A Felipe y familia que están en el Camino
La etapa discurre entre Villamiel y Novés, el día es bueno,
soleado a veces, el Camino llano atraviesa campos de cereales y viñas, la
pasada noche llovió, el barro que se forma en esta tierra arcillosa se pega a
las botas y casi no puedes caminar, golpeas contra el suelo y te desprendes de
él, miras al horizonte y solo descubres nubes y llanuras, apenas unos olivos,
algunos almendros y un par de majuelos son nuestros acompañantes, sin olvidar
los muchos conejos que acostumbrados saludan a nuestro paso, es la belleza de
una tierra humilde, sencilla, pero cargada de historia y generosidad. Tras
una leve subida, el Camino nos muestra las tapias de un cementerio, una
carreterita a cuyos lados forman viejas acacias nos guía hacia el pueblo de
Novés, que se nos muestra imponente con la iglesia de San Pedro Apóstol
adornada con un fondo serrano de las cercanas cumbres de Gredos. La amistad
surge en el camino, la generosidad es parte de él, la sencillez y humanidad va
cargado a los hombres y mujeres que desde hace siglos caminan por estos pueblos
con un destino final en Santiago. Y entre esos peregrinos del camino, de la
vida, del momento se encuentra una familia de novesanos que respiran por ti,
que dan lo que tienen y que te arropan siempre. Lo que en su casa ocurrió ya es
parte de este Camino del Sureste, es parte de nuestra vida de peregrinos y
siempre será un recuerdo para recordar y retener en nuestra memoria pero mucho
más en nuestros corazones peregrinos.
Muchas gracias y siempre Buen Camino.
Precioso Zorro
ResponderEliminarJL
Me encanta
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