La antigua bodega de los Chocolateros
Nada nos hace sospechar ante este empedrado jardín de lo que la historia y el pasado vitivinícola de Cadalso nos tiene reservado nada más pasar esa entrada que nuestros ojos localizan al fondo. Adentrarse es volver a un tiempo donde lo sencillo era lo diario, donde los hombres trabajaban sin apenas aliento y donde la vida diaria transcurría con el pensamiento puesto sólo en lo cotidiano, en el trabajo del campo y la obtención del preciado líquido que en estas bodegas producían las cuidadas uvas de aquellas cepas cadalseñas que un día poblaron gran parte de nuestro término.
Pasar de fuera adentro es sentir la historia de Cadalso, la realidad de un tiempo diferente al nuestro y la sensación de que estamos ante una auténtica obra de arte que se ha conservado a través de los siglos intacta, sin esas horribles restauraciones a la que nos tienen acostumbrados y que ha hecho que muchos de nuestros edificios emblemáticos parezcan modernos o simplemente hayan desaparecido.
De parecido a las famosas Cuevas del Pilar, éstas se encuentran en pleno centro de Cadalso y son junto a las anteriormente citadas las más antiguas de Cadalso. Es evidente que aunque siempre se ha dicho que las Cuevas del Pilar son de época musulmana, cosa que nunca ha sido probada y que con toda seguridad es errónea, parece que por los arcos de herradura que en alguna de ellas existe se podría pensar en una arquitectura mudéjar de los siglos XIV y XV. Así pues y dada las características de esta bodega situada en la calle Real, se podría afirmar que son posteriores, tal vez de los siglos XVI o XVII, pero como en todo y para estar seguro habría que hacer un estudio de su arquitectura y de los elementos empleados para su construcción.
La bodega de los Chocolateros es una oquedad, probablemente aprovechando una cueva natural, que se adentra unos metros bajo un talud que desciende desde la antigua plaza de Armas de los Moros, hoy Dr Fleming, hacia la calle Real. Se compone de una sola estancia longitudinal con semicírculos a los lados en forma de ábsides, lugar donde reposan las antiguas tinajas de barro cocido.
La estancia alberga nueve tinajas de medianas dimensiones, cuatro a cada lado y una más al fondo. Los ábsides de ladrillo mudéjar, aunque bastante remozados por posteriores mejoras, están soportados por columnas de piedra que reposan sobre un suelo de tierra. A la entrada de la cueva bodega se encuentra un pozo con brocal de rica agua que todavía se sigue utilizando, más para riego que para uso humano. La entrada carece de puerta y se desconoce si en algún momento la tuvo, aunque es muy probable que como las del Pilar nunca la hubieran tenido, con el fin de airear la bodega en los procesos de fermentación. No existe ventana alguna ni chimenea al exterior.
La bodega dejó de utilizarse a mediados de los años cincuenta del siglo XX, seguramente que como tantas otras por la inauguración en 1956 de la bodega cooperativa de Cadalso. Pero a pesar de los años, los recuerdos de Mila, su propietaria, siguen estando presentes y recuerda como traían la uva en caballerías y carros, la metían por la Plazoleta y la pisaban diariamente para ir pasando los mostos y la casca a las tinajas. Esta labor se hacía a mano, cubo a cubo desde el pocillo, oquedad excavada en el suelo para recoger el vino en los lagares. En la actualidad no existe el pocillo, lo que quiere decir que debió ser tapado hace años, cuando ya no era necesario.
En una de las paredes se puede leer una vieja inscripción que dice; Aº 1852, parece que sea el año de alguna rehabilitación de la bodega pues con toda seguridad el lugar es mucho más antiguo.
Una visita a la bodega desprende una aureola de misterio, de secreto compartido con las personas que por aquí han pasado. Los recuerdos de la bodega está esparcidos en la oscuridad de cada rincón, de las tinajas, de los espacios más recónditos que alberga, aquellos de los que provienen las añoranzas, que todavía hoy a pesar de los siglos, susurra el silencio de sus muros.
