martes, 5 de enero de 2016

La piscina Municipal de Cadalso en 1967




En aquellos años, la piscina de Cadalso era un hervidero de personas, seguramente muchos más veraneantes que cadalseños, los niños siempre acompañados por el miedo en casa a lo que pudiera ocurrir, y eso que ya teníamos a Carlos de socorrista, pero no era suficiente para la tranquilidad de las madres. Muchos subíamos en bicicleta y la dejábamos fuera para intentar colarnos, cosa algo difícil, ya que Manolo el alguacil, Pepe el vigilante y Faltiqueras, todos ellos fieles empleados del Ayuntamiento de Cadalso, cumplían y de qué manera con su deber. Si por la puerta no funcionaba tenías otra salida, bueno, mejor dicho entrada, la valla de ladrillos que había en la terraza junto a la barra.

 Entonces tenías que aprender a nadar por tu cuenta y riesgo, ni clases, ni cursos, ni nada de nada, al agua y a salir como podías. Al principio no existía trampolín, como se puede apreciar, más tarde colocaron uno que impresionaba a los más pequeños y era para los jóvenes más arriesgados la forma de destacar e impresionar con sus saltos. Yo creo que jamás me tiré, prefería jugar a los cocodrilos en lo bajo, tomarme alguna Mirinda en la barra, jugar al futbolín o subir por las barras de colores que había junto a los vestuarios, aquello era para nosotros casi un deporte olímpico.

Por entonces no existían ni las cremas ni los melanomas y algo tendríamos en la piel que nunca nos quemábamos, aunque también es cierto que el sol no era tana malo como ahora, al menos nada se decía. Lo que si ardía a veces era la suela de las playeras cuando frenábamos con el pie al no funcionar los frenos de la bici, excepcionalmente la frenada llegaba hasta el mismo pie, con las consecuencias que os podéis imaginar y algunos recordar.

En la piscina había poco ambiente tras el baño, así que los muchachos nos íbamos a los pinos, así se denominaba al lugar, y allí sí que podías demostrar otras artes más nativas y a las que estábamos más preparados, me refiero a la caza y muerte de lagartijas, lagartos, chicharras, ranas en la cantera y hasta alguna culebra. La cantera era eso, una cantera abandonada que se llenaba de agua y en la que los más valientes andaban junto al precipicio y a veces se bañaban, desapareció hace muchos años.
Nosotros los nativos no llevábamos bocadillos, los veraneantes sí que llevaban de todo, hasta cremas, y pasaban todo el día allí con comida incluida, los del pueblo bajábamos a comer a casa y ya no subíamos, con esos calores del verano como para andar otra vez subiendo con la bici.

Estas y muchas cosas más pasaban por aquel tiempo en nuestra piscina y nada mejor que esta foto para que cada uno, nativo o veraneante, tenga sus propios recuerdos.

Zorro Corredero
Foto: Postal de la época.

18 comentarios:

  1. Que recuerdos pedrito madre mia

    Mari Carmen Villaverde

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  2. Me encanta que bien lo pasábamos

    Raquel López Alfonso

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  3. Una maravilla de piscina teníamos!!!! Q pena ... Vaya manera de estropearla, benditas mentes privilegiadas.

    Alberto Merchán Domínguez

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  4. Q recuerdos más bonitos y q buenas vistas tenía la piscina a la sierra y a la peña.

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  5. LA PISCINA DE CENICIENTOS

    Agua azul de la piscina
    adobada con el cloro,
    sin límite y sin aforo
    surcábamos tu marina.
    Berilo de aguamarina
    nadando como perrillos,
    aprendimos los chiquillos
    del nadar los rudimentos
    otrora y en Cenicientos
    hornadas de coruchillos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  6. LA PISCINA DE LAS OLLAS
    Los baños de infancia

    Por un abrupto camino
    bajábamos a "Las Ollas"
    llamado"Prado el Molino",
    coruchillos sin argollas.

