martes, 25 de abril de 2017

Increíble Perú. De Puno a Cuzco. Pucará y Abra la Raya, a 4335 mts.


De Puno a Cuzco. Perú
Pucará y Abra la Raya





El viaje entre Puno y Cuzco es algo que si viajes a Perú debes realizar, por las dos ciudades que son una maravilla, pero también porque el trayecto entre ambas está lleno de color y vida y de  enormes sensaciones  que te agradarán y te servirán  para conocer las formas de  vida de  los habitantes de estas altas tierras del altiplano peruano. Para haceros una idea vamos a ver las altitudes; Puno a 3828 m. Juliaca a 3825 y Abra la Raya 4335, lo que quiere decir que estamos entre 3 y 3,5 km por encima de Cadalso, impresionante, no? La salida de Puno es temprano, creo que fue sobre las 7,30 horas, ( Bus Cruz del Sur ) y aunque el recorrido son unos 390 km, el autocar tarda unas 8 horas, pero con algunas paradas para las  visitas. Todo  el  trayecto es  un  inmenso  paisaje  jalonado  de muchos lugares de  interés, algo turísticos según la fecha, pero que nos reportarán muy buenas  sensaciones de este país. 

Juliaca, es  la primera  población grande  que atravesamos, no  paramos y continuamos  hacia Pucará, un pueblo pequeño que se encuentra a 110 km de Puno, es la primera parada, y aquí se puede visitar el templo de Santa Isabel que fue construido en 1767 por los Jesuitas españoles. También debemos hacer una visita al Museo Lítico para conocer la cultura Pukará, madre de las culturas Inca y Tiwanaku, que se desarrolló entre los siglos II a.C y VI d.C  . El museo alberga esculturas de piedra recuperadas de unas cercanas excavaciones donde se encuentran las ruinas del núcleo principal de esta cultura.

 Y antes de abandonar el pueblo, seguramente ya nos los habrán ofrecido, no debemos dejar de comprar los famosos "Toritos de Pucará", toros que la gente coloca en el tejado de sus casas como protección, ya que dicen que con ellos nada malo les sucederá. Yo compré un par, pero todavía no los he colocado en el tejado, de momento descansan en el salón. 

Nuestro siguiente destino es Abra la Raya, un puerto de montaña a 4335 m.s.n.m. a mitad de camino entre Puno y Cuzco, límite entre ambas regiones y lugar de obligada parada, por el paisaje, por los puestos de artesanía y para observar el Nevado Chimboya de 5489 m.s.n.m. y sus glaciares. Nada más interesante que ver, fotografiar y comprar algo en estos puestos y a esta altitud, con una paisaje grandioso, aunque no había mucho sol, baja temperatura, y con el miedo que te meten sobre el mal de altura, que aquí llaman "soroche", pero que en ningún momento noté, tal vez por las infusiones de coca que me tomé durante todo el recorrido. 

Lo próximo: De Abra la Raya a Cuzco visitando Raqchi, Viracocha, Andahaylillas y Rumiqolca.


    Puno, junto al lago Titicaca. 

    Puno a 3828 m.s.n.m.

    Mercado en Juliaca.  

    Poblado cerca de Juliaca 

    Llanuras y montañas 

    Un paisano conduce sus llamas en Pucará 

    Pucará 

    Templo de Santa Isabel en Pucará 

    Museo Lítico de Pucará    

                            Monolito del Museo de Pucará



                            Estela de Suche 

    Niños vendiendo  "Toritos de Pucará"

    Mujer descansando en la puerta del templo de Santa Isabel 

    Toritos de Pucará 

  Anciana en Pucará 

    Toritos de Pucará 



    Templo de Santa Isabel en Pucará 

    Ganado pastando en la praderas del altiplano. 

    Montañas y praderas enormes pasan ante nuestros ojos 

    Pueblos  perdidos en la inmensidad de los Andes  

    Santa Rosa, refrescos y teléfono público

    Santa Rosa y su cementerio.  

    La carretera se eleva 

    Casas y establos para el ganado con las cumbres nevadas de los Andes 


    Nevado Chimboya 5489 m.s.n.m.


    Abbra la Raya a 4335 msnm. 


    Montañas de Abbra la Raya

    Vendedor de artesanía local. 




    Un mercado a 4335 m.s.n.m, todo un reto. 

    Colores del Perú 


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso 

10 comentarios:

  1. LA CASA DE ADOBE

    La casa humilde de adobe
    y de tierra apisonada
    por el permanente sobe
    de los años de morada.

    Casa venida de herencias
    de los parientes lejanos,
    habitando sus presencias
    al alcance de las manos.

    Casa estrecha y alargada
    con bombilla en la cocina,
    alumbrando fragmentada
    oculta por una esquina.

