El revoloteo de la bandera
El último acto del Carnaval de Ánimas es el revoloteo de la bandera, los capitanes llevados por sus soldados en formación, se colocan junto a las dulzainas y tambores, y tomando las banderas del revoloteo comienza este entrañable acto que reúne a multitud de personas para revolotear o simplemente para observar.
Los primeros en revolotear la bandera son los propios capitanes, luego lo hará todo el que quiera por un
donativo, pudiendo repetir cuantas veces se desee. Es cierto que los cadalseños-as son hábiles con la bandera en sus manos y se ven auténticas exhibiciones por parte de alguno.
Los capitanes revolotean la bandera con gracia y estilo, se nota en sus movimientos que no es la primera vez, que saben acompasar y llevar el ritmo que les marcan las dulzainas con su música, una y otra vez la bandera sube y baja, no es algo difícil de hacer pero se necesita práctica para controlar el peso de la bandera y que no se enrolle al mástil.
Con un estilo propio y sin nada de experiencia, nuestro párroco también hace gala de buen revoloteador y por lo tanto de cadalseño. Apenas lleva unos meses entre nosotros, pero su saber estar, su simpatía y un carácter abierto y entregado a los demás, han sido suficientes para que el pueblo le aprecie, y después de esta exhibición con la bandera mucho más, todo un reto superado. Enhorabuena Don Carlos.
No podía faltar la exhibición realizada por los descendientes de Miguel "EL Cano", toda una referencia durante años del revoloteo de la bandera, que continúa gracias a la alegría, a las ganas de agradar, y a estar siempre dispuestos para todo. Muchas gracias a toda esta familia por todo lo que desde siempre han hecho por el Carnaval de Cadalso.
Jóvenes y mayores, los cadalseños-as van revoloteando las distintas banderas, las hay de varias medidas por aquello del peso, y cada cual toma la que le conviene, pero todos lo hacen de maravilla y la gente aplaude al término de cada revoloteo. Los algo más mayores lo hacen con más dificultad, pero la experiencia es suficiente para saber marcar perfectamente los pasos y no decaer a medida que las dulzainas y tambores avanzan con su música hasta marcar el final.
Los más jóvenes se atreven con mucho más, y algunos hasta lo hacen con dos banderas a la vez, todo un reto de dificultad y de fuerza necesaria para aguantar, pero es la magia del Carnaval de Ánimas lo que les ayuda y da fuerzas en esta misión. Y como se puede ver hasta el mismísimo Zorro Corredero lo intenta y lo consigue, una y otra vez la bandera se eleva y cae para volver a levantarse gracias al juego de muñeca y a la ilusión, aunque he de reconocer que disfruto con todo esto, más me llena escuchar las últimas notas que indican que se acaba, ufff`! gracias a Dios, aunque la verdad es que cada año repito y revoloteo dos veces, la segunda siempre mejor que la primera.
Las dilzainas y tambores no dejan de sonar durante todo el revoloteo, esta música es importante para llevar el compás de los movimientos y también anima y mucho el espectáculo. Nada sería igual sin los Dulzaineros de Ávila.
Los capitanes van entregando las banderas para el revoloteo, los revoloteadores les dan un donativo para las Ánimas Benditas, todo discurre igual que hace siglos y tanto unos como otros disfrutamos y vivimos nuestro Carnaval desde lo más íntimo.
Y parece que la cosa, que ya viene de siglos, continuará, sólo hay que ver como las mujeres lo hacen fenomenal y se arriesgan con dos banderas, y basta observar a estos pequeños cadalseños que no se cortan y bandera en mano, a su manera y con esas caritas, son capaces de emocionarnos, de sentirnos más cadalseños que nunca y de tener la confianza y satisfacción de que el revoloteo de banderas no acabará nunca y dentro de muchos años y siglos las banderas seguirán siendo revoloteadas por otros cadalseños-as, para entonces nosotros sólo seremos un recuerdo....pero la vida y el carnaval de ánimas son así.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Las banderas no tapan las expresiones de felicidad de las gentes. Únicamente las hermosean.
ResponderEliminarPor otra parte, un curso de revoloteo de bandera en el Polideportivo no vendría mal para ir bien preparados en el 2016. Qué conste que no miro a nadie... ¿eh?
Cada persona revolotea de una manera, pero todos sentimos seguramente las mismas sensaciones, siempre buenas.
ResponderEliminarNada mejor que revolotear en la Corredera, sólo hay que perder el miedo y la vergüenza, pero si hay que entrenar se entrena.
Un abrazo
Pedro