    Fulgía un sol de justicia,
    siendo en horas de la siesta,
    con un calor de avaricia
    y locura manifiesta.

    Andariegos esforzados
    con las sandalias de goma,
    en pies negros y sudados
    se expandía nuestro aroma...

    El agua corría lenta
    en remolinos de espuma,
    y era viscosa y grasienta
    como pantano de bruma.

    Practicábamos nudismo
    al final de los cincuenta,
    sin temor al paludismo
    tostándonos la osamenta.

    La poza excavada en roca,
    horadada por los años,
    hacía cerrar la boca
    al comienzo de los baños.

    Miasmas de todo pelaje
    surcaban aquellas aguas,
    vistiéndonos con un traje
    como el hierro de las fraguas.

    Después como a cachorrillos
    nos daban cama las rocas,
    desnudos, sin calzoncillos
    y acudían madres locas.

    Con la zapatilla en mano
    y sin pan ni chocolate,
    nos ponían en verano..,
    los culos como un tomate.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  7. MIS REGADÍOS DE LA INFANCIA

    Subo con mi azadoncillo,
    fronterizo al "Cornetal"
    el helechal amarillo,
    y el pinar verde ideal.

    Es muy pina la pendiente,
    y el camino muy quebrado
    cerca el rumor de una fuente
    en el interior de un prado.

    Voy camino de "Los huertos",
    todo el campo está arbolado,
    bajo los cielos abiertos
    canta un mirlo enamorado.

    Y una vez llegado al huerto
    suelto el bocín de la poza,
    y el surco que yace muerto
    con el agua se alboroza.

    Reverdecen las judías
    y se alegran los tomates,
    y enormes son las sandías
    colgadas en acirates.

    Erizos en los castaños,
    que habitan entre unas breñas,
    cumplidos doscientos años
    a la sombra de "Las Peñas".

    He cumplido con el riego,
    y tapado bien la poza;
    me siento todo un labriego
    limpiando todo de broza.

    Los frutales con su fruto
    tienen cargadas las ramas,
    y siendo tan diminuto
    me pierdo entre las retamas.

    Hago el camino contrario
    y me interno por "La Jara",
    tañe fuerte el campanario
    y el atardecer se aclara.

    Y dando vista a los "Caños",
    y avistada la piscina,
    van desfilando rebaños
    y danza una golondrina.

    Música en los altavoces
    que se filtra entre los pinos,
    y Estela templa las voces
    que eran los Cinco Latinos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  8. Yo era de las veraneantes que iba a Cadalso. Que recuerdos tan bonitos. Como pasábamos el día en la pisci y en los pinos.

    Angelines Requena Rodriguez

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  9. Que recuerdos

    Maria Montes

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  10. Q tiempos mas bonitos ,yo era veraneante y no pasaba ni un día en subir a la piscina .Iba con mi padre y hermanas mi padre se secaba haciendo boxeo y subiendo a las piedras de los pinos .Q bonitos recuerdos !!!!

    Begoña Romero

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  11. yo con las de San Antón con 10 y 12 años nos subiamos todos los días en el verano a bañarnos y subiamos solas y cuando llegábamos a casa por la tarde bajabamos con la espalda abrasada

    Dolores Saez Canoyra

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  12. Las ampollas en los hombros, que dolor

    Pilar Lopez Navarro

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  13. como lo sabes Pili que lo pasábamos muy mal

    Dolores Saez Canoyra

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  14. porque no teníamos cremas ni nada para calmar el dolor pero aquí estamos tan chulas

    Dolores Saez Canoyra

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  15. Que recuerdos mas bonitos de mi infancia en la piscina municipal . Bonitos tiempos aquellos

    Josefina Perez

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  16. Que recuerdos aquellos

    Maria Antonia Hernández

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  17. Y yo bañándome en esa piscina a finales de Junio y principios de Julio del año mencionado.

    Miguel Revuelta de Guzman

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  18. yo recuerdo el trampolin que habia y a la panda de "los mayores" haciendo el burro desde el

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