Las bodegas de Cadalso contiene muchos secretos que se fueron acumulando durante largas vendimias otoñales, en aquellas tardes del pisado de la uva en el lagar, de los objetos diseminados en el desorden que el tiempo ha conseguido abandonar.
La soledad de la bodega se percibe como una humedad latente, como una atmósfera que vaga por las viejas paredes supurando los olores del pasado y donde el silencio de los siglos sólo se ve entrecortado por las palabras que provienen de fuera."Venga Pedrito, sal que voy a cerrar el corral", y es que me cuesta tanto abandonar este lugar que pasaría horas enteras respirando y oliendo este pasado cadalseños de recuerdos e historias.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
esto es una joya que habría que mantener como sea...
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ResponderEliminarNoooo, lo mejor es que se quede como está y siga durmiendo en el olvido de los siglos.
Para el desarrollo de mi actual novela que habla de los árabes en Cadalso, he descubierto que bajo el Alcazar de los árabes (plaza de armas de los moros) y en el lugar que ocupa la bodega de Mila, se construyeron cuevas para alimentos y cosechas y un gran aljibe a los pies de dicho Alcazar y costero al trazado de la calle real. El mismo modo se construyeron unas cuevas en donde hoy ocupan las del Pilar que fueron destinadas a almacén del tejar que hubo en el siglo VIII y posteriormente utilizadas como granero cuando el tejar desapareció por no operar. Este tejar hizo todas las piezas del Alcazar y de los paños sur y este de la muralla. Posteriormente en el siglo XV volvió a funcionar para la construcción de la primera casa de los Villena.
ResponderEliminarQue bonita!, me gustaria saber si hay muchas como esta y si están catalogadas por el ayuntamiento como edificaciones protegidas.
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ResponderEliminarImportantes los datos que nos revelas Tony, estoy seguro que tu nueva novela será una vez más un excelente documento, plagado de datos y momentos del pasado histórico de Cadalso.
ResponderEliminarNo existe ninguna bodega de similares características a esta en todo Cadalso a excepción de las conocidas Cuevas del Pilar.
Respecto a la protección, no creo que ningún ayuntamiento de Cadalso haya realizado ningún catalogo de edificios o lugares a proteger. Yo al menos lo desconozco.
ZC
Tuve la suerte de visitar esta bodega al poco de venir a Cadalso, posiblemente por mi amistad con Eugenio Muro, y como a ti, Pedro, el tiempo que estuve allí se me hizo muy corto. Encima no llevaba cámara de fotos así que muchas gracias por revivir esos momentos y aportarnos tus fotos. Este blog sigue provocando que cada día uno se siga enamorando de Cadalso un poco más. Gracias pedro. Javier.
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ResponderEliminarFrancisco Javier Fuentes Fernández
26 de julio de 2014 20:41
Enhorana por tu página, he llegado hasta ella buscando información sobre las cuevas, ya que estoy investigando sobre las de Novés, aquí, la cueva va unida a la existencia de una bodega que se situaba sobre ella. Tengo dudas de que en ellas se realizara la fermentación, además de la calor necesaria para la fermenctación estaría el problema de la casca u hollejo, a no ser de que las cuevas fueran suficientemente anchurosas para poder tener una prensa y pocillo, en mi opinión eran mas bien para la conservación y estabilidad del vino.
Muy buenas fotos, sigue con tu labor.
Saludos desde Novés, como sabes, también situado en el camino de Ávila, importante ruta histórica.
Sería bueno que por lo menos una vez al año se pudieran visitar estos hermosos rincones de Cadalso.Igual que se visitan los patios cordobeses por ejemplo.
ResponderEliminarCristina García Izquierdo
La idea podría estar bien, pero al ser particulares se tendría que contar con los dueños.
ResponderEliminarLa de veces que visité esa bodega yendo de la escuela a casa. Y hacían vino, como lo relatas.
ResponderEliminarJGabriel Storch de Gracia
La más antigua y mejor conservada de Cadalso. Una bodega de museo. Un saludo Gale.
ResponderEliminarQue bonita bodega
ResponderEliminarChelo Villarin Recio