    Con un contador chicharra
    durante el día apagado,
    dando de noche tabarra
    al ánimo sosegado.

    La cuadra visible al fondo,
    la mula cara asomada,
    integrada en lo más hondo
    con la familia soñada.

    Paredes enjalbegadas
    con la cal acostumbrada
    en las antigua posadas
    de una vida reposada.

    Los bajos y las alturas
    con ocres se perfilaban,
    asombro de las criaturas
    que absortos todo miraban.

    Sobre el suelo se extendía
    de las vacas la boñiga,
    con un olor aquel día
    lejos del olor a espiga.

    El techo era de madera
    separador del doblado,
    donde estaba la pajera
    con el grano acumulado.

    De negro la chimenea
    con los troncos chispeantes,
    y llama que parpadea
    pucheros regocijantes.

    Nuestras madres hacendosas
    cubiertas con sus mandiles,
    de aquellas casas las rosas
    y aceite de sus candiles.

    Y cuando el viento que brama
    por rendijas se filtraba,
    nos calentaban la cama
    con ascuas que el tronco daba.

    De adobe la construcción
    del pobre que el pan amasa,
    con la mayor emoción
    os de descrito mi casa.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  2. EL GAZPACHO DE LOS POBRES
    A mis padres

    En las ardorosas tardes de siega
    y en las no menos de agobio de trilla,
    surcaba el cielo la franja amarilla
    y el cansancio se batía en repliega.

    La manta extendida el mantel despliega,
    y el suelo era nuestro asiento de silla,
    y en la tarreña está la maravilla
    cuya visión nos inunda y anega.

    La pueblerina cuchara en madera,
    y en la tarreña el humilde gazpacho,
    la paz sublimando la parva en la era,

    y uncidos triscan la mula y el macho
    y un lienzo que enmarcó y fue la frontera
    de infancia pobre y feliz de un muchacho.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  3. Gracias Saturnino por dedicar estos poemas al ZC

    Un saludo

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  4. Pero que marcha tienes!!..me encanta!

    Amparo Santa Olalla Amparo Rodriguez

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  5. Siii, mucha marcha y poca velocidad, jajaja.

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  6. LA CHIMENEA

    En torno a la chimenea
    las trébedes y morillos,
    yo oía cantar los grillos
    junto al fuego que la hornea.

    En las noches del invierno,
    sin radio y televisión,
    se hilaba conversación
    en un ambiente fraterno.

    La familia ante la mesa
    cenaba con parsimonia,
    como en una ceremonia
    donde de hablar no se cesa.

    Colgado estaba el caldero
    abetunado de hollín,
    cociendo entre un gran trajín
    de pucheros y de esmero.

    Hirviendo estaba el salvado
    para el cerdo y las gallinas,
    y unas aguas cristalinas
    para el íntimo lavado.

    Y de pronto una zorrera
    lagrimeaba los ojos
    y los dejaba tan rojos
    como luna tomatera.

    Y entraba en acción el fuelle
    y con la boca soplidos
    y el gato bufo y maullidos
    y aquella pobreza muelle.

    Y risas y muchas toses
    y el crepitar de taramas
    y de los pinos las ramas
    y alegría de las voces.

    Y las partidas de cartas
    y visitas del vecino
    y el porrón lleno de vino
    y engastar de historias sartas.

    Y el hablar de la cosecha
    y la compra del abono
    y la tristeza en el tono
    recordando alguna fecha.

    Y lectura de tebeos
    y lector del Buen Amigo
    y ser un mudo testigo
    de hechos de los macabeos.

    Y si el ábrego furioso
    a las paredes mordía,
    su ululante letanía
    nos invitaba al reposo.

    Y se quedaba el rescoldo
    en la dulce chimenea
    y una lágrima aletea
    en el lecho en que me amoldo.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  7. LA CASA PATERNA

    Mi despertar fue a la luz de la tierra fecunda,
    entre los viñedos y los campos roturados
    de olivares e higueras, los campos alfombrados
    y el olor del ganado, que estercola y lo inunda.

    Supe que el mayor bien en el trabajo se funda
    que vagancia y molicie, nunca fue de esforzados,
    y a la larga produce funestos resultados
    sin ejemplo familiar, de raigambre profunda.

    Se impregnaron mis ojos del pinar esmeralda,
    que a las sosegadas Peñas las viste con falda,
    y cuando a labrarme un futuro, me marche lejos:

    retornando hijo pródigo a la casa paterna,
    sobre mí se posó la amada pupila interna
    fraternal y querida, del amor de mis viejos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho











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  8. Muy bonito por las fotos tan preciosas que nos as enseñado

    Pilar Calvo Villarín

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  9. Gracias Pili, Perú es un bello país para disfrutar.

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  10. Si parece bonito

    Pilar Calvo Villarín

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