra norma y trabajo
tan presto para un atajo
como engaste minucioso,
y malvive estando ocioso
y se muestra cabizbajo.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL FUSTE
ResponderEliminarDel permanente contacto
hermanado con la mano
eres probo ciudadano
afectuoso y suave al tacto.
Tú maderamen compacto
amarrando a tantas joyas
a la luz de claraboyas
de antiguos engastadores
tráenos días mejores
y condumio a nuestra ollas.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA LAMPARILLA
ResponderEliminarEres de vidrio y panzuda
y echas fuego por la boca,
y tu flamear evoca
llamarada cachazuda.
Sobre la mesa estás muda
y esperas paciente al fuste,
y tu pabilo no asuste
a la goma apelmazada,
que fundida es nominada
prisión de joya y su ajuste.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA SILLA ERGONÓMICA
ResponderEliminarSin duda fue un gran invento
con su respaldo abatible,
y pude hacer dirigible
mi comodidad de asiento.
Y me siento en mi elemento
puesto que soy menudito,
yo sentado en mi escañito
y ya sin dolor de espalda
al brillante o la esmeralda
a su engaste los invito.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL MAYOR ELOGIO PROFESIONAL
ResponderEliminarQUE ME HAN HECHO
A una dama muy provecta
dueña de marca joyera,
yo le engasté una pulsera
de exposición que proyecta.
Y aquella dama directa
las manos me mira fijas
muy callosas por las lijas
"Tus manos son de unos ángeles",
me dice,"¡y a los arcángeles
en el cielo harán sortijas".
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA LUPA
ResponderEliminarA veces colgada al cuello
o adosada sobre el ojo;
como tengo dos te escojo
dependiendo del destello.
Y te agradezco por ello
que en tus aumentos se agrupa
unos engastes de aúpa,
engastando noche y día
entre aquella algarabía
de gemólogo con lupa.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA GRANETERA
ResponderEliminarEs esposa del granete
y del Tas es compañera,
y adorno de la pastera
cuando emite el sonsonete.
Y se cubre con bonete
donde abrillanta la hondura,
que al grano le da apostura
sobre el pavés de la banda,
que la belleza demanda
del engaste la finura.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
DE SUSPIROS UNA FUENTE
ResponderEliminarDe suspiros una fuente
abro para ti en la tierra,
y ver que verdad se encierra
sobre tu sed tan ardiente.
Fuente de agua transparente
mi fuente de los suspiros
la engastaré con zafiros
y cuando beses mi boca
sabré que placer provoca
los besos de tus respiros.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
ME DICES SIEMPRE ENCANTADA
ResponderEliminarMe dices siempre encantada:
"¡Qué bien a la letra rimas
cómo la pules y limas
dentro del verso engastada!".
Toma pues, mi enamorada,
con laurel, mirto y canela
a la luz feble de vela
cuando apunta la mañana
con mi beso en la ventana
te regalo esta espinela.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA PULIDORA DE JOYERÍA
ResponderEliminarDe la bella joyería
con la joya terminada,
vemos luego de acabada
su belleza y maestría.
En la astillera el joyero
tiene ocasión de lucirse,
por joya que al exhibirse
le pone en fila el primero.
Después va el engastador
poniendo guinda a la tarta,
y entre los dos se halla Marta
con su motor pulidor.
Usa cepillo y borrego
y pasta de abrillantado,
y por fondos el calado
con caña se emplea luego.
Jira girando la rueda,
su polvo negro soltando,
y Marta se va impregnando
con lo que flotando queda
Romos tiene ya los dedos,
huérfanos viven sin uñas,
semejando fuertes cuñas
capaz de mover roquedos.
Exponente de un oficio
en estado terminal,
del trabajo artesanal
que ya es ruinoso edificio.
Llegó imparable el progreso
y la maquinaria impuesto,
y quedados con lo puesto
artesanos del proceso.
Marta como pulidora
más sacadores de fuego,
y engastadores van luego
al rosario de la aurora.
Marta se va a jubilar
puesto que ya nada espera,
y se quedan en la acera
los que han de evolucionar
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
me encantan los pueblos y sus historias cada uno tiene la suya🌹🌹🌹😍😍😍😍
ResponderEliminarAurora Ferrera Ruiz