La huella de un pasado
No hay en ella ninguna señal de marca o vida, sólo la huella del pasado, de lo viejo, el deterioro de unos peldaños que no llevan a ninguna parte, sólo a los recuerdos que todavía brillan por momentos en aquellas personas que un día la habitaron. Tiene una apariencia normal, algún descuido va dejando que el tiempo borre, o al menos lo intente, cualquier posibilidad de recordar su pasado. Pero también muestra la contundencia de su cerramiento, el misterio de su secreto o simplemente la advertencia de lo que dejó de ser.
Es muy difícil rescatar sus luces, alentado por el ayer llevaba rato mirando lo que esta imagen contenía, y sólo encontraba el peso de otro tiempo y otras gentes, algo que me tenía ensimismado, como si fuera un sueño del que no podía despertar. El mutismo de la imagen me involucraba de tal manera que perdí la noción del tiempo, sólo cuando el resplandor huidizo de los faros de un coche que se acercaba iluminaron el lugar, sentí volver de nuevo a mi estado actual, al día de hoy.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Es verdad que hay parajes que te producen impresión y cierta pena.........
ResponderEliminarSaludos Pedro..............
Pues me da pena ver así lo k en su día esa puerta se abriría tantas veces
ResponderEliminarChelo Villarin Recio
Muy buena la foto
ResponderEliminarLoren Alfonso Jeronimo
De jóvenes, nuestros sentimientos parecen dormidos. Pero no lo están. Sucede que vivíamos en el esplendor de la vida y no podíamos perder el tiempo en saborear, en sentir, en reflexionar... porque también perdíamos la ocasión de seguir conociendo y experimentando eso que el tiempo nos regalaba... ¡La vida!
ResponderEliminarAhora ya vamos siendo como la casa de esta foto tan evocadora y que tus letras, sabiamente, nos hacen amarla y pensarla cuando era como nosotros éramos: "nuevos". Tú has abierto sus puertas y has entrado en ella, así nosotros esperamos que los más jóvenes abran nuestras puertas y entren a ver y a aprender lo mejor de nuestras vivencias.
Los humanos somos animales rumiantes: primero consumimos (la vida) y luego rumiamos (la recordamos). De ahí las diferencias que constantemente tenemos entre los jóvenes y los menos jóvenes.
Es un placer leerte y contemplar tus fotos porque todo lo haces con amor.
Miguel Moreno González
"Aquí penetró la vida,
ResponderEliminaraquí se adentró la muerte,
y tras esta puerta escondida
tendrá un gato la guarida
y algún misterio se vierte".
¿No es la puerta del Lute,el que es pintor en Cadalso?.
ResponderEliminarUn saludo.
La misma, cuándo pases delante de la casa, piensa...
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