Tu cuerpo en plenitud lo he engastado
con buril de los besos de una fuente
de áureas gemas de destello ingente
del cincel al compás enamorado.
Por un pavés cruzado y descruzado
he visto tu cintura diferente
de sílfide y la niña adolescente
en la recia mujer cristalizado.
Andando por caminos paralelos
te convertiste en mujer y me hice hombre
y amantes en ternuras y consuelos.
Si hubo escombros hicimos desescombre
compartiendo inquietudes y desvelos,
y, Teresa, al Amor le di tu nombre.
Saturnino Caraballo
LLAMÓ EL VIENTO A MI VENTANA
ResponderEliminarLlamó el viento a mi ventana
y yo descorrí el postigo,
y se plantó aquí contigo
en la apacible mañana.
Vi tu figura galana,
vi la luz de tu sonrisa,
vi flotando tu camisa,
el fuego vi de tus ojos ,
tu boca de labios rojos
y hubo boda y hubo misa.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho