La luminaria del barrio de San Antón-2015
No sé qué hora puede ser, pero como cada año me encuentro
subiendo camino de San Antón, porque al barrio de San Antón de Cadalso siempre
se sube, para ver y vivir la luminaria que los sanantoneros colocan y prenden
como recuerdo y costumbre de tiempos pasados para festejar la noche que precede
al día del Santo Antón
No tengo mucha prisa porque siempre es tarde cuando la
prenden, muy tarde, tanto que a veces pienso que lo deberían hacer antes, pero
ellos sabrán y sus motivos tendrán para hacerlo a tan altas horas de la noche.
Al menos este año hace bueno, de lluvia me refiero, de frío es otra cosa, ya
que el año pasado no paró de llover y al final leña y gentes terminamos
empapados.
Esto de las luminarias es cosa que une, que arrima la gente
al fuego y a la amistad, que sirve para dejar los problemas atrás, para reír,
pasar frío, sentirse vivo y cadalseño y deshacerse de lo que nos sobra, de lo
que ya no nos sirve y de aquello que deseamos y hasta necesitamos quitarnos de en
medio, una lástima que no se celebren muchas más luminarias en Cadalso, porque
hay tanto que nos sobra para eliminar y tanto que nos falta para unir que sería
una forma sencilla y tradicional de echar al fuego todo lo malo y quedarnos
sólo con lo bueno. Debe ser por esto que en el pasado, nuestros mayores, listos
ellos, siempre hacían luminarias por San Antón, algo entenderían para dejarse llevar por el fuego y la amistad.
Muchos sanantoneros
me reciben junto a la pira de leña que pronta arderá, hace frío,
bastante, pero las risas ayudan a soportarlo y las “reilaeras” se pasan mucho mejor junto a la pequeña
luminaria que desde hace tiempo arde, mientras la otra, la grande, espera.
Es en esta pequeña luminaria donde los más viejos sanantoneros
toman asiento, y como si de la voz del patriarca se tratara, los jóvenes van
recibiendo las ordenes, no siempre, que a veces no todos parecen estar de
acuerdo y alguna pequeña discusión brota en lo más profundo de San Antón, en
ese mismo camino que durante siglos los caminantes, peregrinos y arrieros,
pisaron con sus viejas sandalias camino del norte al sur, de la España
cristiana a la musulmana, de la vetona Ávila y la imperial Toledo, que al igual
que Cadahalso compartiera durante siglos tres culturas, cristiana, judía y
musulmana.
Pero volvamos a San Antón, barrio que recibió a la santa Teresa
de Cepeda y Ahumada en su caminar por tierras castellanas camino de Toledo,
aquí durmió y esparció su religiosidad la santa abulense que este año celebra el
V centenario de su nacimiento un 28 de
marzo de 1515. Y aquí estamos nosotros 500 años después celebrando un tradición
que a pesar de todo se mantiene, quién sabe si desde entonces, la de la
luminaria del santo Antón que por algo el barrio siempre ha llevado su nombre.
Ya hace tiempo que las llamas comenzaron a iluminar la noche
de Cadalso, que el calor atrajo a todos a su cercanía para sentir la magia de
las llamas, al espíritu del fuego que siempre ha ensimismado al hombre a través
de los siglos y hasta de los milenios. Los niños juegan y se paran para admirar
el fuego que da la vida, sus ojos se quedan prendados del color y de las
extrañas formas que adquieren las llamas, es un espectáculo digno de ver, de
sentir y de guardar para siempre en lo más íntimo de nosotros.
Pero no todo deben ser buenas sensaciones para la mente y el
alma, también el estómago hace rato que siente la necesidad de disfrutar y unirse
a esta fiesta, al momento que aquí se está viviendo, y nada mejor para refrescar
las humeantes gargantas, porque humo hay,
que unas cervezas y agradable
vino, al que se unen abundantes raciones
de excelentes chorizos y morcillas a los que acompañan la panceta y la cinta de
lomo, bendito guarro que tanto bueno nos da y tanto nos aumenta el colesterol y
los triglicéridos, pero qué coño, un día es un día.
Poco a poco la luminaria se va consumiendo, las ramas de
pino y olivo, las retamas y la leña menuda hace tiempo que desaparecieron por
el calor y ahora posan como ascuas luminosas de la noche cadalseña, no así los
troncos más gruesos, los maderos traídos de aquí y de allá, que todavía siguen
siendo pasto de las llamas.
Un cuadro de una puerta descansa apilado junto al montón de
leña, pronta recibirá el calor y las llamas acabaran con muchas décadas de vida,
era su destino final, pero en un momento alguien lo rescata y como final a su
vida colabora para crear un marco donde las gentes de San Antón posan para la
atenta mirada del fotógrafo que al
instante crea una pinacoteca exclusiva de los sanantoneros. Los hombres, las
mujeres, los niños y el gran Juanjo que siempre portó la magia de San Antón, van posando desde el interior del viejo marco
de puerta, y cuando todos han sentido la luz del flash que esta vez actúa de
pincel, el marco vuela y es arrojado a las llamas que lo devoran en minutos.
Tal vez, siguiendo la costumbre de los ninots valencianos, habría que haberlo salvado,
pero esto no es Valencia y al final, como no podía ser de otra manera, termina
en el lugar que hoy le corresponde. (Las fotos del cuadro, otro día )
El tiempo pasa y la fiesta va terminando para mí, es hora de
regresar a casa, de dejar que la noche siga ardiendo en San Antón, de pensar en
el ayer y el mañana, en las tradiciones que vamos perdiendo y en esas otras
horteradas que nada tiene que ver con nosotros y con nuestra cultura y que nos
intentan colocar. Nada es más nuestro que lo que siempre hemos conocido, lo que
nos han transmitido nuestros mayores, y todo esto es lo que se debe promocionar
y en lo que debemos emplear nuestro tiempo, lo demás es perderlo.
Gracias a todos los sanantoneros por dejarme integrar con vosotros, por hacerme participe de vuestra luminaria y hacerme
más cadalseño, porque gracias a todo esto hoy y siempre seré más feliz, notaré
mucho más lo que tengo al lado, y también apreciaré esas otras culturas que no
son las nuestras pero en algún momento han formado parte de mi entretenimiento
y de mis ansias de conocer.
Y para el año que viene no estaría mal que todos los
cadalseños y cadalseños acudiéramos a la luminaria de San Antón y que nuestro
ayuntamiento pagara las viandas y la bebida, haciendo de esta costumbre algo
institucional para siempre, que así sea.
Dedicado a todos los sanantoneros-as y en especial a aquellos-as que el destino les llevó a otras tierras lejanas a Cadalso.Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
La luminaria calienta el cuerpo y los sanantoneros el corazón. Y tu, Pedro, con tus fotos y tus letras lo resumes en arte que va directo hacia la emoción.
ResponderEliminarGracias de un sanantonero de nacimiento (San Antón, 41) que aún guarda frescas en la memoria las luminarias de su niñez.
Hermosa noche nos hizo al igual que tus palabras y esas fotos espontaneas. Reconozco no ser san antonera pero llevo años compartiendo y disfrutando esta tradición con la familia. Es bonito recordar tiempos pasados y escuchar vivencias de otras lumbres años atrás. Así que, debemos continuar para que nuestros pequeños también logren rememorar las que hicieron y lo que es mas importante: las que harán!!Gracias por tu compañía un año mas!!!
ResponderEliminar
ResponderEliminarMuchas gracias a vosotros sanantoneros por los buenos momentos compartidos,por darme la oportunidad de vivir lo que me identifica, lo que me llena y me ayuda a ser mejor cadalseño.
Y gracias también a ti Miguel porque con tu escrititos me contagias el secreto de lo cadalseño.
Un abrazo
Pedro
ResponderEliminarMuy bonito todo el repotaje, es una maravilla lo que no enseñas y lo que nos cuentas.
Mariano
Como siempre profundo y magistral, y con ese arte que tienes para hacer de una instantánea un momento imborrable, y yo, como un imbécil, convencido que las luminarias eran al día siguiente y de nuevo me las perdí. Para el próximo año me llamas y yo pongo una de aguardiente.
ResponderEliminarJavier.
ResponderEliminarDe acuerdo, el próximo año te llamo y disfrutamos juntos. Gracias por lo de profundo, y el aguardiente mejor nos lo bebemos con los vecinos de San Antón, quemarlo, que estropicio.
Abrazos
Pedro Zorro Corredero
Que bonito ver unidad en los vecinos Sanantoneros
ResponderEliminarCarmen Frontelo Morales
Es muy importante para los Sanantoneros si la luminaria. Y muy agradable te dan de todo lo k tienen para comer beber y reunirnos junto al fuego, hace frio. Y hay mucha unión, como muy bien lo cuentas Pedro lo vives tú también. Muy bonito reportaje.
ResponderEliminarChelo Villarin Recio
Si Dios quiere,este año volveré a la luminaria del barrio que me vio crecer.
ResponderEliminarYolanda Robles Lopez
tu también eres sanantonera
ResponderEliminarChelo Villarin Recio
Siiii un pokito más para el otro lado pero siempre si estaba para abajo del pueblo decía voy para casa para San Anton k hace más frio subo para el norte. Yoli cielo
ResponderEliminarChelo Villarin Recio
Jajajajaja en invierno y en verano siempre por akí más frio
ResponderEliminarChelo Villarin Recio
Yolanda Robles Lopez a k si hace más frio por arriba del pueblo
ResponderEliminarChelo Villarin Recio
Así somos de duros jajajjaj
ResponderEliminarYolanda Robles Lopez
Sí corazón
ResponderEliminarChelo Villarin Recio
Que bonito y que pedazo de chasca jajajaja
ResponderEliminarPilar Calvo Villarín
Mañana repetimos........
ResponderEliminarLuis Robles Morillas
Si estoy por Cadalso me acerco.
ResponderEliminarQue recuerdos todo San Anton lleno de lumbres.
ResponderEliminarJesus Castrejón Martín
Que recuerdos antiguamente sacaba todo tipo de utensilios viejos que se guardaban durante todo el año para hacer las hogueras
ResponderEliminarPilar Calvo Villarín
Q bien os lo montáis!!!!
ResponderEliminarRuben Pastor
Una cena ligerita!!!!si señor!!!!
ResponderEliminarRuben Pastor