De Navalcarnero a Cadalso. Memoria viajera 2ª Parte

Paisajes de ensueño

De Navalcarnero podría haber tomado esta pequeña avioneta, mejor decir que me hubiera gustado volar hasta Cadalso y ver desde el aire lo que tantas veces todos hemos visto desde la tierra, pero ante la imposibilidad de poder volar tomé la decisión de seguir carretera adelante.

Esta foto de abajo nunca la había hecho, siempre que paso por el lugar, está llegando a Villamanta, un poco antes de la recta donde venden frutas y verduras, me quedo mirando la casa rodeada de verdes cereales en alto y al fondo las montañas, es una de las mejores vistas de todo el recorrido.

    Una postal desde Villamanta

    La Peña de Cenicientos, Lancharrasa, Peña Muñana y el nevado Cerro Casillas

Después el paisaje se allana y poco hay que llame mi atención, tal vez el río Alberche a su paso por Aldea del Fresno, pero en esta época no hay mucho color que digamos, habrá que esperar al otoño cuando los árboles de rivera llenan de colores ocres y amarillos el paisaje fluvial del río Alberche a su paso por el puente de la Pedrera.

    Las canteras con el Cerro Casillas y la Encinilla 

 Pero todo cambia cuando tras ascender el pequeño puerto del Encinar o de la Caprichosa, también un colorido lugar no exento de belleza en el mes de mayo, cuando las jaras blanquean con sus hojas todo el entorno. Pasado las urbanizaciones el monte de encinas y jaras da lugar a una inmensa masa de pinos que sirven de base a las primeras cumbres de Gredos, las mismas que veíamos desde Navalcarnero y durante casi todo el trayecto, sólo que ahora están aquí mismo, ante nuestros ojos.

    Lo que queda del horreo del Encinar del Alberche

    La Peña Muñana asoma por encima del frondoso pinar

Coronado el puerto comienza un pequeño descenso y a la derecha encontramos este hórreo que lleva sus años, pero que como con todo cada año se desmorona mas, faltan piedras que ya se han llevado y con el tiempo desaparecerá. Desde el mismo hórreo las vistas son de postal, sólo unas calvas afean el paisaje, son las canteras que junto a la Peña y el Valle de las Culebras continúan poco a poco comiéndose el granito y destruyendo la vegetación arbórea. Una pena que no las vayan restaurando a medida que avanzan o lo abandonan.

    Cerro Casillas

Y ya en las últimas curvas antes del cruce de las Casetas, que así siempre se ha llamado, el paisaje asoma al fondo mientras los pinos hacen un primer plano de postal. Ya poco queda para Cadalso, pero antes de cruzar la N-403 que une Ávila con Toledo, una última mirada a las famosas Casetas que al igual que el hórreo siguen en decadencia y en no muchos años sólo serán un montón de escombros. Ahí está el Cristo de Medinaceli de Cadalso que nos acompaña con su mirada el agradable discurrir por esta carretera tan nuestra desde siempre y que nos es tan común que no apreciamos su belleza, pero la tiene y nada mejor que estas postales para comprobarlo.

Otra cosa, por pedir que no sea, ya podían hacer una rotonda en el cruce de la N-403 con la M-507, todo un peligro cruzarla.

      Las Casetas


Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso