Una tarde apacible y refrescante, un cielo limpio, y un atardecer de los que dejan huella. Así fue la tarde del viernes en Cadalso, pero lo mejor estaba por llegar y cuando la noche cuajó en la densidad del paisaje cadalseño, todo se detuvo y sin notarlo apareció la luna, llena y luminosa, para con su luz participar también en la inmensa noche de verano del viernes 11 de julio.
Toda una grandiosa escena que desde el ventanal nos volvía a sorprender una vez más, dejando que nuestra mirada y nuestros sentimientos se llenaran de lo nuestro, de lo cercano, de lo de todos.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo fotográfico Pedro Alfonso
Pues va a ser que tiene razón Tony y estás aprendiendo a escribir
ResponderEliminarUn abrazo
ResponderEliminarQué dices? Chaval, tú y Tony estáis para dictados fáciles, pero muy fáciles. Lo mío viene de lejos, más o menos de la escuela cadalseña, casi na...
Un abracito.